Los del PCV son de la CIA y Cuba vota contra Venezuela en Caricom. Los cambios que el mundo da

Jueves, 16/09/2021 04:21 PM

El mundo y cuando hablo este, me limito al planeta tierra, porque mi aparato de escrutar el espacio es muy limitado y no llega muy allá que digamos, anda dando cabezazos, se apaga y prende sin control y, además sin que eso sea su culpa, suceden cosas que se salen de eso que uno llama la lógica, de nuestra lógica y por lo que espera sucedan de otra manera, más bien por lo "retependejo" que es uno. Como una muestra de lo que antes dije, los del gobierno llaman a Oscar Figuera Secretario General del PCV, por ser este muy cuidadoso y celoso, por los zarpazos que tira el imperialismo y esas muestras de debilidad nuestra expresadas en la Ley antibloqueo y la relativa a las ZEE, "Delfín de la CIA y agente a sueldo del imperialismo."

Por eso empezaré por el Caricóm. María Alejandra Díaz, el 15 próximo pasado, es decir ayer mismo, puso el siguiente tuiter, "ESEQUIBO De malagradecidos está lleno el infierno: CARICOM (que incluye a Cuba) reitera apoyo a Guyana en disputa con Venezuela por tema d nuestra Guayana Esequiba."

//www.swissinfo.ch/spa/guyana-venezuela_el-caricom-reafirma-su-apoyo-a-guayana-en-la-disputa-con-venezuela/46948780.

Lo he puesto textualmente. Sin poner, agregarle y menos hecho modificación alguna, salvo las negritas. Como se dice en el lenguaje coloquial, "tal como le compré lo vendo".

El tema del Esequibo de hoy, no es ya una "pequeña diferencia entre hermanos", lo es entre la ExxonMobil, es decir el capital norteamericano, con todo lo que eso implica, incluyendo lo del imperialismo y Venezuela. Lo que, en la visión de Bolívar y Chávez, en este conflicto, este nuestro país, simboliza la independencia que el primero dejó inconclusa, de toda la "América antes española".

De donde no es difícil concluir, dado el control que la empresa gringa hoy ejerce sobre ese espacio, sus recursos y sobre el gobierno mismo, tema que no es un misterio para nadie, que el Caricom, incluyendo Cuba, votó a favor de la opción más favorable a aquella compañía, al capital y gobierno de Estados Unidos.

Esa decisión impactó tanto a María Alejandra Díaz, que exclamó "De malagradecidos está lleno el infierno".

Es evidente que María Alejandra, pese hizo alusión específica a Cuba, usó esa expresión por todo lo que Chávez, y hasta el gobierno de Maduro, hicieron por los países que integran ese organismo que, también forman o formaron parte, uso el pasado por si es que está muerto, lo que no es extraño dado el deplorable estado en el cual nos hayamos, de Petro Caribe, mecanismo mediante el cual, partiendo de algo que iba mucho más allá de la simple solidaridad fraternal, les surtieron de petróleo a muy bajo costo y con comodidades de pago. Por eso dijo aquello de los "malagradecidos e infierno".

Pero eso de Caricom no es nuevo. Sólo que ahora se limita a ratificar lo que antes, no hace mucho tiempo, coincidiendo con el inicio de las actividades de la ExxonMobil en ese espacio y la reactivación de una controversia que por años se prende y apaga, según ciertas circunstancias. Y como ahora, antes también, Cuba, votó contra Venezuela.

Porque la política no es sólo eso amorfo pero letal que llaman ideología, sino es una de las formas que adopta la confrontación entre el capital y el trabajo, las potencias y los países débiles. Y en esa confrontación, los poderosos se valen de muchos mecanismos para poner a las víctimas y los débiles unos contra otros. Y en ese enredo, en veces, el pragmatismo juega un rol importante y entonces, quienes se exceden en lo ideal, algo así como quienes se enamoran demasiado, pasan a convertirse en débiles y víctimas.

Cuba ha sido asediada, es una historia que sabemos. También que suele dar muestras de mucha solidaridad, tanto que el primer país en aparecerse espontáneamente donde ocurra una tragedia. Todo eso es cierto. Pero pese eso, su política o diplomacia, no está exenta de pragmatismo.

Empecemos por el principio. Es innegable, pues las pruebas están en algún lugar, que Carlos Andrés Pérez, por las razones que fuesen, sobre todo en su segundo período de gobierno, le tendió la mano a Cuba; fue un hecho público que, Fidel Castro fue casi el invitado estrella del presidente venezolano en su toma de posesión por segunda vez. Y también fue un comentario por demás público y abundante, tanto que se desbordaba en la prensa, que, con demasiada frecuencia, esos dos gobernantes se veían, conversaban y hasta hacían las cosas habituales en esos casos, en la isla de la Orchila. Los adecos comenzaban a cordializar con Castro y verle de otra manera.

Es por demás sabido que, cuando en el Congreso, intentaron defenestrar a Pérez, en su segundo período, después del Caracazo, hasta con votos de su propio partido, toda la izquierda allí representada, en esta los partidos MAS, MIR, PCV y José Vicente Rangel, votaron a su favor o mejor contra su condena y pudo seguir en el gobierno. Se le hacían acusaciones de corrupción y, para eso se alegaban dos cosas, la donación de aquel célebre buque llamado "Sierra Nevada" a Bolivia y, por haber ayudado, se dijo entonces que de manera exagerada y por demás bondadosa, a la señora Chamorro, candidata presidencial por Nicaragua.

