Disciplina y autoridad para no olvidar a Chávez

Jueves, 26/11/2020 12:55 PM

Definitivamente pareciera que ya no hay santo por quién rogar. La falta de disciplina para la marcha decente de la sociedad y la corrupción nos asaltan en cualquier lugar, en cualquier espacio. Un proyecto de país ideado por el Comandante Hugo Chávez Frías hoy termina siendo ocultado, olvidado y hasta subversivo. Así lo sentimos, así lo percibimos. Entendemos, y así lo asumimos, que un grado importante de responsabilidad descansa en cada uno de nosotros y nosotras; sin desconocer que también nuestro accionar responde a una influencia socio-cultural que llega en algunos casos a ser determinante.

En algún texto biográfico que recoge el testimonio del Comandante Hugo Chávez, leíamos su preocupación por la nula asistencia de compatriotas a un acto convocado en Coro en su recorrido por el país una vez liberado de la cárcel de Yare. Se preguntaba en ese entonces el Comandante Chávez si acaso él era el único que estaba claro en aquel proyecto, si acaso él era el único loco que creía en aquello. El tiempo demostró que no era así.

Quienes le vimos desde su aparición en la televisión aquel 4 de febrero del año 1994, comprendimos la magnitud histórica de sus palabras. Aquel mensaje revelaba todo el ímpetu revolucionario de un hombre que estaba dispuesto a darlo todo por la transformación social, por reivindicar el ideal bolivariano y por la felicidad del pueblo. Así lo demostró. Pero también mostró su indignación ante los actos de indisciplina y de corrupción entre quienes le acompañaban, entre quienes decían llamarse revolucionarios y revolucionarias y que ocuparon cargos en la estructura gubernamental para el lucro personal y el negocio vulgar. Esas eran las "ratas rojas, rojitas" que desde sus madrigueras ya venían preparando el zarpazo para la posesión de diversos espacios en la estructura del Estado.

Mucha disciplina falta para acometer las tareas que la hora actual impone a la Patria Bolivariana. Mucha disciplina hace falta para castigar ejemplarmente a unos cuantos advenedizos cuyo compromiso revolucionario se queda en lo epidérmico. Mucho fantoche y trepadores de oficio andan haciendo su labor de comején, aquí y allá, para minar el proyecto de construcción del Estado Comunal y Socialista Bolivariano. Falta autoridad para castigar como se debe a la corrupción en los ámbitos en donde ésta se sabe existe. Mucha autoridad y disciplina es necesaria para garantizar una Patria hermosa a las nuevas generaciones.

Ya es hora que cada uno y cada una empujemos, desde nuestros espacios de acción, el carro de la dignidad y de la lucha frontal contra todo aquello que amenace la vida de este pueblo que merece ser feliz. Pero sobre todo luchar contra aquellos elementos que desde hace rato han asumido la tarea de borrarnos a Chávez.

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