La dirección de la revolución no era revolucionaria, no era chavista

Sábado, 16/01/2021 09:16 AM

Y esta paradoja eleva más aún el valor del Comandante Chávez. Él solo, con su instinto y junto a muy contados, llevó la carga de la lucha interna, hizo frente a los inmensos obstáculos de la reacción infiltrada, saboteadora de cualquier iniciativa revolucionaria. El Comandante Chávez, por sobre todos los obstáculos, imponía el rumbo. Por supuesto, al desaparecer Chávez la balanza se inclina, ya con descaro, hacia la derecha y los revolucionarios fueron masacrados moralmente. Se falló en construir Dirección Revolucionaria, y esta es la principal causa del desastre madurista, se perdió la lucha interna, ni siquiera se percibió. Más allá de Chávez y del reducido grupo que verdaderamente lo acompañó ideológicamente, ¡no se pudo construir una vanguardia revolucionaria!

En esta situación de forcejeo, de saboteo de las iniciativas revolucionarias, de dudas y vacilaciones, la masa no consiguió niveles de conciencia del deber social, ni tejido organizativo suficientes para resistir a la captura de la dirección por el sector lumpen marginal. Después del asesinato del Comandante, el sector lumpen marginal comenzó su labor de talar la conciencia alcanzada, adequizaron la relación gobierno-masa, regresó el clientelismo. Junto a esto, comenzó con mucha habilidad el desmontaje del débil sector revolucionario que acompañó a Chávez, unos fueron captados, otros fueron exiliados, otros están presos, y otros fueron a las catacumbas del exilio interno.

Lo demás es historia. El lumpen sindical, en alianza con sectores de la clase media, destrozó al país, las masas sin vanguardia, sin rumbo, no se opusieron al desastre. La dirección de derecha acabó con PDVSA, con el músculo económico de la nación, recordemos la guillotina de tarek, el fiscal destructor de la petrolera que metió presos a cientos de gerentes (aun sin juicio) y a los directivos profesionales, hasta uno murió de mengua en la prisión, víctima del odio del fiscal madurista. Liquidaron la moral de trabajo, desataron una cruel cacería de brujas. El madurismo en un país devastado, en el desespero, ignaro, no tuvo más recurso que la entrega grosera al capitalismo internacional, perpetraron una ley que ampara la infamia, faltaría ver las condiciones de esa entrega si cumplen, por ejemplo, la ley del trabajo de Chávez, a qué tribunales se somete el capital extranjero que viene a capturar el botín de las huérfanas riquezas nacionales, seguro no es a la vista clara de la justicia madurista. Las condiciones de la entrega son tan sucias que les da pena mostrarlas.

Es así, el chavismo, la derrota de la fracción verdaderamente chavista, permitió la instalación del madurismo, y es al chavismo auténtico que corresponde extirparlo, es un deber moral, histórico, la lucha contra el madurismo, la batalla por retomar el camino.

La tarea es dura, el madurismo ha sembrado dudas, calumniando, persiguiendo, encarcelando a los líderes chavistas, pocas veces en la historia se encuentra un linchamiento moral como el que han sufrido los líderes chavistas. Es tanta la mentira, tanta la manipulación, que la masa irredenta está confundida desconociendo sus liderazgos naturales. No vamos a decir nombres, es suficiente ver las embestidas del odio madurista para identificarlos.

Aquí se pueden cambiar las palabras del viejo camarada alemán August Bebel ¿"Que has dicho viejo imbécil que la canalla te aplaude"? por ¿"Qué has hecho chavista que la canalla madurista te ataca, a qué temen"? O podríamos parafrasear las palabras cristianas, y decir: "Por los ataques los reconoceréis".

¡CHÁVEZ VOLVERÁ HECHO MILLONES!

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