República Popular China, Reforma y Apertura: ¿Capitalismo chino?

Miércoles, 24/03/2021 01:09 PM

El líder histórico Deng Xiaoping, durante la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista, celebrada en el mes de diciembre de 1978, impuso la tesis de la "reforma y apertura" como la nueva fase del proceso revolucionario que comenzaría en aquel mes de julio de 1921 con la celebración del 1er. Congreso y fundación del Partido Comunista Chino (Partido de los Trabajadores de China. Tony Saich. "The rise to power of the Chinese Communist Party" y Ch´en Kung-po. "The Communist movement in China).

En ese orden, en el marco del obligante análisis teórico-práctico del significado de la propuesta político-ideológica, "reforma y apertura", aprobada durante la celebración del congreso referido, se impondría como política de Estado por el gobierno chino en su propio desarrollo político-ideológico post-Revolución Cultural (1966-1976).

¿Qué significan "reforma" y "apertura" en lo conceptual-histórico del proceso revolucionario de China; el preguntarnos cómo se ha desarrollado el proceso de su implementación y evolución política en sus diferentes etapas perfectibles y cuál ha sido el impacto que han tenido en lo conceptual-teórico durante su praxis tanto en la estructura económica como a nivel de la super-estructura desde una óptica teórica marxista? Estas preguntas obligantes nos tendrían que conducir a un acercamiento a la objetividad conceptual con referencia al sistema capitalista teniendo, permanentemente, presente el significado, como concepto, del "socialismo con características chinas".

¿Qué significaba para Deng Xiaoping el proceso, en su abstracción, como "reforma"; qué se buscaba "reformar"; porqué se debía "reformar; y, por último, para qué se debía "reformar"? Además el preguntarse, en esa relación dialéctica, en su proceso de desarrollo, como "reforma", cuando la misma se dirigiera a la "estructura económica", por esa misma lógica dialéctica en su evolución perfectible, cual, como reforma, tendría que tener un muy importante e inevitable impacto en todo lo referente a la "super-estructura" y, en consecuencia, su real-impacto en la estructura del Estado chino buscando mantener en su lógica de perfectibilidad como movimiento inevitable, necesario y obligante, por evolución histórica, su definición como el ser un Estado socialista chino en lo significado de su propio proceso sino-revolucionario. Sería, en última instancia, la íntima relación del proceso marxista chino con su evolución histórica.

En ese mismo orden de ideas, inquirirnos cómo se iba a decidir y poner en efecto el proceso de la "apertura", al tiempo que definir con cuáles gobiernos y países preferentes se procedería a acordar acuerdos de mutuo beneficio; cuáles serían los condicionamientos alcanzados por ambas partes negociantes y analizar, permanentemente, los impactos reales en lo interno-nacional dentro del proceso evolutivo en conjunción con el marco legal existente en China al mismo tiempo que temporal-en-evolución por la propia lógica del desarrollo de la apertura; por último, cómo iría a impactar dicho proceso cotidiano en la sociedad china tanto en lo económico como en lo cultural-político. Y, en última instancia, mantener el análisis permanente de la dialéctica referida a la "unidad reforma-apertura".

Otra de las variables a considerar son las temporalidades históricas desde su comienzo como política en ejecución en sus diferentes etapas de su desarrollo en el marco de su relación con la geopolítica internacional considerando las prioridades tanto del inversor como del receptor cuando nos referimos a la República Popular de China. Una otra de las variables por su importancia sería las transferencias obligantes de tecnologías cónsonas en considerando las realidades tecnológicas en China como las tecnologías que los países y gobiernos inversores estarían dispuestos a transferir. Todo ello condicionado a la relación de la demanda del inversor vis a vis con la adaptación de lo requerido en función de los objetivos a mediano y largo plazo correspondientes a los intereses de Estado del desarrollo de la economía china en su íntima relación con la Política de Estado aprobada por el partido comunista en aquel diciembre.

La puesta en escena de la interesante política de la "reforma y apertura" desde sus comienzos requería de la adaptación de normas laborales draconianas cuales fueran adaptándose al propio proceso de desarrollo de la misma política en mención en sus diferentes etapas de lógica evolución. Cierto que el "salto adelante" de la economía china sería exponencial en un promedio de crecimiento interanual, es decir, del desarrollo permanente de la estructura económica, cual sería de hasta un 15% interanual con lo cual el Estado chino lograría alcanzar altas cifras de acumulación cuales conjuntamente con los denominados "ahorros bajo el colchón" le permitiría al gobierno chino poder realizar importantes inversiones tanto en su estructura económica como poder invertir en el patio de su mejor socio comercial, los EEUU de Norteamérica. Esta realidad descrita llevaría a una profunda y grave asimetría en la balanza comercial bilateral cual ha venido impactando, seriamente y por consecuencia de su lógica-evolutiva, en las relaciones bilaterales sino-norteamericanas con importantes consecuencias en la geopolítica internacional. (Históricamente, el precedido escenario también se sucedería en las relaciones entre el Imperio británico y la corte manchú durante el siglo XIX que llevó a una confrontación bélica entre ambas naciones con la "Primera Guerra del Opio").

