"El río de la verdad va por cauces de mentiras"
El gobierno de los Estados Unidos, la oposición y un grupo de escribientes, desechan la verdad, porque sencillamente los desenmascara, y por muy grande que sea el andamiaje para atacar al Presidente Maduro, apenas lo mueven los que se caen precisamente son ellos. Utilizan de base para todas sus piruetas, el mismo libreto, como dicen los jodedores: ¡Quieren seguir tratando de cortarnos con el mismo cuchillo de plástico! El único argumento lanzado a los cuatro vientos para atacar al gobierno, cuando puso las cartas sobre la mesa para ver que hacían, es precisamente referirse a la abstención. Pancadas de ahogados, agarrándose del viento.
La decisión del Presidente Nicolás Maduro de acatar la fecha para las parlamentarias, en primer lugar los agarró por sorpresa, y mire que parecía descabella la idea de lanzarse a la mar, en tiempos de tempestades y huracanes, pero estos opositores lejos de pensar en los pro y contra del momento, siguieron aferrados a la idea de llegar al poder por la vía de la violencia, y más que violencia pensando en una aventura descabellada del jefe imperialista de turno, para que de una vez les diera el aventón necesario, hasta colocarlos en Miraflores.
El paso electoral de este 6 de diciembre, no podía arrojar otros resultados, después de la suicida decisión de la oposición: la abstención y el llamado desesperado hasta último momento de pedir casi a gritos, por todas la vías posibles: de no votar; aunado a una situación económica propiciada por ellos mismos a través del dólar, hasta llevar una inflación a unos niveles criminales, golpeando a propios y extraños, a tal punto, que muchos adversarios al gobierno, después de conocer en profundidad al autoproclamado, como un perfecto ladrón, pasaron a la pasividad, rechazando de tajo, cualquier acto de violencia cobijada malintencionadamente en sacar al "dictador" Maduro.
Se realizaron las elecciones parlamentarias, bajo las más estrictas medidas de seguridad por la conocida pandemia, y los resultados por supuesto, no favorecen a la oposición y menos las acatan– nada nuevo, desde la llegada del Comandante Chávez– pero los pocos que han reaccionado parecen candidatos para un concurso de comicidad, sin las condiciones necesarias para hacer reír, porque nuevamente están haciendo el ridículo ¿Quién propicio la abstención? Se aferran a la idea de no votar, con el único alegato de un CNE amañado; cambiaron la directiva y siguen con la obstinada ridiculez de cantar fraude por adelantado, cualquier parecido a Trump, no lo agarren a risas, porque tiene su explicación.
En cualquier actividad deportiva, cuando uno de los contrarios no se presenta le dan un tiempo prudencial, como una última oportunidad, caso contrario el árbitro canta "forfeit" es decir lo dan, como perdedor, y todo el mundo para su casa. En este caso de las elecciones, ante la negativa de estos eternos violentos guarimberos, y negadores de la verdad, más un grupo, que creyendo cargar la bolita mágica en la mano, participaron, pero desde adentro formaron parte de la componenda contra el PSUV –PCV- se han llevado un chasco, o para no caer en la chabacanería, han recibido una verdadera lección, el cual por dos o tres indicios me lo presumía: una, quien sacó prácticamente del anonimato electoral al PCV, fue precisamente el Comandante Chávez, porque los resultados que obtenían se parecen a los del 6 de diciembre, y la otra, en dos oportunidades en mañanas de madrugada me conseguí a un hermano de un viejo militante de dicha organización, hijo de un consecuente comunista hasta la muerte, y al verlo me pregunto: ¿Cuáles son los candidatos del Partido? Le respondí, que no sabía y era la gran verdad.
Para variar seguiremos con el mismo panel atacando el proceso bolivariano, empezando por el gobierno de los Estados Unidos, la UE y sus títeres latinoamericanos, y algunos inmorales escribientes, como el caso de: Javier Antonio Vivas Santana, que después de utilizar la libertad de expresión que concede un gobierno legítimo y respetuoso del pleno ejercicio de la democracia dentro del estado de derecho, abusó difundiendo fotografías de la vida de una ciudadana del FABV para ponerla al escarnio público, pero, cuando la justicia venezolana tocó su puerta, empezó con el lloriqueo, y la decisión del Presidente de indultarlo fue lo mejor que pudo hacer, porque su llanto no iba dejar dormir a los demás privados de libertad.
Los resultados de estos comicios del pasado domingo, dejaron a más de uno en una profunda reflexión, y veremos la parte positiva que puedan sacar, porque a pesar de la abstención; el 31 % de los votantes no es cualquier cosa, en un país con una innegable crisis, creada precisamente por los que hoy se alarman, cuando el 69% no asistió, en medio de los apagones; sin agua en muchas barriadas; cocinando con leña porque el gas escasea, convirtiéndose en un artículo de lujo que se paga en dólares por la corrupción imperante; largas colas de vehículos por la escases de gasolina porque el bloqueo apoyado por ellos, está haciendo sus efectos de manera alarmante en las refinerías por la dependencia tecnológica.
Este nuevo paso en defensa de la patria, tiene que unir voluntades vengan de donde vengan, pero siempre pensando en el común del pueblo, y haciéndole frente al criminal uso del dólar en nuestro país, cuando lo han convertido en una arma en contra de nuestra moneda, para de esa manera de acabar con nuestra identidad, y por la otra golpear salvajemente a los que precisamente devengan un salario en (BOLÍVARES SOBERANOS) buscando precisamente lo que paso el 6 D. La nueva Asamblea Nacional, no tiene ninguna excusa para poner en su sitio al principal verdugo y aliado de los gringos: el autoproclamado, quien se ha prestado para pisotear nuestro suelo y como un verdadero caradura se pasea, haciendo llamados a la violencia y consultas bajo la dirección del gobierno de Trump. Si, la elección de la Asamblea Constituyente paró las guarimbas; la nueva Asamblea Nacional, tiene la ineludible tarea de frenar los atropellos y la anarquía económica creada por el dólar, con la ayuda del peso colombiano, que busca respiro en nuestro país.