Cuando la política se fuga del país se idiotiza

Jueves, 19/11/2020 08:55 AM

La dirigencia política está agotada. En medio de este holocausto que hoy vivimos, es incapaz de proponer una respuesta seria, responsable. Sólo atina a un discurso repetitivo, a vilipendiar a los adversarios y a impulsar elecciones o simulacros; todo viejo, ninguna solución estratégica. Los programas de opinión del gobierno palidecen en su ineptitud, vacíos y desesperados intentan justificar la realidad que nos agrede y ya carecen de dedos para tapar al sol. El alto gobierno perdió el discurso, trata de imitar al Comandante pero lo que les sale es un sarcasmo, ahora no tienen ni a quién inculpar de su desacierto, no hay gobierno anterior, no hay chivos expiatorios, sólo ellos en medio del caos que han creado.

La conducta de los gobernantes de hoy es reflejo de la Venezuela de hoy, nadie allá arriba asume su responsabilidad, y nadie acá abajo tampoco asume su responsabilidad con el país: las respuesta son huir manque sea a pie, refugiarse en su trincherita personal, evitar respuestas, eludir la realidad. Es así, lo que hoy nos sucede es culpa de todos, de aquellos que traicionaron al mandato que los llevó al poder, y de éstos que los dejamos hacer.

La masa idiotizada, desprovista de visión larga, de capacidad de juzgar, de argumentos, es víctima inerte de los verdugos que, con su inercia, ella misma sostiene. Es necesario despertar a la sociedad, sacarla del marasmo que la somete. Y eso sólo se consigue con un latigazo moral, con una acción que reúna lo militar con lo moral y la enseñanza política.

Acción militar, porque es movimiento que rompe, con violencia, con la ley de este gobierno y restablece la ley fracturada por la traición. Acción Moral, por ser un ejemplo, práctica de profundos sentimientos altruistas, de humanismo, de fractura del egoísmo que sostiene a la situación actual. Y, finalmente, de Enseñanza política, porque muestra en la práctica, en la acción, las verdaderas razones sagradas que deben guiar a la acción política: el desprendimiento, el humanismo, la entrega a los intereses del común, la capacidad de correr riesgo por lo causa de todos. La acción debe estremecer, sorprender a la masa, y debe asustar a la costra dirigente, al gobierno y a la oposición tolerada.

Los que participen de esta acción serán consagrados como emblemas de la sociedad futura, la acción será prefiguración de los principios éticos propios de la sociedad futura, en la acción se harán verdad las palabras del Apostol Martí: "Con todos por el bien de todos"

Sólo así, con una masa viva, despierta, se puede iniciar el rescate de la nación; sólo una masa que reconozca los valores del mensaje, que se identifique con la vanguardia que actúa, podrá emprender el camino de su sanación y de la construcción de una nueva relación social.

Si aquí, ahora, no iniciamos la conquista de la política grande, si seguimos hipnotizados por la estulticia, si la masa sigue idiotizada, entonces, el futuro que estamos escogiendo será el de la disolución del país. Ya observamos el envilecimiento de todos los sectores sociales, la pérdida de majestad de las instituciones, la perversión de los conductores.

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