El día de la marmota es una película que cuenta de un reportero que tiene que escribir sobre el día de la marmota, pero vive un día de forma repetida, que se acuesta y se levanta siempre en el mismo día, "el día de la marmota"; no sé porqué me vino a la memoria cuando escuche el otro cuento, el del año de la recuperación económica.
Como nos lo hace recordar Oscar Heck (bueno eso de su parte) en su último artículo https://www.aporrea.org/imprime/a298494.html, desde el 2014, año donde se supone hubo una fuerte caída económica en el país, el resto de los demás, hasta hoy, han sido de "recuperación económica". Un retornelo sin fin y sin memoria. En 7 años no hemos salido del desastre y de la caída económica, nos hemos venido recuperando pero de discurso en discurso, todos los años…, no obstante nos caemos y amanecemos pobres (pensamos en Miguel Thodée narrando mentiras: "pega Betulio, pega Betulio, pega Betulio… –hasta que la realidad lo desengaña y… – ¡se cayó Betulio!").
La verdad, como dice Heck, es difícil tomar en serio el video del presidente Maduro, casi que decretando la recuperación económica para el año que viene, como si nada, como si fuera la primera vez, como si en todos estos años hubiera gobernado otra persona y no él. Y es que esa "Guerra económica" ha sido muy rendidora a la ineptitud del gobierno, como antifaz y como disculpa. Y ni se diga de las sanciones y el "bloqueo" –que, no se sabe cómo, mantiene los bodegones llenos de comida importada, vinos, "exquisiteces", y, sobre todo, de comensales "sacrificándose", gastando sus dólares, aquí abajo y en Hotel Humboldt, y a Chevron y Schlumberger, sacando petróleo; un bloqueo con exclusas, peajes, con sus gestores y fiscales –, pero los dos, sanciones y bloqueo, han sido muy útiles para aprobar una ley que se ríe de la constitución y así poder rematar el país por pedacitos, la dispensa de los flojos.
Uno no sabe quién está más disociado, si el presidente o aquellos que lo apoyan y lo justifican. Pierden el sustento popular del chavismo en unas elecciones vergonzosas y celebran, con mucho descaro. Recuperaron una Asamblea que no representa a nadie, que será un parapeto para legitimar sus disparates, sus mentiras y engaños, su total sequía de ideas, como cuando un borracho pierde la consciencia y la voluntad. La Asamblea les sirve para legitimar una borrachera con todo lo que eso supone: irresponsabilidad, abandono y baba, "¡que los demás se ocupen!", balbucea el ebrio agarrado a un poste.
El año que viene será igual o peor que este. El madurismo no da una sola señal de rectificación, desvinculado del chavismo, de Chávez y del país; solo quiere diálogos con la derecha pro gringa y con Biden. A sus fieles ya no les importa mucho que los apoyen o no la gente, para eso tienen sus cuentos de victoria electoral que sustituye la realidad, satisfechos de haber sacado más votos que sus competidores, pero dando la espalda al país que no salió a votar por ninguno, haciéndose los pendejos (de 20 millones votaron por ellos 1.152.000). Con ese mamarracho de Asamblea piensan sostenerse un rato privatizando el país, devolviéndoselo a sus antiguos dueños con intereses, y ascender como burguesía emergente. Todo será igual o peor que este año, si no hacemos el trabajo de despertar a la gente, de refrescarle la memoria, de descubrir la trampa y luchar por rescatar el concepto de nación.
Felicito a todos los que mantienen en control los discursos del gobierno, a límite sus engaños, a aquellos que están bien despiertos y no se dejan manipular con discursos rayados, y los invito a trabajar como grupo de opinión libre, a defender la crítica sin miedo, a debatir sin miedo, porque el año próximo será duro, se siente el viento que mueve la cebada, habrá un estallido social y sin la participación consciente de nuestra crítica será propicio para la instauración de una dictadura, venga del lado que venga, de las dos derechas, la del gobierno o la gringa.