Nota: Este articulo lo escribí y publiqué el 11-2019. Después del golpe a Evo. Días atrás, escribí por los resultados electorales que dieron ganador a Luis Arce. Por el cómo se desarrollan los acontecimientos y quizás un poco porque "guerra avisada no mata soldado", le repongo. Dejemos que los hechos posteriores hablen.
Pongo aquí el link del de días atrás, titulado "Vamos a leer lo de Bolivia con mesura……". https://www.aporrea.org/ideologia/a296398.html
Dije antes o mejor sugerí, que, frente al asunto boliviano, debíamos ser prudentes. Ponerse desde lejos y antes de tiempo, como hicieron Luis Britto García y hasta Lula, a enjuiciar a Evo, pareció como apresurado y favorecer lo que seguramente no se quiere.
El intelectual venezolano optó por evaluar mal el hecho que Evo renunciase y el ex presidente brasileño el que hubiese aspirado por cuarta vez por seguir en el "Palacio Quemado", pese lo sentenciado por aquel referendo que le dijo no.
En ambos casos, porque en ese momento como ahora, se desarrollaba una confrontación que no se había manifestado lo suficiente y parecía favorecer a quienes estaban interesados en defenestrar a Morales; sin saber exactamente en dónde estaban todos, se actuó apresuradamente y pudieron, particularmente el brasileño, fortalecer a todos aquellos que quieren deshacerse del líder boliviano. En un primer momento, por carecer de mejor información o tener muy poca, uno creyó que esos estaban solamente entre los empresarios de toda Bolivia, sobre todo de Santa Cruz y el capital internacional, como ese que con urgencia busca apoderarse de las reservas de litio del país del altiplano.
Es natural que así sea, pues para saber de las discrepancias y el nivel de las mismas que internamente se ventilan dentro de los partidos, más cuando se está en el gobierno, hay que ser muy quisquilloso y tener medios informativos pertinentes, pues son secretos que se suelen guardar muy bien hasta el momento de la ruptura.
Filosóficamente hablando, uno sabe, es simple, que en el seno del Psuv, hay diferencias, discrepancias de fondo, de diferente naturaleza, percibirlas en su intensidad es difícil, pues uno de los factores que privilegian las tendencias en el gobierno es la unidad, aunque sea convencional, habiendo mucho que perder o en juego. Aquí adentro, para identificarlas, uno tiene que hacer ejercicios de rastreo muy cuidadosos. Por ejemplo, Elías Jaua, salió del gobierno y está como marginado, producto de esas discrepancias y en específico, se sabe poco, pese uno sigue la huella, recoge muestras y no logra elaborar una respuesta completa. Y estamos está aquí adentro.
De aquí a Bolivia hay unos cuantos kilómetros y eso, pese los medios de comunicación de hoy, sigue siendo importante. No hay forma de tener relación íntima con quienes pudieran darte informaciones significativas, no divulgadas, porque forman parte del secreto "unitario" hasta que la unidad se rompe.
Lula y Britto, seguramente, si hubieran tenido cabal información acerca de las relaciones íntimas en el MAS, no hubiesen dicho lo que dijeron, el primero a través de la prensa internacional a la cual declaró y el segundo en sus artículos "guindados" en los medios, pues ponían en manos de gente interesada argumentos para descalificar al Aimara dentro de su partido, donde a lo mejor no sabían que había que cuidarlo. Aunque lo dijeron, pese los alzados en Bolivia usaron esos mismos argumentos con igual fin.
El desarrollo de los acontecimientos bolivianos está envuelto en una inusual confusión. Allí hubo un golpe y visto a esta altura, es extraño. Las primeras manifestaciones, asaltos de casas de gobernantes y familiares de estos, a una hermana de Evo le quemaron la casa, a otros se atropelló criminalmente como la alcaldesa que humillaron públicamente, a otros se les amenazó con matarlos a ellos o alguno de los suyos, obligaron a Evo, eso lo dijo tempranamente, a renunciar para evitar un genocidio. Y esto, no es extraño, pues está en el recetario de quienes allá en Bolivia han hecho oposición al presidente.
Es posible pensar que la renuncia de Evo y su disposición a se llamase a nuevas elecciones, lo dicho por él en primer término, frenase a los golpistas en una dirección y decimos esto porque igualmente siguieron reprimiendo a fondo, hasta llegar al genocidio, a quienes protestaban contra el golpe y pedían el regreso del presidente. Pero también es pertinente tomar en cuenta que la reacción popular pudo obligar a tomar aquel atajo.
