Chavismo vs. Reformismo

Lunes, 18/10/2021 12:34 PM

"Ha habido revoluciones en el mundo, pero no todas las revoluciones han sido socialistas. Esta revolución ha asumido la bandera del socialismo… por eso denunciaba las tendencias que dentro de nosotros se mueven hacia el reformismo, ¡soy enemigo de esa tendencia! … ¡Seamos enemigos y luchemos contra esa tendencia!, porque es la tendencia al facilismo… mucha gente por falta de voluntad, por falta de coraje, por falta de consciencia termina vencido por las resistencias al cambio, se cansa rápido… y termina cayendo en brazos del reformismo" Hugo Chávez

El reformismo es, para decirlo con palabras de Rosa Luxemburgo, amoldar los objetivos revolucionarios de cambiar el sistema, al espíritu pequeñoburgués. Y como se sabe, la pequeñaburguesía no quiere cambios sino que aspira a ser burguesía ella. Es así que su fin es perpetuar y suavizar la lucha proletaria con reformas al sistema capitalista, considerándolo como invencible, "adaptable", con una infinita capacidad de rehacerse en las crisis. El reformismo tiene fe en el capitalismo, no en el socialismo.

Ahora el planeta ha cambiado, se está agotando; la crisis social y sus estallidos son cada vez más frecuentes y notorios, y el capitalismo no ha mostrado otra adaptación que no sea para la acumulación y concentración del capital, en cada vez menos familias. Pero ha sido incapaz para racionalizar la producción y la distribución de la riqueza, evitar el hambre, las migraciones humanas, las guerras y el colapso de la vida natural.

El ideal reformista pequeñoburgués ha reforzado al capitalismo, ha apagado el fuego de las revoluciones, ha servido de aliviadero político a las tensiones de clases, ha embaucado al movimiento revolucionario para que no se enfile por el camino de los cambios radicales, de la toma del poder y la revolución socialista proletarios, de los trabajadores y los más necesitados. Defender el reformismo ha sido la tarea "teórica" de Jesús Farías, el reformismo ha estado a la base de los discursos esquizoides del madurismo cuando hablan de "socialismo en lo social" o de bienestar social, de "prosperidad" en un país donde "cabemos todos", no solo los pobres, también los ricos que nos explotan.

Se ha tratado de imponer la comodidad pequeñoburguesa por encima de todo, de la revolución socialista de Chávez, inclusive de la hegemonía de la vieja burguesía nacional, mediante el pragmatismo, embaucando a la clase trabajadora con el cuento de las "fuerzas productivas", ofreciendo empleos y no poder, para los destinados como clase social a cambiar el orden social, el sistema económico y social: la clase trabajadora organizada y preparada con herramientas teóricas para los cambios.

El menoscabo por el estudio, por la teoría, el desprecio a las ciencias ha sido un factor fundamental para debilitar la revolución socialista, confundir el trabajo creador con el trabajo asalariado, las fuerzas productivas socialistas y la revolución, con las capitalistas, parásitas y explotadoras, y el capitalismo; ha debilitado la base social de la revolución socialista. Sin claridad en los objetivos políticos, en la estrategia política, las prácticas políticas, sociales e individuales se diluyen en la forma pequeñoburguesa de ver el mundo, en el fatalismo y el pragmatismo oportunista del reformismo.

El giro de 180 grados hacia la restauración del capitalismo colonial dado por Maduro y sus colaboradores es consecuencia de ese discurso farandulero, de esa especie de encantamiento por lo fácil, de la pasividad con la cual se acepta todo; el individualismo y la indiferencia, el hambre, las migraciones de desesperados, todo lo que aplastó la conciencia social del trabajador y del chavismo en general y ha hecho de este país un país invivible, difícil como nunca.

Nuestro llamado es para que retomemos la estrategia de seguir el camino hacia la revolución socialista, de ir en contra de la lógica del capital, como lo dejó dicho por escrito el último Chávez, el bolivariano, marxista leninista, en su Plan de la Patria; el fustigador del reformismo, el cual nos advirtió muchas veces de sus encantos, "cuidado con el reformismo", sobre todo para aquellos oportunistas que alcanzaron sus metas personales como diputados, alcaldes y gobernadores o funcionarios de confianza del gobierno, que chupan y han chupado todos estos años de la renta del Estado y del mercantilismo.

El espíritu clasemedia pequeñoburgués, reformista, de Jesús Farías, Maduro, Jorge y Delcy Rodríguez y su partido aséptico "Somos Venezuela", más el madurismo acomodaticio de Diosdado Cabello, que es chicha, limonada o lo que sea, si conviene a sus intereses, le ha dado una forma ambigua a los planes neoliberales del gobierno, que no se ha podido desprender de la imagen de Chávez al tiempo que lo traiciona y calumnia; dándoles argumentos a la derecha pro gringa para que vincule a Maduro incontinencias con el socialismo y con Chávez. Chávez es contrario al reformismo, al capitalismo y como consecuencia a Maduro y al madurismo, un subproducto pequeñoburgués.

La estrategia es alcanzar el punto sin retorno, de camino hacia la revolución socialista. Para eso hay que tener clara "la teoría", saber dónde está el enemigo de la revolución, el enemigo de clase, del trabajador y del trabajo, de la sociedad y luchar siempre, "paso a paso y sin aminorar el ritmo, en contra de la lógica del capital."

¡Chávez es revolución socialista!

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