El país marcha en medio de la batalla que ya conocemos, no nos detendremos aquí, en lo que muchos ignoran aún pero la terca realidad los mueve cada día; ciertamente hay quienes solo ven el efecto y no las causas lo cual genera confusión, en ese orden de ideas es bueno, más allá de entrar en un debate esteril; proponer, lanzar ideas que puedan unirnos en torno a un gran proyecto nacional cuyos principios elementales sólo es posible mantener en el marco de un modelo socialista de sociedad que es menester construir con nuestro propio barro, obviamente, sin olvidar experiencias vividas por otros procesos, manteniendo siempre ideas básicas del socialismo pero adaptado y contextualizado a nuestras peculiaridades... Si algo grande tuvo Fidel, fue ser un heterodoxo militante, también lo fue Chávez, antes lo fueron Miranda, Bolívar, Sucre, Zamora, es decir, tenemos de sobra para apoyar nuestras teorías en personajes que han marcado historia como por ejemplo Simón Rodríguez y sus tesis. Pues en esta batalla de ideas nosotros tenemos que desarrollar nuestras tesis, nuestros métodos, nuestro socialismo. ¿Por qué digo esto? Pues porque se necesita dar un salto cualitativo hacia algo vital: LA UNIDAD NACIONAL. No es posible desarrollar el país sin la unidad nacional, la misma tampoco es posible sin conjugar una serie de factores e intereses que nos permita amalgamar un proyecto nacional de desarrollo integral de carácter inclusivo y dentro del principio de la democracia participativa y protagónica y el poder popular, es decir, el poder de los pobres y en manos de los pobres y excluídos, esto asusta a tirios y troyanos, pero ni modo, hay que hacerlo. Se dice fácil pero se requiere un mundo de creación y un montón de ideas para concretarlo, se trata de definir si los pobres están en condiciones de hacer la revolución o no, y si no están en condiciones cómo hacer para que ese pueblo esté en condiciones de hacer la revolución que planteó y nos señaló Chávez.
Todos sabemos que el ejercicio del poder es un arte, poder o no poder, en esto no hay medias tintas. El capitalismo concentra el poder, por tal motivo, la antípoda, es decir, el socialismo, debe hacer todo lo contrario: democratizar el poder, es decir, lanzarlo por las calles y los campos, desparramarlo por todo el territorio de la patria. Esto nos lleva a plantearnos muchas interrogantes; Cómo, cuándo, dónde, por qué... El chavismo plantea el tema del socialismo territorial, es decir, una forma determinada en un espacio determinado, sin dogmas, sin recetas pero con una conexión perfecta. ¿Qué significa esto? Pues que cada espacio tiene una realidad, unas características, unas peculiaridades y en base a las mismas se necesita desarrollar un plan que tenga una coherencia y una planificación central, pero la acción vital tiene que ser del colectivo y el colectivo es todo el pueblo; que es mucho trabajo, si, pero eso no es problema para el corajudo de a pie que no le queda otra que echarle bolas toda la vida. Para lograr esto se requiere de mucha unidad y sobre todo de mucha conciencia, mucha organización y mucha disciplina, algo que a veces nos cuesta asimilar.
Desde hace rato batallamos contra la dependencia; la dependencia cultural, económica y política. Esta batalla ha tenido altibajos, pero se está avanzando. La otra batalla fuerte es dejar a un lado, pero sin ignorar, lo negativo y resaltar lo positivo venezolano, recordando a Augusto Mijares. Lo positivo resalta en cada esquina de la patria, pero lo negativo trasciende los medios y sobretodo las redes sociales; es típico el rumor negativo, esto opaca generalmente la buena nueva. En eso nos enganchamos chavistas y antichavistas; medios de derecha y también los nuestros, pues tiene que llegar la hora de que eso cambie y se produzca un equilibrio que permita que la autoestima embargüe al colectivo nacional. Luego se requiere el desarrollo de todas las capacidades productivas del país en un plan estable y definido que nos lleve a la independencia económica que solo es posible en un modelo socialista. ¡Ah, pero no todo el país es socialista! Eso es cierto, pero la economía puede ser democrática, es decir, el modelo, el sistema y los actores pueden ser librepensadores, lo importante es el sistema y su modelo. Sería de locos pensar en un proyecto nacional sin estar claros dell contexto mundial; el mundo lo domina en lo económico el capitalismo,. el mercado, sus reglas, sus leyes, sus instituciones son capitalistas, con ideología capitalista. Eso es la realidad, pero, y eso lo planteó Chávez, en un mundo multipolar, con una reingeniería económico social y cultural, el nacimiento de nuevas instituciones permitirá ir zafando el dominio imperial.