La opción de reunir el congreso, en donde el MAS, órgano uno presumía "rodilla en tierra" con Evo, tiene por encima del 60% de los votos, y cuando este no había renunciado formalmente, es decir, por escrito ante el cuerpo, hizo presumir el regreso del presidente. Pero hubo una primera trampa. Quienes tienen la mayoría, por razones todavía no bien conocidas, aunque al principio presumimos unas, pero ahora parecieran ser otras, no hicieron el quórum. La señora Añez, segunda vicepresidenta de una de las cámaras de hecho asumió como presidenta del congreso y en lugar de llamar por segunda vez, como generalmente se estila, salvo la constitución boliviana diga algo inusualmente diferente, optó de una vez por asumir la presidencia del congreso y en consecuencia de la República, saltándose como dos o tres instancias. En ese momento se volvió a convalidar el golpe de Estado.
De repente, sin ninguna negativa fuerte de los alzados, las cámaras del congreso se instalaron con la mayoría, en apariencia para devolverle al país la "legalidad" y optaron por aceptar a la presidenta de facto como si lo fuese legalmente, convalidando una tercera instancia del golpe. Y a partir de aquí, lo acontecido en Bolivia, comienza a explicarse a través de otro discurso. Ya no se trata sólo que unos golpistas se alzaron contra el gobierno legítimo, ni que una usurpadora, valiéndose de una minoría insignificante asumió la presidencia, sino algo que parece asombrar, la mayoría, gente del MAS, supuestamente de los de Evo, comienza a construirle legalidad al golpe y a la usurpación.
Dos días atrás, el Congreso aprobó una propuesta derivada del gobierno de llamado a nuevas elecciones. Con lo que volvió a reconocerle legalidad a la presidencia de la señora Añez y, además, aparte de no reclamar la restitución de la legalidad, como llamar a Evo a terminar su período o que el presidente del Congreso, uno del MAS, asumiese como le corresponde la presidencia provisional; pero tampoco puso ninguna otra condición, como el cese de la represión, reconocimiento de los derechos políticos de los ciudadanos, empezando por los del presidente depuesto.
Pero ese acuerdo se expresa en que el Congreso, controlado por el MAS, recibe un proyecto de Ley enviado por el ejecutivo en manos de la señora Añez, y luego se apresura a aprobarlo, mientras en la calle se detienen a los partidarios del ex presidente y hasta a dirigentes del partido de este que se le mantienen fieles, justamente por haber puesto ninguna condición. Sugiero al lector hacer uso del siguiente link para enterarse a través del diario mexicano La Jornada, como en Bolivia, pese ese acuerdo se sigue reprimiendo no sólo a quienes continúan protestando, sino particularmente a quienes se tiene como fieles a Evo Morales
Desde lejos, por esas manifestaciones externas, ese llamado a elecciones, donde quienes se acordaron con la señora Añez ponen garantías que Evo no volverá a ser candidato, aparte que el interesado ya eso manifestó, convalidando la defenestración política de aquél.
Mientras tanto, Evo Morales desde México, dice ahora mismo, "no podrá haber elecciones libres y democráticas si no se restituye las garantías constitucionales y los golpistas tienen que irse a su casa lo más pronto posible".
Vista las cosas de esa manera, tomando en cuenta estos detalles, pareciera ser que aparte de los grupos empresariales y los políticos que les son pertinentes, el capital internacional o la política estadounidense, el litio, etc., también estalló una conflictividad dentro del MAS. Y por esta se explica esa conducta confusa, vista desde acá, de ese partido en el manejo del problema, donde como es demasiado evidente, se convalida el golpe, hace posible continúe la represión popular, una como selectiva entre la militancia masista boliviana y, en definitiva, un intento de liquidar políticamente a Evo Morales.
"De todos vamos a ganar", dice una dama, entre quienes dentro del MAS convalidan lo acordado, como una manera de consolar, lo que pudiera ser crear falsas ilusiones. Y, en lugar de afianzar lo que ahora se tiene derecho y fundamento, se opta por una esperanza que pudiera diluirse por la capacidad del contrario. Se pasan de ilusos o se pasaron para el otro lado. Mientras en la calle el pueblo mantiene la protesta viva. ¿Cómo rearmar adecuadamente las fuerzas ante tanta incertidumbre y desconfianza?
Nota final: Remito por este link a declaraciones de Vladimir Acosta, merecedoras de tener en cuenta para el análisis del problema boliviano.