El engendro venezolano

Sábado, 14/11/2020 02:53 PM

Es un error consciente, usado por la extrema derecha política venezolana, calificar con el nombre de "socialismo del siglo XXI", lo que está sucediendo en Venezuela, desvirtuando así, el significado socio-político, de lo que Hans Dietrich Stefan, ha tratado de trasmitir con su tesis del Socialismo del siglo XXI.

Siendo el Socialismo del siglo XXI la base teórica propuesta por Dietrich, y propugnada desde la presidencia de la República de Venezuela, por Hugo Chávez, Modelo este, que a mi concepto, tiene como mayor aporte, el control político social del Estado por parte de la población organizada.

De una manera asas diferente, lo que se ha impuesto a los niveles de la administración pública en Venezuela, a espalda de esta proposición política, ha sido, una alta incidencia de autoritarismo de neto corte militarista, así como muy altos niveles de ineficiencia, burocratismo, clientelismo, y corrupción, lo cual no solo desdice a todas luces el propósito de transferir las decisiones de poder al pueblo organizado, propuesto por el socialismo del siglo XXI, ya que, en una contradicción, que atribuyo a la propia indefinición política, y falta de claridad ideológica de Chávez, se ha pretendido durante la "revolución bolivariana", fundir tres conceptos contradictorios entre sí: Por una parte la base autoritaria vertical, típica del origen militar de Chávez, acompañada esta, por el control burocrático partidista en la conducción del Estado, al estilo estalinista, que Chávez tomó de la conducción del gobierno revolucionario cubano, contrastando esto a su vez, por la creación de consejos comunales, y comunas, en un fallido acercamiento al Socialismo del siglo XXI de Dietrich, y digo fallido, porque que estas organizaciones populares, no tienen ninguna autonomía, ni siquiera para elegir sus candidatos electorales, y mucho menos por supuesto, con respecto a la toma de decisiones en la conducción del Estado, ya que sus planes y funciones, se encuentran en estrecha dependencia, de las decisiones, en orden ascendente, que van desde los gobiernos municipales que estén en manos del gobierno, hasta la primera magistratura gubernamental. Es decir, estas organizaciones comunales, pasan a depender directamente de las decisiones, emanadas desde todos los niveles de la jerarquía del aparato del Estado, con su populismo clientelar incluido.

A lo anterior se le puede añadir aquello "del árbol de las tres raíces" de incongruencia teórica similar a la antes descrita, es decir "un pasticho" compuesto por las ideas centralistas del Libertador, las ideas federativas de Ezequiel Zamora, y en el centro las ideas Roussinianas de Simón Rodríguez, es decir lo que los fanáticos de Chávez como líder mesiánico, denominan nada más ni nada menos como " la doctrina Chávez", la cual según ellos, es de validez universal, a la par acorde a cualquier planteamiento filosófico de elaborada profundidad, tales como el Marxismo, el Platonismo, o los planteamientos de Kant, Hegel, y muchos planteamientos filosóficos más.

Esta indefinición ideológica política, cargada de vicios, no solo atenta profundamente con la supervivencia del mismo gobierno, autocalificado como "revolucionario", si no que atenta hoy como nunca, contra la supervivencia del Estado venezolano, como Estado independiente, ya que, si llegase al poder una oposición de extrema derecha, defensora del neoliberalismo, y cultora de la dependencia política económica del imperialismo norteamericano, Venezuela, dado sus apetecidas riquezas naturales, pudiera en el mejor de los casos, terminar como Estado "libre asociado", eufemismo con el cual se pretende calificar el estatus colonial de Puerto Rico; y lo que es peor, la llegada de esta sumisión, contaría con el apoyo de una gruesa parte de la población, conocida como la clase media, o que siéndolo o no, se auto reconoce como tal.

La explicación de la no caída de este engendro "revolucionario", (uso el termino de "engendro", más que peyorativamente, como el del producto inviable, de una mezcla de elementos antagónicos, difíciles, para no decir imposibles, de complementar), tiene varias explicaciones: por una parte, perdura al menos en un 20 al 25 % de la población (chavismo duro), el discurso carismático populista de Chávez, como en el pasado perduró, en la llamada cuarta república, el discurso betancouriano, con su poli clasismo igualitarista, representado por el abrazo del líder de inmaculado liqui-liqui, al desarrapado peón campesino, y su falso eslogan de "Venezuela primero", discurso este, asumido en su época, por su partido Acción Democrática y luego también por el partido social cristiano Copei.

Por otra parte, la izquierda mundial, dada su lucha contra el imperialismo, no asume en un buen porcentaje, la errática conducción gubernamental, del gobierno venezolano, atribuyendo que todos los males a la población de Venezuela, son producto de las agresiones del gobierno norteamericano.

A lo cual hay que añadir que los intereses comerciales y políticos de Cuba, en primer lugar, ya que sería la más afectada si cayera el gobierno de Maduro, además de los importantes intereses, de Rusia, China, e Irán, así como de otros países en menor proporción, como es el caso de Turquía, obligan a estos países a apuntalar al actual gobierno de Venezuela en el exterior, so pena de que se le acabe una fuente importante en suministros de materia prima, y de contratos estatales que los favorece.

Es innegable, que, contrastando con las graves aberraciones en el manejo de la política interna, existen elementos positivos en la política exterior venezolana representado por el espíritu integracionista a nivel latinoamericano y caribeño, propulsado por el presidente Chávez, además de los aciertos que también ha representado una buena parte de su política exterior, tales como: el estrechamiento de lazos internacionales fuera de la órbita del imperio norteamericano, con potencias emergentes como las antes nombradas: China, Rusia, Irán, así como con otros países en menor proporción.

Relaciones estas que hubiesen debido sentar las bases, para un desarrollo científico-tecnológico autónomo, necesario para poder sobrevivir como país independiente; mucho se habló de transferencia tecnológica que luego quedaron en "agua de borrajas".

Lamentablemente el peso de las apetencias personales, y de grupo, de los politiqueros en el poder, autoproclamados todos como "revolucionarios", no solo no han logrado ni siquiera al mínimo, dichas posibilidades de desarrollo estructural, e infraestructural, si no que han terminado de dar al traste, con toda la infraestructura industrial que nuestro país poseía, y estoy hablando en particular al área correspondiente a la extracción y refinación de nuestro petróleo, que era lo que sabíamos hacer; ya que el resto de nuestra industria con pocas excepciones era de ensamblaje de partes importadas, la cual también ha desaparecido casi en su totalidad.

En cuanto a nuestras relaciones con la república de Cuba, me es doloroso, y bochornoso a la vez, tener que expresar, que de la ayuda solidaria necesaria de prestar a ese hermano país, se haya pasado a permitir su injerencia activa en nuestros asuntos internos, sin reciprocidad por cierto por parte del gobierno cubano.

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