Pero volvamos a Venezuela y nuestra situación; la batalla actual tiene que sumar todas las potencialidades nacionales en pro de ir desatando el nudo gordiano que el imperio nos impuso de sus mecanismos económicos de dominación. Lo más importante sería marchar hacia la autosustentabilidad, pero eso no es sencillo, requiere tiempo, requiere tecnología, conocimientos, ciencia, etc. Pero es lo que necesitamos hacer. Si poseemos las materias primas, se necesita poderlas procesar y sacarle valor agregado. Esto no se logra en un modelo capitalista dependiente; se necesita liberar la economía nacional y para ello se requiere de actores distintos a los tradicionales en un despliegue también distinto al concepto tradicional de concentración en la zona norte costera del país para equilibrar el territorio y democratizar el espacio; son conceptos que se lanzan que estamos obligados a desarrollar para fortalecer nuestro modelo propio. Para ello se requiere de una potente red ferrocarrilera nacional, afectada por el bloqueo, pero que necesitamos reactivarla a como dé lugar... Un plan de desarrollo agroalimentario que requiere de centenares de miles de manos... un sistema de distribución y almacenaje que necesita la máxima tecnificación para evitar que lo que produzcamos acá nos lo roben vía contrabando y saboteo económico.
Todo esto es posible en medio de paz, de estabilidad institucional, de acuerdo nacional y de democratización del modelo económico productivo nacional. Solo el pueblo salva al pueblo, se dice, pues los socialistas por principio debemos avalar esto, apoyarlo, mantenerlo en alto. Ciertamente que heredamos un estado capitalista, con estructuras creadas para la explotación; generamos una economía parasitaria de país factoría, vendo petróleo y traigo cualquier baratija que la publicidad obligue a l@s venezolan@s a consumir, en resumen, me convierto en vendedor de baratijas; eso tiene que ser el pasado, ahora vamos a producir.
Aquella frase de "aquí nada funciona", como también de "aquí todo funciona", es una terrible manipulación; una desanima a cualquiera; otra, se aleja de la realidad y se pierde la noción de lo acometido, es menester ser objetivo, decirlo, comunicarlo. Los actos de gobierno y de la revolución social no puede ser solo de consumo de cenáculos, tiene que ser de toda la población la información veraz y nadie mejor que los propios medios del estado revolucionario para asumir la vanguardia en informar lo real.
Nos preparamos para un proceso electoral que seguramente copará en los próximos meses la agenda informativa de los medios, sin embargo, ojalá aprovechemos la campaña para comenzar a lanzar ideas en lo referente al tema económico que nos acogota y la independencia del mismo.
Cuando no están las cosas, la especulación se desata, los controles se hacen inservibles, sabemos que gran parte de la causa está en el saboteo y bloqueo, pero no el cien por ciento, y si es así, me gustaría que me echaran el cuento completo. Hay un tema cultural en el tema especulativo y eso hay que tratarlo políticamente como parte de la batalla cultural que la revolución necesita librar, lo contrario es perdernos.
Sin duda que son bastantes los problemas, las tareas a desarrollar y ninguna fácil de resolver... La revolución bolivariana tiene su base más sólida en la participación popular ¿Quien dijo miedo? Marchemos hacia allá, abramos las puertas a un pueblo que organizado y disciplinado catapultará al país, o es que acaso ¿Es pura demagogia lo de poder popular? Pues no, allí está el caracazo, desencadenante de esta revolución, el 13 de abril, profundización de esta revolución, la constituyente, paró en seco el plan de las guarimbas y secó a la derecha golpista ¿Queremos más ejemplo? Es un claro ejemplo que se puede y podremos!!!