El fatalismo político

Jueves, 05/11/2020 02:50 PM

Una de las cosas que he notado con la crisis que tenemos en Venezuela, la inducida como la propia nuestra, es la mentalidad fatalista en lo político donde da mareos escuchar la opinión de muchas personas que dicen ser revolucionarios como los contrarios, es ya una enfermedad de sólo ver todo gris y oscuro como si mañana es el fin del mundo o que no sólo tenemos las 10 plagas de Egipto sino 10 más.

No entiendo porque hay personas que no pueden ver algo en positivo, todo es malo, negativo, que no funciona, que vamos de mal en peor y con esa forma de hablar y pensar lo que hacen es contaminar a otros.

En estos días escuchaba a un camarada, me habló de todos los defectos de prominentes líderes de la revolución, cosas que me dejaban asombrado y que yo no sabía. Me puse luego a reflexionar y me decía para mis adentros: "Pero este camarada en dos horas juntos jamás me habló de algo positivo, de las cosas que se están logrando, de los avances, dejando en mí una pesadez", de hecho para la próxima conversa estoy preparado para confrontarlo y hacerle ver que sin darnos cuentas nos convertimos en agentes desmovilizadores sembradores de la duda y el desánimo.

No es que uno se haga el que no sabemos nada, sino que uno tiene que estar claro que estamos ante toda una guerra pesimista por nuestras mentes, por dividirnos y desmovilizarnos, los aparatos de la CIA trabajan muy sutilmente en estas áreas y a veces la pasamos, hasta en esta página como Aporrea, envenenando a tanta gente con el pesimismo, las malsanas críticas y un sinfín de cosas.

Creo en la crítica y la autocrítica pero algo que rechazo es la mala intención, es caer en ese perverso juego de apartar a gente nuestra de buena fe de las filas revolucionarias para llevarlas no sé a dónde, porque si a la verdad los cuestionamientos fueran para mejorar, lo que se logra es desmotivar.

Hay que reflexionar en ello, sabemos que hay fallas, errores, egos y cosas que ponen los pelos de punta pero son más las cosas buenas que las malas sino fuese así yo estaría tal vez en la otra acera. Me dicen que soy demasiado radical pero qué se quiere, que sea un traidor más, jamás. Yo aspiro de este proceso que avancemos, que realmente vayamos al Socialismo y después al Comunismo a la Bolivariana, pero tenemos que poner de nuestra parte, cambiar el lenguaje, reflexionar en nuestras narrativas.

 

 

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