De cuando Julio Escalona, “izquierdista trasnochado” alborotó el gallinero

Viernes, 22/01/2021 04:11 PM

El archivo y la historia guardan y dan sorpresas. Uno en veces, buscando una vaina, encuentra otra y de repente, resulta sorprendente, por no dar otro calificativo que pudiera no ser del agrado de los amigos, ese encontrarse con lo que no se buscaba. Digo esto porque revisando mi archivo y por llevar días sin saber de Julio, de quien espero esté bien de salud y nos dure unos años más, porque hombres como él son indispensables, encontré el artículo que repongo abajo que habla del hombre "izquierdista trasnochado".

Tengo la absoluta convicción que Julio es un hombre rígido, exigente, por demás pulcro, honrado, humilde y coherente con su palabra. Por algo "fuimos a la misma escuela".

Y, eso, ser como Julio, como que incomoda demasiado, en muchas circunstancias y a muchos, sobre todo en la política. Quizás, pienso yo, y miren cuánto lo he pensado, no le tuvieron mucho tiempo en el servicio exterior y al llegar aquí, pese su historial y haber apoyado a Chávez y a Maduro, al Julio Escalona, a quien según quienes suelen verlo con frecuencia, resaltan que anda en Caracas montado en el metro, con todo lo incómodo que eso significa para un hombre de su edad y estando tan de moda el uso de las camionetas negras, 4x4, nuevecitas y hasta con doble carga de gasolina, tampoco le dieron dentro del partido la jerarquía que pudiera corresponderle, sobre todo en una organización donde eso lo determina la fuente del poder.

Hoy Julio está callado o muy discreto. Más de lo discreto que siempre ha sido y eso, pese lo que se diga y aparente, es un signo, una muestra que pudiera estar padeciendo sólo de insomnio y ojalá eso sea, por todo y todo. No es extraño que sea de esos "izquierdistas trasnochados", pero que prefieren pasar desapercibidos por el temor de causar más mal que bien y, esto digo ahora, inspirado en algo que escribí en relación con él hace dos años, cuando dijo que, si al "gabinete de Maduro sometiesen a consulta", escasamente alguno de ellos no saldría raspado. Y todos esos ministros se quedaron, de donde uno concluye que su juicio, no fue bien recibido.

Quien, como uno, decidió no importarle que, en la vejez, como en la juventud, le llamasen "izquierdista trasnochado" y perdido, como antes también, el temor, pues ahora más nada pueden hacerme, cuando me han condenado a vivir en la miseria material, recuerda con cariño a los amigos, repongo el artículo que sigue, como homenaje a mi viejo amigo y compañero.

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2018

Si en algo coincide la mayoría casi absoluta de los venezolanos es que el gabinete de Maduro, para decirlo como Julio Escalona, "si lo sometiesen a consulta popular", escasamente alguno de ellos no saldría raspado.

Y eso lo dijo un hombre que "está echando el resto", no lo digo por la edad, sino el arriesgarse a chocar con mucha gente que ha estado cerca de él. Hasta alumnos, en el sentido más amplio de palabra, han sido suyos. Podría ser que, a alguien, poco predispuesto a la autocrítica, ese reclamo le parezca tremendista, propio de aquel Escalona de los años juveniles y las luchas guerrilleras y aproveche para poner piedras y troncos en los rieles. Pues más de uno que se sabe señalado, sin necesidad de la imprudencia e indelicadeza de apuntarle con el dedo, lo que no sería nada de malo, dada las circunstancias, pudiera valerse de algo, de una varita mágica, polvillos sutiles pero eficaces, unos servicios muy puntuales, merecedores de agradecimiento y mantenerse en secreto y hasta una relación muy estrecha, para hacer que la seña se devuelva.

Cuando Escalona habló y pidió de manera angustiada ¡Soluciones ya!, entre tantas cosas, además dijo, dirigiéndose a Maduro: "No permita que los medios públicos continúen censurando a los que nos atrevemos a expresar estas ideas y llevan superficialidad al pueblo con simples consignas, convirtiendo en islas las palabras de aquellos que nos permitimos hablar francamente. Son ejemplares programas como los de Walter Martínez, Los Roberto, Pérez, Boza con Valdez, como era el de Frasso antes de que lo cerraran…", lo hizo como aquel mismo muchacho que dentro de AD se alzó contra los "bueyes cansados" y la maquinaria que estaba apropiándose del país. Sólo que aquella vez no hizo exclusiones con gente del gobierno, como que, hasta Luis Beltrán Prieto, Paz Galarraga y la gente del grupo ARS también llevaron lo suyo.

