"No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista"
El martes 25/03/2014 en un artículo publicado por este portal nos preguntamos: ¿Quo Vadis OEA? y después de hacer algunas reflexiones sobre la postura de esa organización en relación con el caso Venezuela, finalizamos diciendo que si el Presidente Hugo Chávez sentenció que la constitución de 1961 estaba moribunda y la condujo a su entierro definitivo, la OEA también era una institución moribunda, condenada a morir, por corresponder a escenarios internacionales ya superados, por encontrarse desfasada de las realidades actuales, por estar carcomida por dentro y porque nació con el sello imperial de dominio y sojuzgamiento.
Y también dijimos que Venezuela y su gobierno por tanto debían, con sus aliados, no dar paso alguno que lograra oxigenar a lo que se encontraba en terapia intensiva.
A la OEA había que decirle quo vadis en tanto su muerte era inevitable, y lo único que quedaría era desearle, con una actitud benevolente, que descansara en paz.
Han pasado ya siete años desde entonces y mucha agua ha corrido por el río. En abril de 2017 la República Bolivariana de Venezuela, apegado a valores como la dignidad, independencia y soberanía, inició oficialmente el proceso de retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA), concretado dos años después.
Hoy en día están ocurriendo algunos hechos que evidencia, aun más, la no vigencia de esa institución. Por doquier se levanta voces denunciando que ese organismo no cumple con su carta fundacional en la cual se establece, en el artículo 19, que "ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen".
Contrario a eso, la OEA, no solamente ha estimulado que otros estados o grupos de estados (verbi gracia, el "Grupo de Lima") intervenga en asuntos internos de otros países (Venezuela, es ejemplo de ello), sino que también directamente ha propiciado golpes de estados en países miembros (el golpe contra Evo Morales en Bolivia de 2019). Últimamente, sin descaro alguno, lo viene haciendo contra las revoluciones sandinista y cubana.
Su actual Secretario General, Luis Almagro, es prácticamente un empleado servil al amo imperial.
Se levanta la dignidad
Por supuesto, quedarse callado ante tamaña desfachatez era una opción que algunos gobiernos de la región se resisten a seguir.
De allí pues, que en castillo Chapultepec, ciudad de México, el 24 de julio de 2021, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en el 238 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, el Libertador, dijera con mucha firmeza lo siguiente: "Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia; digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos. Apliquemos, en cambio, los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual, "las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos.
Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica: la propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que, afortunadamente, existen en todos los países de nuestro continente.
Lo aquí planteado pueda parecer una utopía; sin embargo, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo. Mantengamos vivo el sueño de Bolívar".
Durante un encuentro virtual, el 30/07/2021, por el segundo aniversario del foro Grupo de Puebla, el presidente argentino, Alberto Fernández señaló que los años del gobierno de Donald Trump (2017-2021) en Estados Unidos "hicieron que la OEA no fuera un lugar de encuentro para América Latina", sino "una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares".
"La OEA tal como está no sirve. El primero que tiene que hacer mea culpa es el señor (Luis) Almagro por la cantidad de cosas que ha hecho" y agregó que "también la institucionalidad de EE.UU. por haber propuesto y sostenido a un hombre como Almagro".
El presidente argentino añadió que el accionar de la OEA en Bolivia "necesariamente tiene que ser investigado y tiene que ser juzgado", respecto de las nefastas actuaciones en las elecciones presidenciales celebradas en 2019, cuando había triunfado Evo Morales. Insistió y recordó que trabaja para que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) "sea el lugar de reemplazo".
Por su parte, el canciller boliviano, Rogelio Mayta, manifestó, a principios del este mes de agosto, que "Almagro tiene que darse cuenta que lo mejor que podría hacer es irse de la OEA porque, si no se va ahora voluntariamente, está haciendo tan mal las cosas, que puede resultar siendo echado de su cargo" y aseguró que "actúa como si fuera el dueño" de la entidad regional y, durante años, no ha dado pasos efectivos para lograr la "unidad y la integración" de los países de América Latina.
El canciller boliviano Mayta también denunció el papel del secretario general de la OEA en el golpe de Estado de Bolivia en 2019, y ha hecho hincapié en que la gestión ignorante de Almagro no se limita a lo sucedido en el país andino, sino sus acciones han estado en sintonía con medidas proactivas e inteligentes ante las necesidades de los países miembros.
Por eso el ministro boliviano concluyó diciendo que ningún país de la región debe callarse ante las acciones del secretario general de la OEA y deben seguir denunciándolas hasta su renuncia. "Almagro es un escollo, Almagro es nefasto. América no se merece un secretario general como Almagro"
Y para rematar, el 06/08/2021, el nuevo canciller de Perú, Héctor Béjar, anunció el retiro de su país del llamado Grupo de Lima como parte de la implementación de una política exterior no injerencista, a instancias del presidente Pedro Castillo.
El ministro de Relaciones Exteriores peruano señaló que a cuatro años de la creación del Grupo de Lima, el cual fue instaurado para producir el derrocamiento de la revolución bolivariana, sus participantes han cambiado sus puntos de vista.
Perú se suma a México, Bolivia y Argentina en la lista de naciones que suscribieron la creación del Grupo de Lima y lo han abandonado, aunque el caso peruano es emblemático por llevar el nombre de su capital.
Béjar expresó que de ese modo Perú se unirá a las naciones europeas y latinoamericanas que ya trabajan contra las políticas de bloqueos unilaterales que afectan a Venezuela, sin intervención alguna.
También adelantó que la diplomacia peruana retirará del Congreso la solicitud para salir del tratado que instituyó la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y que, por el contrario, impulsará su reconstitución y modernización como un organismo de cooperación y consulta que afirme la entidad propia de Suramérica en la política mundial.
De igual forma Béjar anunció que Lima se reinsertará en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y, en ese espíritu, en concordancia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, Perú condena los bloqueos y las medidas restrictivas unilaterales que solo afectan a los pueblos.
Así que ahora la cosa sí parece que va en serio. El señor Almagro puede pasar a la historia como el enterrador de la OEA.
El grito de quo vadis OEA, se escucha con más fuerzas contra esa organización absolutamente fracturada y ojalá pronto no sea una utopía sino una realidad. Para reemplazarla está la CELAC, sin EE.UU. ni Canadá.