Lo que llama "la Venezuela próspera y democrática de Rómulo Betancourt" un tuitero por ahí, halagando la última película de Carlos Oteyza "Rómulo Resiste", es decir la miseria oculta debajo de la alfombra: hambre, persecución, represión, muerte, para que el "venezolano decente pueda vivir decentemente", es lo mínimo que nos espera cuando se vaya Maduro, un poco o mucho de lo que está intentado hacer él mismo ahora. Hay muchos que sienten nostalgia de la Venezuela "democrática" romulesca adeco copeyana, la del presidente "bueno" Raúl Leoni; otros más jóvenes la invocan desde lejos porque no la vivieron, pero para los que sí la vivimos de niño, comiendo algunas veces pan con café en las mañanas, viendo como la digepol sacaba a golpes a nuestro vecino de su casa o a nuestro primo Dimas escondido en la casa por días, hasta que dejaran de buscarlo, "porque lo iban a matar", o cómo la policía de la democracia disparaba a mansalva sobre los bloques de Propatria y el 23 de Enero, o el ejército de verdaderos pataenelsuelo que era entonces la Caracas subterránea, ocultos en la Charneca, levantando ranchos desde Petare hasta La Vega…, sabemos que esa prosperidad solo existió en un solo lado, sabemos que una inmensa mayoría invisible estuvo ahí para sostenerla con sudor y lágrimas, o sufrirla con ignorancia, enfermedades y muerte temprana. La prosperidad adecocopeyana es una idiotez pequeñoburguesa (de nuestra clase media y más allá) que llevan algunos medrosos en la cabeza.
Sin embargo esa imagen de la prosperidad es muy fuerte en la Venezuela de Maduro, la carga mucha gente como esperanza, incluyendo al propio presidente. La prosperidad que disimula el sufrimiento de otros. Hasta donde yo sé ese sentimiento de prosperidad niega el sufrimiento y la muerte, no quiere ver hacia allá, no quiere que los necesitados les "agüe la fiesta", pero el mundo solo avanza de cara al sufrimiento, no invisibilizando el sufrimiento en guetos o en estadísticas, si hay prosperidad ésta debe incluirnos a todos, debe ser prosperidad humana no capitalista.
De llegar al gobierno la derecha pitiyanqui hablará de "democracia y prosperidad" para retomar el engaño a los desgraciados. También lo hace ahora Maduro, pero a pesar de eso va a salir del gobierno. Solo avanzaremos si continuamos el plan de Chávez, lo otro NO es una alternativa DE NADA NUEVO, es regresar a un pasado oscuro que ya muchos hemos vivido y conocemos.
El Plan de la Patria de Chávez, "la propuesta del candidato de la patria, para el período 2013-2019", que leyó y explicó en el CNE el comandante Chávez, nunca fue realizado por Maduro, ni siquiera tomada en cuenta para los programas sociales más tontos, porque ES un plan integral, de cambios a todos los niveles, es OTRA ÓPTICA para abordar las carencias de la sociedad y del planeta; este plan fue adulterado y olvidado, porque les fue poco pragmático para el madurismo y a sus objetivos mezquinos, más personales que políticos.
Si queremos un cambio de vida, con justicia yuna esperanza bien fundamentada, en el trabajo y la lucha, hay que mirar a lo que parece imposible, que sin embargo no lo es. Optar por lo que ya existe no es un cambio, es fatalismo; la prosperidad capitalista adecacopeyana ya ha existido y ha sido superada en buena medida. Y si se debe repetir porque "más vale viejo conocido que nuevo por conocer" es una tamaña estupidez popular, una enseñanza nacida de un pícaro o de un pueblo esclavizado.
Los socialistas debemos empezar por volver a aclarar nuestro objetivos y a identificar al enemigo de nuevo, al capitalismo y a todas sus forma representativas; es el diablo y cómo diablo se guilla de seres con cara de ángeles: reformistas, socialdemócratas, fatalistas nostálgicos, seudo científicos, ambientalistas disimulando su egoísmo mezquino y el oportunismo con "terceras vías", donde una lógica simple te dice que es imposible domeñar al diablo, al capitalismo, es imposible que éste no sea lo que es, o engañar a la revolución socialista; de espíritu y voluntad socialista, no la declarativa.
Al capitalismo, a su lógica egoísta y banal, ¡ese es el enemigo que debemos derrotar", a la lógica del capital. La idea de "prosperidad" capitalista puede que tenga algún éxito en países altamente desarrollados, pero estos países viven de la miseria de países como el nuestro, donde su razón de existir sólo produce miseria, su expresión es colonial. Países como el nuestro les falta conquistar su independencia del sistema capitalista colonial, tanto en el espíritu como en la base material de nuestra existencia; independencia alimentaria, energética, económica pero dentro de un régimen de igualdad y justicia social, de conciencia social, de deberse a la sociedad, como la única manera de conquistar una vida individual humanamente digna, de trabajo creador y tiempo de ocio para crecer como seres humanos.
Repensarnos desde el objetivo final, esa debería ser nuestra tarea como revolucionarios en tiempos turbulentos, y actuar; sin teoría y acción revolucionarias no habrá cambios. Volvamos al Plan de la Patria, volvamos al último Chávez y sabremos descartar a Maduro, a sus asociados y a la derecha rancia.