A 559 días de enfrentar una dura contingencia en Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, siendo el día sábado 20 de septiembre de 2021, quiero permitirme en esta oportunidad formular un conjunto de consideraciones respecto a los 57 días que restan desde el momento en que escribo estas líneas, al 21 noviembre, fecha prevista por el Consejo Nacional Electoral para la celebración de unas elecciones regionales y municipales definitorias en buena medida de los destinos del país para los próximos 50 años.
Este diario de cuarentena debió haber salido publicado en el día de ayer, viernes 24 de septiembre de 2.021. Muchos y muchas de ustedes se preguntarán el motivo por el que esta edición no había salido publicada. La razón es muy sencilla: Ayer zonas de Anzoátegui, Bolívar y Delta Amacuro estuvimos 24 horas sin servicio de ABA de Cantv motivado a un triple corte de fibra óptica.
En lo personal, esto me retrajo en algunos trabajos que realizo, y evidentemente una situación de esta naturaleza es un golpe noble, porque ante el tiempo de confinamiento que vivimos en Venezuela producto de la contingencia de la Covid 19, contar con un servicio de internet bueno es fundamental para el teletrabajo, el estudio y la recreación necesaria en estos nuevos tiempos.
Pero la idea de esta edición de esta columna hoy es ponernos en contexto dentro de los 57 días que restan para la celebración de estos comicios en Venezuela.
El propio Presidente Nicolás Maduro como sucesor en el liderazgo de Hugo Chávez de la Revolución Bolivariana indicó sobre el denominado "Plan 61", para llevarnos en un clima de armonía política y estabilidad a los comicios del 21 de noviembre, ya que si bien él y su equipo de alto nivel se ha venido sentando desde comienzos de agosto con la vocería de la denominada Plataforma Unitaria que agrupa a sectores opositores representados en Leopoldo López, Henrique Capriles, Henri Ramos Allup y los restos de Juan Guaidó, no es menos cierto que ellos y sus amos, los gringos y colombianos, están demostrando el poco respeto por los acuerdos parciales que han firmado. Apuestan a las dobles vías y es por ello que no podemos confiarnos.
Evidentemente el esfuerzo que ha logrado el presidente Maduro a lo largo de estos años, en medio de una coyuntura compleja como lo ha sido el asedio y el bloqueo en diferentes frentes en Venezuela, esto se complica con la contingencia que afronta el país producto de la pandemia global de la Covid 19. Sin embargo, bueno es de señalar que en medio de ese complejo cuadro, Maduro lo ha venido derrotando a pulso, con nervios de acero, calma y cordura y con máxima conciencia y movilización frente al mantra de los tres pasos de Guaidó que era su caricatura de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.
Ciertamente la agenda político electoral y mediática en Venezuela está definida desde hace rato en el país, eso sí, no a capricho sino bajo el marco de la estrategia chavista de "dentro de la Constitución, todo, fuera de la Constitución, nada".
Esa estrategia paciente, aunque no por ello menos dolorosa para el cuerpo de la República promovida por el presidente Maduro nos ha venido llevando a ciertos niveles de estabilidad política y de paz. Queda pendiente, y de ahí el esfuerzo de Maduro en este diálogo, de lograr la estabilidad social y económica, evidentemente trastocada por el tema de las medidas coercitivas unilaterales impuestas durante las administraciones Obama-Trump.
Pese a todas las dificultades que hemos venido afrontando en estos últimos años, hay algunas señales que permiten avizorar un mejor futuro al país. No son soluciones mágicas, pero que si nos hacen ser optimistas de una restitución en el mediano y largo plazo del estado de bienestar que vivimos durante el gobierno de Hugo Chávez antes del escalamiento de las mal llamadas sanciones en contra del país.
Pero como dicen por allí, para muestra, un botón. Desde que se ha comenzado a difundir tanto por los denominados "influencers" cercanos al chavismo como algunos vinculados con la oposición de las bellezas turísticas de Venezuela; cuando el presidente anuncia que a partir del 1 de noviembre se darán 8 semanas consecutivas de flexibilización para permitir un mayor dinamismo de nuestra economía, entendida esta como actividades necesarias para la satisfacción de las necesidades humanas; y la entrada en vigencia de la economía 100% Digital con una nueva reconversión monetaria llamada Bolívar Digital, pues ocurren en el primer caso dos naufragios y en los dos últimos casos, ataques electrónicos a plataformas del Banco de Venezuela, Exterior, BOD, al sistema de recargas de Movilnet y otros servicios públicos esenciales.
La posibilidad del levantamiento de cabeza de Venezuela ha activado y advierte un nuevo accionar subversivo bajo la modalidad de ataques selectivos a infraestructuras, equipos y todo lo que tenga que ver con servicios públicos esenciales. Esto porque además de las dificultades que hay para la reposición de los mismos debido a las medidas coercitivas unilaterales, esto contribuye al malestar y descontento de la población, y no olvidemos que el voto en Venezuela más que racional es eminentemente emocional.
Por ello no es casual la reciente reunión que se ha celebrado en España entre Leopoldo López con el presidente Duque de Colombia; que el señor Carlos Revette, alias "El Koki" proceda a amenazar desde Colombia a algunos habitantes de la Cota 905 que han vuelto a sus hogares luego del éxito de la Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro y la visita del Almirante Craig Faller a Colombia.
Pero esta advertencia que me quiero permitir hacer va dirigida al Almirante en jefe en situación de reserva activa, actual Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidente Sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, Remigio Ceballos Ichaso con respecto a lo siguiente:
Ha comenzado una ola delictiva con robos y hurtos de teléfonos celulares, casas y apartamentos, incluso en vehículos tipo moto. Indudablemente e históricamente siempre a finales de año, producto del mayor dinamismo de la economía, pago de utilidades y aguinaldos tienden a incrementarse en estos renglones las cifras de criminalidad. Pero de cara a los 57 días que restan para las megaelecciones, no se descarta la utilización de este tema como parte de los ataques a la gestión del chavismo en gobernaciones y alcaldías para que sectores de la oposición ganen espacios políticos de cara a un eventual revocatorio contra Maduro a partir del 10 de enero de 2022, fecha en la que éste cumpliría la mitad de su mandato.
Algunos creemos que a la mesa de diálogo podría quedarle poco tiempo, esperamos equivocarnos con esto, por el bien del país. Algunos la colocan para el 22 de noviembre, otros que los sectores extremistas se levantarían una semana antes de la mesa con la excusa de la falta de garantías electorales con la guinda de la torta según ellos, la falta de palabra para asumir compromisos preestablecidos.
Necesarias advertencias que me permito realizar como inicio, en un período de tiempo que puede ser convulso, no exento de amenazas, y en el que debemos mantener los ojos bien abiertos.
Pero pese a esas amenazas y eventuales obstáculos que podrían avizorarse en el horizonte, yo confió en que saldremos victoriosos y victoriosas, con un fin de año infinitamente superior al año pasado, y que iremos logrando la restitución del estado de bienestar que ambicionamos.
Y por supuesto con una esplendorosa victoria en la mayoría de las gobernaciones, alcaldías, parlamentos regionales y locales de la alianza del PSUV-GPPSB el 21 de noviembre. De ello espero referirme en próximas entregas de esta columna.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!