Desde tiempos inmemoriales las élites dominantes han manipulado las esperanzas en un futuro mejor para naturalizar su superioridad e imponer su control material, cultural y espiritual sobre el común, la naturaleza y la vida.
Futuro mejor identificado en estos tiempos como el Nuevo Orden Mundial publicitado entre el status quo occidental como la culminaciṕn lógica de expansión planetaria del sistema capitalista. Y entre sus detractores, como el vil resultado de un complot urdido por los amos del gran capital para acabar con las aproximaciones de los más hacia un "mundo mejor".
Lamentablemente, las bases ideológicas de ese Nuevo Orden, aún antes de ser conocido como tal, han venido nutriendo desde hace hace siglos el imaginario colectivo occidental a través de contenidos impuestos por los invasores y posteriormente perfeccionados, cuidadosamente concebidos y difundidos por industrias monopólicas dedicadas a la educación la comunicación y el entretenimiento, potenciadas últimamente por el gigantesco desarrollo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC).
Fenómeno que ha propiciado el crecimiento más que exponencial del número de usuarios de videojuegos, redes y aplicaciones, convirtiendo al ciberespacio en una nueva realidad tanto o más importante que la supuestamente fáctica y la sub-fáctica desconocidas por las grandes mayorías. Eso sí, en una realidad irreal e impermanente muy complicada donde expresan sus opiniones y emociones quienes apoyan o adversan distintas cosmovisiones, ideologías, propuestas políticas, económicas y sociales, credos, naciones, organizaciones, personajes, productos, modas, etc..
Amplísima, contradictoria y "peligrosa" mezcolanza que ha convencido a los dueños y administradores de medios, contenidos, datos y tendencias, de la necesidad de aprovechar la crisis mundial generada por la actual pandemia para robustecer el Nuevo Orden a través del Gran Reinicio o Gran Reseteo propuesto por el Principe Carlos con base en los planteamientos del exitoso empresario aléman Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial que se reúne anualmente en Davos, Suiza.
Reseteo orientado a la construcción de un mundo donde los empresarios trabajen con la naturaleza en lugar de explotarla y donde la gobernanza sea "una parte mesurada de la responsabilidad empresarial y gubernamental". Lo cual obviamente supone "un cambio de mentalidad". La sustitución del pensamiento cortoplacista de los empresarios privados por uno a largo plazo y "del capitalismo de los accionistas por la responsabilidad de los interesados".
Propuesta sometida en este días a consideración de los asistentes al encuentro anual en Davos, visualizada por sus detractores como un maquillaje más del capitalismo decadente; como una "cuarta revolución industrial", por sus promotores y como un riesgo innecesario, por empresarios realistas.
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