El cuadro anterior-referente dentro de un análisis actual de la geopolítica global nos permite precisar que el desarrollo de la "estructura económica" de la República Popular China le ha permitido alcanzar unos niveles de competencia global con quien se le ha calificado como "la primera y única potencia mundial" del siglo XX en considerando y tratando de comprender y aceptar las políticas de Estado aprobadas por Washington desde aquellos albores de la aprobación política-consultada por los imperios europeos de la norma jurídica de "Puertas Abiertas".

Esa objetiva realidad en curso ha tenido sus importantes impactos paradigmáticos con sus delicadas consecuencias en el permanente y continuo desarrollo evolutivo-perfectible del sistema capitalista mundial a niveles que se han ido manifestando en profundidad desde la denominada "Crisis de Wall Street" hasta las presentes circunstancias lo cual nos lleva a comprender, inequívocamente, las decisiones actuales que Washington ha venido adoptando, globalmente, durante el gobierno de Donald Trump y las continuidades políticas actuales del gobierno del "adulto mayor", Joe Biden. Sin mayores explicaciones.

El discurso político global en pleno desarrollo es el referido a la actual crisis del capitalismo llegando a expresarse como el comienzo de la decadencia del sistema capitalista en su lógica-histórica. Demostrable que el "capitalismo norteamericano" en su significación como "primera potencia mundial" se encuentre inmerso en una profunda "crisis conceptual sistémico-imperial" que nos lleva a deducir el tener que aceptar que, aparentemente, el líder histórico del capitalismo, en su propio escenario "imperialista", ha comenzado en su proceso decadente no solo en su realidad como imperio capitalista sino el tener que ir aceptando la inevitabilidad del proceso de "cambio de Era" (Rafael Correa dixit) y lo que ello significa como "poder imperial".

Esa objetiva realidad se está expresando en la conformación de los dos bloques históricos que se han venido confrontando desde el "Manifiesto Comunista" y la respuesta necesaria con la publicación de la Encíclica "Rerum Novarum". Es decir, en última instancia, las derechas versus las izquierdas en todas sus expresiones globales; es decir, continentales, nacionales, regionales e, incluso, a niveles de los legislativos junto con las consecuencias bélicas inevitables como lo aprendemos de los diferentes procesos de decadencias de los diferentes imperios históricos.

En ese orden de ideas, en el caso concreto de Venezuela, ambas fuerzas políticas, izquierdas y derechas, se vienen manifestando en sus máximas expresiones político-ideológicas, en relativas fechas recientes, desde que Nicolás Maduro Moros se responsabilizara de los avatares de la Revolución Bolivariana y Chavista.

La real confrontación geopolítica que vienen desarrollando los EEUU de América junto con sus "socios y aliados" en ambos recientes gobiernos, Donald Trump y Joe Biden, confrontando a la Federación Rusa, la República Popular de China, República Islámica de Irán, República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela, no necesita de mayores descripciones y explicaciones. Es, en ese orden de ideas, que la conjunción de todas las fuerzas de izquierdas venezolanas están en sus obligaciones políticas e ideológicas de tener que realizar las apropiadas y objetivas lecturas de los diferentes escenarios globales que se están imponiendo en esos escenarios globales en tanto y cuanto es evidente que estamos caminando hacia una confrontación bélica de proporciones no visuales.

En esa línea de nuestro discurso, es evidente y de fácil demostración, que un "acuerdo Potsdam", en las actuales circunstancias, no solo es improbable sino cuasi imposible cuando vamos conociendo los diferentes movimientos que se vienen realizando desde Washington acompañado por sus "socios y aliados" en los posibles diferentes escenarios bélicos colocados sobre el tablero de ajedrez. Junto con estas realidades, los discursos guerreristas de las derechas, nacionales e internacionales, están expresando y exponiendo sus reales objetivos político-bélicos con la finalidad-buscada de mantener, permanentemente, al sistema capitalista como realidad histórica eterna en el tiempo, al tiempo que tener que destruir las presencias de las fuerzas de izquierda en los niveles nacionales y globales.

Es, en esa línea de nuestro análisis, que no comprendemos las actitudes actuales del partido comunista en Venezuela cuando consideramos que Washington tendrá que realizar todos sus objetivos geo-estratégicos, por obligantes e inevitables, para poder controlar lo que es la base fundamental para el movimiento de sus fuerzas militares (léase: petróleo) en el marco de su confrontación con la Federación Rusa y la República Popular de China más aún cuando pareciera que las izquierdas continental-americanas vienen de regreso a detentar y ejercer el Poder Real.

 

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.

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