No. Ahora Escalona, con más experiencia, más mesurado, hizo sus excepciones, no incluyó en su denuncia personajes hasta claves, en la cual le faltó aplicar la palabra banal a unos programas. Por cierto, entre los que no aprobó, por lo menos no lo hizo de manera pública, está "Con el Mazo Dando". Claro tampoco con el de Mario Silva, sabrá Dios por cuáles motivos. "Los Roberto", de los "programas ejemplares", según la experta evaluación de Julio, gente inteligente y muy repleta de libros, agradeció el gesto invitándole a su programa de este reciente domingo.

Claro, se sabe que hizo excepciones porque en veces hay jugadas que uno se ve obligado a hacer, como aquella del dominó de salir de la "cochina", lo más pronto posible para hacer un cuadre y no la tranquen.

Pero este humilde escribidor que aprecia y respeta a Escalona, se sintió contento y medio redimido. Por lo menos en cierta medida se hizo eco de nuestros reclamos hasta donde le permiten sus convicciones y circunstancias.

Haberle pedido al gobierno ¡Soluciones ya!, de esa manera, es como cuando de jóvenes nos poníamos a gritar en medio de la calle y bajo una lluvia de piedras lanzadas de un lado y el plomo que nos venía del otro, contra las desacertadas y hasta mal intencionadas políticas gubernamentales. Y también eso de reclamarle deshacerse de esa burocracia paralítica que le rodea, es casi lo mismo que uno viene pidiendo desde hace años. Claro, él no va a llegar hasta donde uno quisiera, pero lo que hizo es bastante y uno de nuevo, y por eso le aplaudimos. Eso sí, esperamos que él, hidalgo como es, no se deje bajear con falsos y temerosos halagos.

Después de Escalona vino la gente del PPT. No se atrevieron a reclamar lo que deben, siendo miembros del GPP, como que el presidente no tiene por qué nombrarle a ese organismo coordinador cual, si fuese aparato de gobierno como el Frente Francisco de Miranda, ni cambio de gabinete con la misma seriedad, contundencia como lo hizo Escalona, sino como quien cree estar molestando y metiéndose en lo que no debe. Tal es así que quien habló por ese partido del GPP que, si bien no tiene muchos votos, si es una referencia meritoria, respetable y llena de valores, sólo se limitó pedir al presidente que "refresque" el gabinete. Algo así como el fanático de tribuna, que es sólo eso, un fanático, en medio de una multitud, pide al manager cambiar al pitcher que, en el octavo inning, lo ha hecho de maravillas, pero lo percibe cansado, sus curvas no rompen como antes y a la bola comienzan a vérseles las costuras. Es posible que el manager sepa eso, pero no tiene cómo hacer, porque no tiene en dónde apoyarse o alguien o unos cuantos del mismo equipo no lo se lo van a permitir. Pero en el caso nuestro, la verdad es otra, al pitcher, desde que comenzó, le están cayendo a palos, el más pendejo se le "embasa" aunque sea por bolas y en este caso, sus "curruñas" no tienen moral ni argumento para mantenerlo en juego. Y, lo que es más, hay por allí, en los rincones de la banca, como olvidados, buenos lanzadores, pero sin formar parte de grupo alguno. Por eso, el reclamo, debe hacerse con contundencia, como lo hizo Escalona y valiéndose de méritos y hasta "charreteras". Quizás, por esto, ahora mismo, el presidente vuelve a hablar de renovar el gabinete y, tómese en cuenta esto, sin improntas como "Revolcón y Sacudón". Si el GPP habla como debe y para lo cual tiene derecho podría cumplir con las funciones para las cuales existe.

Pero el vocero del PPT, que no reclama los derechos del GPP a ser tomado en cuenta en el diseño de las políticas, lo que incluye hasta conformar el gobierno, lo que no quiere decir reparto de cuotas, que si las hay, por eso en buena medida estamos como estamos, a que se le respete como organismo supremo de la alianza, se limita a pedir un simple refrescamiento y se les incluya a ellos en los puestos del gabinete. Esos pitcher pudieran estar cansados, es posible por tanto tiempo en eso, pero la verdad es que desde que comenzaron a lanzar no han mostrado tener algo en la bola. Más bien parecieran estar agotados de no hacer nada porque nunca han sabido por dónde empezar.

"¿Con quién vamos?" Preguntó el bonguero remontando el Arauca, sin dirigirse a nadie en particular, sino como una ironía. Nuestras voces se diluyen en el desierto y los vientos que vienen en contrario las apagan o nos las devuelven. El hambre es una vaina, uno hasta se come las palabras.

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