La versión más nostálgica del bolero "Tú me acostumbraste" es sin duda alguna la interpretada por Omara Portuondo y Natalia Lafourcade. Esa tristeza por lo que una vez fue y en los actuales momentos no es, conlleva a identificarse con ese sentimiento.
Y es que en el gobierno de Maduro, poco a poco nos van llevando a acostumbrarnos a determinadas situaciones que en el pasado ni soñábamos en vivirlas. La alegría de caminar por el disfrute de la brisa y hacer ejercicio, ya no es posible. Caminamos porque no hay autobuses o se acaban los asientos.
Si tenemos vehículo propio, muy poco lo podemos utilizar, más es el tiempo que se la pasa en el garaje, puede ser por falta de gasolina, escasez de repuestos para repararlo, o falta de dinero para comprar un caucho. La solución más expedita, caminar para realizar las labores diarias.
Esa situación, mas el complemento del Virus, nos obliga a quedarnos en casa en un bien disimulado toque de queda, en donde el salvo conducto solamente sirve para evitar el matraqueo de un policía en crisis económica.
El quédate en casa será hasta que consigan suficiente combustible o el día de las elecciones. Las cuales de seguro no las suspenderán, pues están dadas las condiciones para que el chavismo se proteja del 80% de rechazo. Guaido desprestigiado, oposición dividida, y estricto control de bolsas de comida y bonos.
Muchos se están acostumbrando a vivir de los bonos y de la pensión de menos de un dólar mensual. Sin embargo si usted se sienta en una panadería en horas de la mañana, cada 15 minutos llegan personas, pidiéndole le dejen limpiar los vidrios, limpiar las aceras del frente o botar la basura, por un pan viejo y un poquito de café. Para poder medio desayunar.
Acostumbrarse al gran número de fallecidos es lamentable, vecinos y todo aquel que no tenga para comprar medicinas está en peligro, especialmente los que carecen de Losartan Potásico, para la tensión arterial, amén de los contaminados con el Covid-19, pareciendo que solamente hay vacunas para los directivos el gobierno y del Psuv.
Ya nos acostumbramos a que el presidente Nicolás Maduro todos los años, en su mensaje anuncie que este año será el del despegue económico, o que el bloqueo lo tiene trancado y contrariamente los rusos y chinos traen lo que les da la gana.
Otra parte de la canción dice que. "Y tú me enseñaste que son maravillosas". Habría que ver lo maravilloso del legado de Maduro, sobre todo si todas estas cosas se comparan con el mar de la felicidad cubano que tanto amaba Chávez.
No deben tardar mucho, en ese orden de idea de las cosas maravillosas, en comenzar a darle publicidad a la nueva dieta venezolana, que dejara bien atrás aquella del ayuno intermitente, o las bajas de carbohidratos o proteínas. A punta del hambre que estamos pasando la mayoría de los venezolanos.
No faltará algún madurista trasnochado que cante la última parte del bolero, casi en medio de lágrimas. Como preguntándole al comandante supremo y viendo a lo alto "porque no me enseñaste como se vive sin ti"