Cristianismo y socialismo para principiantes: algunas reflexiones sobre parecidos y diferentes

Domingo, 04/04/2021 07:42 AM

  1. El cristianismo tiene más de 2021 años y la idea socialista –no estructurada- nació al mismo tiempo que el pensamiento del hombre; es decir, Cristo no inventa sus ideas de la nada porque estas existían muchos años antes en el pensamiento de la época. Lo mismo el socialismo o el comunismo no nacieron con Marx y Engels en Alemania allá en 1840, sino que décadas antes vivieron hombres que pensaron y actuaron como "socialistas utópicos" que comenzaron a poner las bases de lo que sería la nueva teoría social. Esto es: nadie en lo social puede darse la categoría de inventor o creador; cuando más de organizador, de sintetizador de las ideas que se han venido expandiendo en el tiempo.

2. La realidad es que ambas ideas –el cristianismo y el socialismo- como todas las demás teorías- nacen para acabar o transformar una situación negativa que sufren los seres humanos, es decir, nacen como teoría revolucionarias para componer el mundo; sin embargo en la medida en pasan los años entran en proceso de vejez y descomposición. Y aquí entra, después de parecidos en el nacimiento, la primera diferencia: el Cristianismo comenzó a tener presencia, fuerza, a gobernar, desde los años 300 de nuestra era y el socialismo nunca ha existido como tal si hacemos a un lado los ensayos de "socialismos autoproclamados" en Rusia, China, Cuba, aplastados por el imperialismo y errores.

3. Lo que es innegable es que tanto el cristianismo como el socialismo tienen en sus principios básicos el servicio a los pobres. ¿Puede olvidarse aquel pasaje de Cristo de expulsar de manera violenta a los mercaderes que haciendo grandes negocios robaban a los pobres? ¿Puede negarse que cientos de miles de socialistas fueron encarcelados y asesinados por luchar en las calles solidarizándose con los explotados y oprimidos? Lo que sucede es que así como muchos se ponen la piel de cristianos sin serlo, así también agitan su bandera de socialistas buscando engañar. ¿Cuántos farsantes cristianos, por un lado, y socialistas por otro, han merecido su expulsión de la agrupación como socios o militantes?

4. Una diferencia básica es que el cristianismo que inicialmente era una organización para luchar contra la injustica, que reclamaba del gobierno un trato justo, al hacerse mayoría se convirtió en poder. Si durante sus primeros 300 años de vida sufrió persecuciones y miles de muertes, una vez que Constantino y Teodosio se hicieron del poder, se convirtió a los jefes cristianos en perseguidores protegidos en una religión con leyes que la protegían. Fue esa misma estrategia que se aplicó durante toda la Edad Media contra los pobres y que se aplica en el mundo desde que hace poco más de 500 años domina el capitalismo. Los ensayos "socialistas" que no pudieron desarrollarse no pudieron romper con el capitalismo.

5. Lo que sucedió es que todos los medios de información: TV, Radio, Prensa, controlada por sus empresarios -al total servicio del capitalismo, por lo menos desde que apareció la revolución rusa en 1917 que derrocó la aristocracia zarista- desató una gigantesca campaña para desprestigiar esa revolución y su "ideología comunista" que buscaba "acabar con el capitalismo y su mundo libre". La religión cristiana, al servicio del poder capitalista, funcionó como una poderosa arma contra las ideas colectivista que, que según los medios, buscaba acabar con la sacrosanta propiedad privada y con el capital". Así se construyó una oposición entre un cristianismo y un socialismo que nacieron para luchar a favor de los pobres.

6. De aquel bellísimo por justo cristianismo que durante 300 luchó contra los gobiernos para proteger a los pobres explotados y perseguidos, no parece quedar nada porque el clero ha vivido bajo la protección -y protegiendo- a todos los gobiernos del mundo en nombre de "la paz y la justicia". ¿Y el socialismo? Y lo he dicho: es inexistente en el mundo y sólo puede concretarse en la idea de igualdad, justicia y libertad que se manifiesta en las batallas callejeras. Si el nuevo cristianismo y el nuevo socialismo no batallan por la igualdad y por la muerte del capitalismo hasta su total desaparición, nadie tiene derecho de proclamarse su partidario, porque todo será una farsa, un engaño más.

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