Con humildad y fiel al legado del Comandante Hugo Chávez Frías, el pueblo de a pie, el pueblo trabajador, ese que sufre los embates de un irracional bloqueo y de las medidas coercitivas implementadas por el imperio genocida norteamericano, asistió el pasado domingo 8 de agosto al proceso de elección interna de las candidatas y los candidatos por el PSUV para los cargos de alcaldes, alcaldesas, gobernadoras y gobernadores de las elecciones a celebrarse el venidero 21 de noviembre.
Con disciplina y alegría un importante contingente de la militancia y simpatizantes del partido de gobierno dieron muestra de la confianza que, a lo largo de dos décadas de Revolución Bolivariana, tienen en un proceso que ha venido prometiendo la transformación social, política, económica y cultural del país. Confianza que, una vez más lo volvemos a recordar, no debe ni puede ser traicionada por quienes hoy se asumen dirigentes de la Revolución Bolivariana. Lo observado en los centros nucleados que sirvieron de escenario para el referido proceso eleccionario interno, es quizás una muestra, la gota de miel de todo un panal, de ese pueblo que en su momento juró lealtad al Comandante Chávez y hoy quiere hacer radicalmente tangible muchos de los logros conquistados.
Más allá de las desavenencias que previas y durante el proceso eleccionario interno del PSUV se hicieron presentes entre unos y otros aspirantes, toca ahora cerrar filas en el apoyo a quienes resultaron electos y electas. Las diferencias siempre han estado y estarán presentes, lo que poco o nunca ha habido de parte del PSUV es el cauce necesario para dirimir políticamente dichas diferencias.
Tareas importantes, una vez más lo repetimos, es el compromiso de candidatos y candidatas de la revolución por garantizarle al pueblo el cumplimiento, la materialización y concreción del Golpe de Timón, del Plan de la Patria 2013-2019, de las Leyes del Poder Popular, del Estado Comunal y, sobre todo, atender al principio que el Comandante Chávez siempre ratificó: MANDAR OBEDECIENDO.