Se empieza a oír la voz de Chávez en sus pupilos. Empieza a retoñar la revolución desde dentro, desde la tierra; es el espíritu socialista y humanista que despierta y crece en los revolucionarios. Mi saludo revolucionario a Héctor Navarro.
La revolución socialista (igual que la felicidad) es la suma de momentos significativos. En el caso del socialismo son gestos claros y sentidos, honestos, es la memoria. Nosotros que hemos leído sus escritos y podemos no estar de acuerdo con Héctor Navarro en todo, sin embargo no podemos cuestionar su buena voluntad para hacer algo por la justicia, con valentía.
Defender a Rodríguez Torres, confrontando la calumnia del sistema judicial, es ahora un riesgo real para una persona pública como él. En especial, y sobre todo, en este momento de tanta sensibilidad en el gobierno, mostrada sobre todo por los arrebatos de Nicolás Maduro y replicada por el fiscal, claro representante de su autoridad.
Lo publicado por Navarro nos aclara muchas dudas sobre Rodríguez Torres y sobre su rectitud ética, como militar, como persona, y como funcionario público al servicio de la revolución, en tiempos de Hugo Chávez, porque el gobierno no tiene pruebas sobre sus acusaciones. Y, por supuesto, dice mucho de la preocupación de Héctor Navarro por hacer verdadera justicia. Estamos sumando algo bueno.
Igual lo hizo Isaías Rodríguez en el caso de Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, con valentía. Y antes con Chávez, cuando denunció en 12 de Abril su secuestro, desmintiendo lo de su renuncia, siendo todavía el Fiscal de la República, en plena euforia fascista del gobierno de Carmona el breve.
La suma de estos gestos de justicia, de vergüenza revolucionaria, es lo que necesita ahora la Venezuela rebelde y revolucionaria – la Venezuela que despertó Chávez con valentía y dignidad, con su "por ahora", asumiendo sus acciones y defendiéndolas con dignidad – ejemplos de moral que los ex ministros de Chávez deben dar, olvidando todo lo nimio, lo minúsculo, superando todo resentimiento personal, el cual degrada al político descuidado al nivel de los farsantes. No hay que confiarse de los insultos y de las calumnias, el pueblo llano siempre los pilla, sabe que degradan más al pusilánime que los usa en sustitución de los argumentos y de la verdad.
Son ejemplos de claridad y honestidad lo que ahora necesitamos de los líderes chavistas apartados del partido y del gobierno, calumniados y difamados también, sin que hayan podido defenderse. Pero que estuvieron al lado de Chávez, falsificado, convertido en un estandarte de papel. Hay que revivir el espíritu de Chávez desde dentro, desde la teoría, desde su humanismo, la preocupación por la vida y el destino de los seres concretos, reales, amados por alguien y amantes a la vez, así fueran enemigos o contrarios políticos. Hay que respetar la vida primero. Y respetar la vida es respetar la humanidad, la consciencia, la cual nos hace una especie distinta de las demás (por ahora).
Este gesto de Navarro nos puso a pensar en la tortura, que todavía se practica y se acepta en los métodos y manuales de interrogatorios de las policías de esta revolución. Y a pensar en los ajusticiamientos, justificados a través de condenas y descalificaciones públicas y prejuicios morales, manipulando la opinión popular, y olvidando la justicia, la verdad, el equilibrio que supone el derecho a la defensa. Estos dos métodos, el amedrentamiento y la tortura física y psicológica, se usan con personas inocentes o enemigos sin poder, pobres, sin padrinos, sin nadie que los defienda. Eso hacen nuestras policías a las órdenes de sus comandantes y de más arriba.
El Gobierno manipula (comprados con dinero del Estado) muchos medios de información: última noticias, El universal, Noticias 24, Globovisión, Canal i – hasta donde sabemos –. A estos se suman los que forman parte de la red pública, o sostenidos por el estado pero al servicio del gobierno, como Telesur, Ávila tv, Tves, VTV, VIVE, YVKE Mundial – hasta donde sabemos –. Más las censuras y bloqueos que CANTV hizo con sus usuarios –antes del control de los chinos, quizás – sobre los sitios web contrarios al gobierno. Con este sistema de manipulación forma el madurismo la opinión de muchos distraídos.
¡Eso existe, es real! Hasta que acaben definitivamente los juicios sumariales (que se practican de facto), impuestos mediante condenas públicas, mediante los shows televisados acusando indebidamente de corruptos a funcionarios sin mostrar pruebas de su culpabilidad, sin que se puedan defender, sin que se les dé el derecho a réplica; una condena que se oficializa después que se han publicitado las calumnias de los burócratas oficiales empoderados, mediante declaraciones oficiales, en cadenas nacionales, en sus entrevistas unilaterales con periodistas complacientes, sin prensa independiente que los confronte, sin testigos independientes que los califiquen, sin público verdadero….
Y nadie dice nada. Y nadie, de los chavistas autoconvencidos, que defienden a Maduro, cuestiona este sistema tramposo, el cual está fuera de la ley vigente y de la ley de la revolución, de la ética socialista. Porque se han acostumbrados al sistema judicial de la arbitrariedad, del abuso de poder, de la inquisición, para aplastar al contrario sin argumentos. Nadie dice nada para que nadie diga nada de ellos, condene sus actos, sus secretos, descubra sus picardías, condene sus faltas en público. Se alimenta el sistema de la complicidad, vivimos en una sociedad de cómplices.
O sea Héctor, que tenemos esperanzas. Si aprendemos de los errores del pasado podemos avanzar con éxito hacia es punto de no retorno anhelado por Chávez antes de morir, el real, el cual quiso ratificar en su programa de gobierno, con el plan de la patria – falsificado, traicionado por el madurismo, con la complicidad de Jorge Rodríguez, del ministro Menéndez, de los asesores de finanzas y economía, por todos los infiltrados y oportunistas, que convencieron sin mucho esfuerzo a Maduro para que dejara todo en manos de la empresa privada, de los capitalistas, porque ellos harían la revolución por nosotros.
¡Sigamos sumando esfuerzos! ¡Volvamos a Chávez! ¡Volvamos al Plan de la Patria! ¡El socialismo es nuestra esperanza!