Con Chávez parecen diferentes, pero todos son iguales

Viernes, 29/01/2021 01:38 PM

Hoy se lee en Noticiero Digital una amenaza aparentemente ridícula de Enrique Ochoa Antich, el cual declara que apoyará a Maduro si Estados Unidos continúa con las sanciones. Cualquiera diría que no significa nada, pero significa el reacomodo de los nuevos adecos frente a los nuevos copeyanos. "Nuevos adecos" serán todos aquellos que no quieren ser identificados con la derecha pro gringa. Además del madurismo, estarán de este lado otros viejos adecos, estará Ochoa Antich, el gordo Barreto y Claudio Fermín, quienes aprovecharán lo que queda de Chávez para competir en puestos ganadores por alguna alcaldía o una gobernación. Como dicen, quien madruga coge agua clara, y es lo que hace Ochoa Antich su ridícula declaración.

Los nuevos copeyanos son los otros, desde Guaidó hasta Voluntad Popular, incluidos adecos y copeyanos de los viejos, y todos aquellos que reciben un sueldo del dinero robado al país, administrado hoy por EEUU. Nombrarlos es innecesario, todo el mundo los conoce. Para hacerse una idea de esta nueva distribución "nuevo adeco copeyana" solo basta con ver uno de estos miércoles el programa de Diosdado Cabello y las "calificaciones" que otorga en la cartelera de las noticias.

Lo cierto es que no terminan de dejar quieto a Chávez, a su imagen, todavía necesitan de ese poder de persuasión. Ninguno de los dos lados cuenta con la fuerza necesaria para que en unas elecciones irrisorias como las de diciembre, puedan ganar; no tienen la cohesión suficiente de un líder. Y Chávez, después de muerto, sigue siendo ese líder para muchos de los "nuevo adecos" del madurismo y ese resto que ahora estaría dispuesto a apoyar a Maduro con la excusa del interés nacional, la ayuda humanitaria, la patria y toda clase de hipocresía. Sin Chávez, son traidores; con Chávez simulan ser víctimas del imperio y socialistas.

Una de las ideas más destacadas leídas en estos días vino de Toby Valderrama y es esta: "Asimilaron la imagen de Chávez a sus planes, deformaron su mensaje de tal manera que lo incorporaron a las filas del capitalismo que él tanto atacó; cabalgando en la imagen distorsionada de Chávez, desmantelaron su obra, en nombre del Comandante lo asesinan todos los días. Esa era la única manera de derrotar al Chavismo, volviendo su fuerza, su prestigio contra él, sólo el "chavismo" podía derrotar al Chavismo". SOLO CHÁVEZ PODÍA DERROTAR A CHÁVEZ, porque, no cuentan con la fuerza moral suficiente para acabar con él. Pero tampoco cuentan con la fuerza moral suficiente para ganar otras elecciones, por eso no lo dejan en paz.

El problema con estos maduristas es que no se quieren desligar de Chávez, lo siguen usando como si en él nacieran todas sus acciones, por demás mezquinas, hasta crapulosas. Y a los otros los une Chávez en sentido contrario: Chávez es el demonio capaz de producir toda la ineptitud y maldad (que provocan los gringos en el madurismo). Unos, unidos por Chávez y otro unidos contra Chávez. O sea, sin Chávez moralmente no son nada, solo sirvientes de sus apetitos materiales, el apetito insaciable de los ricos y las ganas de hacerse ricos los otros, las razones morales, políticas, éticas se desvanecen.

Ya es tiempo de que dejen la figura de Chávez tranquila, de que la estén manoseando tanto. El comandante Chávez nunca quiso el reformismo y así lo condenó públicamente; Chávez se declaró marxista y leninista y Maduro no lo es, ¡no lo podría ser!, de cara a sus acciones y al miedo que lo paraliza, de solo imaginar que los inversionistas y capitalistas lo confundan con uno. Chávez no sintió vergüenza en declararse socialistas y pensó y actuó en contra de la lógica del capitalismo, sin embargo el madurismo lo ha convertido, a fuerza de frotar su rostro con sus vientres de aduladores sumisos, en uno de ellos, en un Chávez inofensivo, dulce, que todo lo soporta y todo se lo cala. Hasta los más ingenuos comienzan a sospechar la traición; hoy se reúnen con FEDECAMARAS (porque así lo quiso Estados Unidos); furiosos antiimperialistas se resisten a creer lo que ven y escandilumbrillados se lo explican como un acto de unidad nacional; a muchos les da miedo meterse en lo profundo y ver la realidad por eso solo registran el fogonazo. Pero otros muchos alcanzan a ver detrás y sospechan la traición o simplemente la reconocen con tristeza y se apartan.

Nosotros insistimos en que Chávez nada tiene que ver con Maduro y el madurismo. Después de estos últimos actos oficiales llenos de descaro es tiempo de que lo dejen descansar y que quede su espíritu y su obra para el análisis y el estudio de los genuinos herederos de la revolución socialista –de nuestra tradición revolucionaria – que siempre los hay y los habrá. Para los cándidos, la fuerza de un deseo nunca puede con la fuerza de la realidad, y por más que se quiera lo contrario, maduro y el madurismo nos llevan de vuelta al pasado: ellos ocuparán el espacio de los antiguos adecos y los otros el de los antiguos copeyanos; estados unidos estará conforme; una nueva burguesía aflorará en sus casotas de Cerro Verde y en la Lagunita, o quizás broten de la tierra nuevas urbanizaciones exclusivas; los ricos siempre serán ricos y los pobres… seremos más y más pobres.

Chávez se les agota, si es que no ya, pero para nosotros, los que sí creemos en el socialismo, en el marxismo leninismo, en Bolívar, en el chavismo y el Plan de la Patria como doctrina, hay Chávez de sobra, en el espíritu de independencia y soberanía frente al capitalismo, en una humanidad más justa, un mundo plural respetuoso de la vida, la naturaleza y sus misterios. El chavismo exiliado (fuera y dentro del país) debe volver con bríos, moralmente más fuerte y más claro, como Bolívar lo hizo por el paso de los Andes. Hay que reconquistar nuestra lucha por la independencia del yugo capitalista. Con Chávez ¡PATTRIA SOCIALISTA O MUERTE!

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