Hagamos nuestra: La ola progresista de América Latina

Miércoles, 11/11/2020 01:00 PM

El triunfo de Evo y de Luis Arce en Bolivia y del pueblo de Allende en el Plebiscito Constitucional de Chile, además de ser una nueva recomposición del mapa político de América Latina AL, es la esperanza de los pueblos en su lucha para conquistar su soberanía e independencia sometida y conculcada bajo el control del imperio norteamericano y por sus lacayos Europeos.

Gane quien gane y pierda quien pierda en las elecciones de EU, nada podrá detener el cambio democrático y progresista en AL cuyo denominador común es la decisión de los pueblos de transformar el viejo modelo político de los regímenes tradicionales que por mas de 50 años han ignorado a la gran mayoría y han protegido a grupos empresariales y políticos minoritarios.

De nada valió perseguir a Nicolas Maduro, a Daniel Ortega, a Rafael Correa, Cistina Fernandez, Luis Ignacio Lula Da Silva y a Evo Morales porque los pueblos no son tontos y saben quiénes se llenan los bolsillos y patrocinan el caos y las dictaduras. La mayoría de estos países progresistas siguen al lado de los pobres y ha regresado la democracia perdida en algunos paises.

No hay dudas que los gobiernos progresistas han sido humillados, maltratados y discriminados por sus firmes convicciones y defensas de la democracia participativa, la constituyente y el cambio de modelo económico. Y porque se ha resistido para no apoyar la vieja táctica gatopardiana de la oligarquía nacional e internacional: De cambiar algo para seguir en lo mismo.

Lo que buscan estos políticos pro oligarquías imperialistas, es llegar al poder para pisotear la dignidad de los pueblos que sufren y reclaman así como también humillar y enajenar a los más desposeídos para que los ricos sigan disfrutando de las mieles del poder.

Todos estos gobiernos han privatizado las empresas estratégicas, promueven el individualismo y manipulan a la ciudadanía para que sigan sumisa y obediente a un sistema representativo que les quita la autodeterminación, la soberanía y la justicia social.

Apoyar a los grupos neoliberales que tienen décadas ordeñando el poder, es beneficiar a sus amigos y familiares. Es favorecer las elites políticas y económicas. Es apoyar a las mafias civiles y militares. Y es profundizar la corrupción, el desorden y la delincuencia.

Todavía en AL hay saqueo de los recursos naturales y mineros. Dilapidan el sistema energético, de salud y de obras públicas. Privatizan los servicios esenciales. Se roban las tierras del estado. Y destruyen el medio ambiente que es dañar los ríos, los bosques y las playas.

Es necesario sacar a los más desposeídos y desdichados de la trampa, las dádivas, las prebendas y los regalos pues de continuar ese toma y daca del clientelismo no sólo pone en riesgo el presente sino también se hipoteca y malogra el futuro de nuestros hijos y nietos.

El gobierno en RD es neoliberal, corrupto, privatizador, dependiente, sumiso, y sigue arrodillado al imperio y permitiendo las mismas estructuras legales, los mecanismos y decretos anticorrupción que posibilitan este flagelo y favorecen a los políticos corruptos.

Hagamos nuestra: La ola progresista de AL. Sigamos el camino de Chile que está en las calles movilizados hasta lograr la victoria y de Bolivia que ha derrotado en paz el golpe de estado. Unamos los grupos progresistas para derrotar a la oligarquía y a sus títeres. 

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