La democracia interna del Psuv y las grandes minorías

Jueves, 12/08/2021 02:37 PM

La organización social, la participación, la consulta y el debate, son principios básicos de todo modelo democrático. Las elites y los parásitos del poder, han ideado mil formas para impedir que la democracia tenga la esencia de elegir libremente, de decidir a conciencia y al margen de la maniobra y la campaña mediática, elaborada por expertos para inducir a la pérdida de soberanía individual, de noción real de la política, creando un sujeto que se automatiza en sus respuestas cotidianas a determinados asuntos, a cuenta de militar en filas de partidos políticos o defender ideas que asimilan luchas por la igualdad y los derechos, la bandera de lo que hoy llaman algunos "causas perdidas", ha sido siempre la pobreza y la exclusión, la explotación, la construcción de un mundo mejor, salvar al planeta, o en definitiva: cambiar el modelo existente, sustituirlo por uno más acorde a la condición humana de coexistir.

Algunos aspiran un desvarió filosófico para explicar lo que actualmente ocurre, otros esperan que alguien diga algo que se relacione con sus esquemas de pensamiento, y tener así una especie de consuelo que lo saque de la soledad que producen las ideas absurdas. Quienes se alegran por tener "oportunidades" en las organizaciones controladas por mafias, tienen poca perspectiva de la realidad política imperante, en toda expresión organizada de la lucha; hay intereses que privan la posibilidad de avanzar a posiciones consolidadas de construcción de poder, el PSUV no escapa a esa lógica creada por los adecos en Venezuela, el espíritu de Betancourt está presente en cada propuesta, en cada decisión; y en la interpretación del momento histórico que hacen sus dirigentes.

La fulana democracia interna, de la que tanto han hablado los jerarcas del partido, remite a escenarios internos en los que la arrogancia y el caudillismo, provocan ruedas de prensa que contradicen lo propagandeado, resulta que ahora hay instancias que superan la soberanía del voto, esas instancias (controladas ya sabemos por quién), aparecen omnipotentes en cada oportunidad que los dueños del poder oyen ruidos de cambio, cuando el grito de los oprimidos interrumpe sus bacanales. Son varios los casos en los que se demuestra fehacientemente la condición utilitaria que le dan estos grupos a la democracia, al estado de derecho, a la opinión de las masas y a la organización popular.

Los resultados son bastante claros, la militancia de un proyecto de país, ha hecho un alto frente al cuadro dramático que presenta la política en Venezuela, y sus consecuencias a la vista de todos, el linchamiento, la amenaza y el miedo; hace mucho sustituyeron el debate y las propuestas surgidas de los diagnósticos, del trabajo colectivo y la mirada en perspectiva de construir el socialismo, el plan de la patria, la constitución y las instituciones, sufren el desconocimiento y la inobservancia de quienes alardean de los "procesos democráticos y las consultas internas". A todas luces, la democracia en Venezuela, sufre un retroceso, se reduce al hecho de votar, de escoger entre candidatos del agrado de quienes dirigen.

Hubo candidatos que recibieron el respaldo interno, que gozan de credibilidad en las filas del chavismo, reflejo inequívoco de procesos internos que buscan disputar limpiamente los espacios de poder, ocupados por quienes se han dispuesto a vender el alma al diablo; con tal de preservar los privilegios adquiridos a partir de su elección. No se trata esta vez de legitimidad o legalidad, pues las reglas poco importan, y las leyes se ajustan al capricho absolutista de la familia real.

Entrar en el análisis de los resultados, no puede obviar los niveles de participación, no puede obviar las condiciones de quienes acudieron al llamado del partido, sugestionados, coaccionados o simplemente por seguir creyendo en cumplir la línea de Chávez, en fin; las razones sobran y no estamos hablando de las pasiones que motivan a las acciones electoreras, pues; de eso saben los que llevan la escogencia a un mero acto de rivalidades y corrientes, en ese terreno, siempre ganan los poderosos.

Tenemos la firme convicción de seguir luchando, de seguir creando condiciones favorables a una democracia verdaderamente revolucionaria, cuando nos presentamos como aspirantes a un cargo de elección popular, lo hacemos en la noción de construir mecanismos efectivos de participación que se adecuen al proyecto de país elegido en 1999, plasmado en la constitución y puesto en marcha por los movimientos populares, eso de verdad no entra en discusión, pues los asuntos más urgentes para los que aspiran seguir en el control del estado y sus recursos, es mantener la filiación a una clase política instalada en su estructura, cuya mediocridad se pone de manifiesto en cada acción.

No consideramos democrático el proceso interno de escogencia en el PSUV, imposible tragarse semejante rueda de molino, los candidatos "electos" resultan ser los menos favorecidos con la simpatía de la militancia, gente atornillada en los puestos, que han logrado un tejido clientelar que les permita decidir e incidir en decisiones trascendentes pero que lo hacen en favor propio y no en favor del país.

Para democratizar los procesos que se pretenden de "apertura política", no basta que se presenten candidatos "alternativos" a la macolla, es necesario sincerar el papel de un partido que nació con el objetivo de dirigir un proceso revolucionario y terminó siendo refugio de prácticas aprendidas durante el periodo puntofijista. Urge cumplir las líneas establecidas para dar cabida a propuestas de base, materializar proyectos en los que ha participado activamente el pueblo organizado, convertir a la universidad en motor de la investigación y el conocimiento que permita superar las trabas que impone el modelo dominante.

Las declaraciones destempladas son trampas mediáticas, la pirotecnia verbal también cumple con las premisas de engañar, de distraer de ocupar a la opinión publica en asuntos irrelevantes, mientras tanto la piñata electoral está cargada de sorpresas, los coleados no necesitan elecciones internas, esos van en la lista por la fórmula que se aplica en el PSUV para ganar favores: subordinación absoluta y silencio cómplice ante la actuación errática de los líderes.

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