El voto de la izquierda para salvar a Pérez, no fue por solidaridad con aquellos gestos, pues para empezar la señora Chamorro, se enfrentaba al candidato del Frente Sandinista, que estaba en el gobierno desde la huida de Somoza por haber sido derrotado en la guerra, sino porque el presidente de Venezuela había estado gestionando en favor de Cuba y sus muy buenas relaciones con Castro. Hasta recuerdo que Lubén Petkof, ahora en el MAS de su hermano Teodoro, eso fue un comentario muy extendido, se convirtió en agente importador de cemento cubano para Venezuela.

Gran parte de lo dicho anteriormente es un hecho por demás conocido que nadie se atrevería a negar con seriedad y honradez.

Tanto fue todo eso verdad que, cuando Chávez se alza contra Pérez, aquel 4 de febrero de 1992, el primer gobierno en condenar el golpe y mostrar su solidaridad con el presidente venezolano fue el de Cuba. Esto también es rigurosamente cierto.

Es muy dudoso, dada la eficacia que se le asigna al G-2 cubano, que, en el gobierno de la isla antillana, nada se supiese allá acerca del carácter del movimiento militar que se alzó aquella madrugada, más cuando esto se produjo con unos dos años de posterioridad al Caracazo y, cuando a aquel proyecto de alzamiento, estuvieron conectados muchos grupos políticos de la izquierda y personalidades. Que no hayan respondido con eficiencia, mostrados indiferentes u optado por mantenerse a la expectativa, es cosa de otro carácter; pero si era un plan con relaciones con distintos factores, tanto como para que un organismo de "inteligencia", como el cubano, estuviese informado.

Pero derrotado el intento en las primeras horas de la madrugada de aquel día y cuando los factores de izquierda que, con Pérez habían tenido buenas relaciones, se habían distanciado por sus políticas acordes con lo exigido por el FMI, el gobierno cubano se apresuró a pronunciarse, casi inmediatamente.

La explicación a todo eso está en la palabra, concepto filosófico conocido como pragmatismo. "Hay que verle el lado práctico a las cosas", solían decirle a uno algunos de sus viejos maestros y aquellos adoradores del "sentido común".

La conducta de Pérez con Cuba, la de la izquierda de entonces para con Pérez y la de Fidel Castro para con el presidente venezolano y condenatoria contra los alzados el 4 de febrero, se explican o se entienden por la pesada carga pragmática que hubo en todo eso. El común de la gente, en el lenguaje coloquial, suele decir, ante asuntos o conductas como esos, "eso es pura conveniencia".

Lo acontecido ahora en el Caricom, donde hasta Cuba sumó por segunda vez su voto contra Venezuela, pese eso se diga en lenguaje convencional para tratar de sanar las heridas, es también una salida pragmática. Sobre los detalles se podría hacer otro artículo.

Sería un simplismo decirle a Cuba lo mismo que Pedro Carreño, diputado del Psuv a Oscar Figuera, Secretario General del PCV, cuando a este le llamó "delfín al servicio de la CIA y un agente a sueldo del imperialismo", pero sí que el voto de Cuba y la mayoría de los países del Caricom, estuvo fuertemente impregnado de pragmatismo.

Ya he leído por allí, algunos de esos explicadores de oficio, como aquellos "mujiquitas" al servicio de los jefes civiles en los tiempos de Gómez, de quienes habló el "maestro" Gallegos en "Doña Bárbara", diciendo que el voto de Cuba responde a la obligación derivada de un acuerdo o tratado firmado con Guyana en 1981. En efecto, el gobierno cubano el 10 de enero de ese año, por intermedio de su canciller Isidro Malmierca Peoli, uno de los fundadores del Partido Comunista cubano, firmó con su homólogo guyanés Raleigh Jackson, un acuerdo en el cual respalda a Guyana en su conflicto de límites con Venezuela, reconociéndole su territorialidad en la Guayana Esequiba, o Zona en Reclamación.

Si nos vamos a la fecha, se trata de un documento de cuando Luis Herrera Campins, ejercía la presidencia de Venezuela. Además de desconocer el acuerdo de Ginebra de 1966 o quizás pese eso mismo, sin duda que, el gobierno de Cuba, en ese entonces, por pragmatismo, haciendo política derivada de los resentimientos, dadas sus malas relaciones con el gobierno venezolano, que optó por favorecer a los inculpados de haber dinamitado el avión de Cubana de Aviación que transportaba los atletas, firmó un convenio con Guyana contrario al interés, no del presidente de entonces, sino de los venezolanos. Y fue tan poco precavido, por pragmatismo, que la historia ahora lo demanda.

De 1981 a ahora, ha habido tantos cambios y de tanta significancia que, parece como idiotez entender que Cuba, por haber firmado aquel documento, desconocedor de los derechos de Venezuela, y bajo las condiciones que lo hizo, la obligación de neutralidad en los conflictos entre nuestros países, se justifique en él, para desconocer su compromiso estratégico, moral, para no decir más, con Chávez y el pueblo de Venezuela, en lugar de, por lo menos, exigir al Caricom se sujete al Acuerdo de Ginebra. Pero, otra vez, se impuso el pragmatismo y cuando Venezuela está casi con el brazo extendido y el pocillo en la mano esperando que algo caiga.

Y no voy a decir, pues sería un simplismo que evitaría el debate necesario, que Cuba le abrió juego al imperialismo e hizo de su Delfín.

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