Qué táctica para qué estrategia: a propósito del debate interno de la APR

Jueves, 24/06/2021 12:19 PM

El próximo 21 de noviembre se llevarán a cabo las megalecciones, en las que se pondrán en disputa las gobernaciones, alcaldías, consejos legislativos y concejos municipales. Tras la convocatoria, las organizaciones políticas han comenzado un proceso de organización y disposición de fuerzas para la contienda electoral: el PSUV, ha llamado a un proceso de primarias para intentar revivir la afiliación e identificación partidistas, perdidas tras años de imposiciones desde arriba, y de la aplicación de políticas neoliberales, antiobreras y antipopulares; la oposición moderada y la leal al gobierno, tras ir divididas en las pasadas elecciones ha conformado la Alianza Democrática, con el objetivo de disputar espacios ejecutivos; mientras que la derecha pro yanqui, va sin prisa pero sin pausa creando las condiciones para entrar en la contienda sin terminar de fracturarse.

Las organizaciones de izquierda agrupadas en la Alternativa Popular Revolucionaria no son ajenas a este debate táctico: por un lado, están quienes apuestan por la escogencia de candidatos «notables» o independientes que cuenten con la capacidad de movilizar masivamente el voto; por el otro, estamos los que apostamos a candidatos definidamente de izquierda, que provengan de luchas concretas contra las políticas neoliberales del gobierno y que defiendan los intereses de los explotados y oprimidos. Cada una de estas tácticas, tiene a su vez implicaciones estratégicas, cuyo estudio será el fin de este artículo.

Táctica y Estrategia

Lo primero que hay que dejar claro es que táctica y estrategia están estrechamente vinculadas. Clausewitz, respecto estos conceptos señaló que:

La Dirección de la Guerra es […] la disposición y dirección de la lucha. Si esta lucha se desarrollase en un solo acto, no habría razón que justificase la división de aquella; pero la lucha consiste en un número mayor o menor de hechos aislados, cerrados en sí mismos, que llamamos combates […] De aquí se deduce la existencia de dos acciones completamente distintas: la disposición y dirección de estos combates y el ligarlos entre sí para el fin de la guerra. La primera constituye la Táctica, a la segunda la llamamos Estrategia1.

Así, tener una estrategia implica el diseño de tácticas que se correspondan con los objetivos planteados, que nos permitan alcanzarlos o por lo menos acercarnos. Pero, ¿Qué fines se planteó la APR al momento de su fundación en 2020?

En su primer comunicado, la Alternativa Popular Revolucionaria se planteó «proporcionar un nuevo referente de izquierda para las venezolanas y los venezolanos», y aunque nacía en una coyuntura electoral, reconocía que «solo la organización y la movilización de las mayorías trabajadoras, campesinas y bases populares abrirán caminos a un mejor mañana». He ahí su objetivo estratégico y cómo lograrlo.

¿Construir una Alternativa a través de la lucha u ocupar cargos de elección popular?

Como señalamos en la introducción de este artículo, durante los debates para la escogencia de candidatos y candidatas de la APR se han expresado dos visiones tácticas diferenciadas. Cada una con implicaciones estratégicas distintas.

Por un lado, estamos quienes en medio de la coyuntura electoral proponemos que los candidatos de la APR deben ser compañeros y compañeras militantes de la izquierda, que estén involucrados en luchas concretas o que surjan al calor de las luchas mismas contra las políticas neoliberales del gobierno y la agresión imperialista, pero que además expresen los intereses de las masas explotadas y oprimidas de la sociedad.

El objetivo estratégico tras esta propuesta, es vincular la lucha social reivindicativa con las luchas políticas, aprovechar el escenario electoral para visibilizar a quienes están enfrentando el ajuste neoliberal y potenciar la creación de nuestros propios referentes. De lo que se trata, es de construir una alternativa al calor de las luchas: por un salario igual a la canasta básica, contra los desalojos campesinos, las privatizaciones y las ZEE, por la libertad de lxs trabajadorxs presxs y contra la criminalización de las luchas, contra los feminicidios y por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, entre otras.

Por otro lado, están quienes proponen que los candidatos sean «notables», o independientes que cuenten con la capacidad de movilizar masivamente el voto (o con recursos para costear una campaña). La táctica consiste en lanzar a estos candidatos mediáticos a puestos ejecutivos (gobernaciones o alcaldías), para que detrás, colocados estratégicamente en las cabezas de las listas a concejalías o diputaciones regionales, puedan llegar los «cuadros» de los partidos2.

El objetivo estratégico no declarado detrás de esta visión, es el de ocupar puestos de elección popular. Pero ¿qué puede hacer un concejal o un diputado regional en minoría, si no existe el respaldo de un gran movimiento popular que reclame y haga valer sus derechos? Si estos candidatos no provienen de las luchas, el puesto que ocupen (si es que lo logran bajo las condiciones actuales), no será jamás la expresión de la fuerza acumulada, sino de la popularidad del notable que los llevó al cargo.

Incluso si el objetivo de los compañeros fuese crear una opción meramente electoral (y hasta ahora eso es lo que ha sido la APR), esta táctica estaría errada, pues pospone la creación de referentes propios indefinidamente, buscando subordinar las luchas populares a la estrategia electoralista, o intentando convertir a los movimientos sociales en clientes del partido (que hace el papel de gestor de sus demandas ante el Estado).

Carabobo: La precandidatura de Acosta Carlez y las tareas de la izquierda

La precandidatura de Acosta Carlez en Carabobo, impulsada por individualidades de los principales partidos de la APR en la región, es un ejemplo de la aplicación sin principios de la estrategia electoralista.

En su artículo Razones para Rechazar un suicidio político, el camarada Jeison Rondón desmonta los «argumentos» de quienes apoyan a Acosta, dejando en evidencia que el otrora candidato de Claudio Fermín por el partido Soluciones no sólo es un neoliberal declarado (lo que va en contra del espíritu mismo de la APR), sino que además es un muerto político que derrotamos en las elecciones pasadas.

Para la APR, es imperioso definir en su próximo congreso una estrategia que reafirme la voluntad de trascender lo electoral y oriente sus acciones hacia la lucha. Trascender lo Electoral no implica, como algunos nos han señalado, apostar al abstencionismo, sino subordinar lo táctico-electoral a lo estratégico: la unidad y movilización de los que luchan, y la creación de un referente de izquierda en la política venezolana. De lo contrario, se habrá abortado por enésima vez el intento de construcción de una Alternativa.

Las compañeras y compañeros de enComún que formamos parte de la Alternativa, tenemos la firme intención de pelear por esta orientación estratégica, y hacemos un llamado a todos los que han venido defendiendo lo mismo, a reagruparnos para convertir a la APR en un instrumento de los explotados y evitar que se pierda este esfuerzo unitario en el electoralismo estéril.

Por tácticas que nos acerquen a nuestros objetivos estratégicos
Por candidatas y candidatos de Izquierda que luchen
Trabajemos en Común por la construcción de una verdadera Alternativa

1 Clausewitz, Carl von, De la guerra, Tomo I, Buenos Aires, Círculo Militar, 1968., p. 147. Citado en: Albamonte, E. and Maiello, M. (2017) Estrategia socialista y arte militar. 1era ed. Ediciones IPS. Buenos Aires.

2 Es una practica común de los partidos lanzar a sus cuadros más formados encabezando las listas, y esto no tienen nada de malo como táctica electoral. El problema está cuando la táctica electoral no se subordina a los objetivos estratégicos de la lucha.

 

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