La decadencia de la política: cambiar para que nada cambie

Viernes, 26/11/2021 12:26 PM

Los resultados en las "mega elecciones" fueron malos para el gobierno, visto como un componente más del poder pequeñoburgués, un fracaso político, inclusive, en los números electorales. Este cálculo lo hacemos de cara a lo pasado en tiempos de Chávez, cuando había un chavismo entusiasta que defendía una revolución. La declinación política ha sido vertiginosa, moral aparte, y sin tomar en cuenta las manipulaciones clásicas y las deshabilitaciones de candidatos apoyados por el PCV y otras organizaciones de izquierda (que en caso de Samán, quizás su participación hubiera restado apoyo a la candidata del gobierno en Caracas, por ejemplo).

Se trata de una cuenta sencilla: votaron por los candidatos apoyados por el gobierno aproximadamente 6 millones de electores y piquito, de un total de 21. millones 159 mil de ellos (no obstante Venezuela cuenta con 28.435.943 millones de habitantes)

Hubo un 58 por ciento de abstención. El 58 % de votos válidos y nulos de esos 21 millones 159 mil inscritos en el registro electoral, representa 12.272.220 electores. El gobierno obtuvo en promedio el 50 por ciento de los votos (en unos casos obtuvo el 58 por ciento y otros hasta el 40) lo que significa en cifras absolutas 6 millones 136 mil 110. Se trata de un chavismo pírrico, escuálido, el cual no representa ni siquiera los "más de 7 millones 633 mil 149 militantes inscritos e inscritas en el PSUV" que dice Diosdado Cabello que existen en Venezuela.

Si votó por el PSUV nada más la militancia, allá dentro (dentro del partido) hay un déficit de 1.497.039 de militantes inscritos que no votaron, o votaron por otros candidatos distintos a los del gobierno… Pero ellos, los maduristas exaltados, dicen que fue un triunfo. ¿Un triunfo de qué o de quién? Un triunfo político no pudo ser. El chavismo en las elecciones casi que desapareció, si lo comparamos con otras elecciones, otros años y verdaderos triunfos chavistas. Y no pudo haber sido un triunfo político porque la política, para gente que se dice socialista y chavista, no se mide en unas elecciones insulsas como estas; en todo caso fue un triunfo político para el capitalismo, para la democracia burguesa –igualmente insulsa.

Sería un triunfo político-electoral para el PSUV, si (por lo menos) hubiera obtenido muchos más votos que el de los propios militantes inscritos, pero no fue así. Y si fue que votó sólo la militancia (el voto "durísimo"), entonces el PSUV, el gobierno, el madurismo, está más jodido todavía, por haber perdido el apoyo popular más allá de su militancia. Cada fanático del gobierno madurista habla como si lo hiciera a nombre de a un conglomerado sólido, que no ha cambiado ni cambia, que no se ha ido disolviendo por la carencia o ausencia de política; habla o escribe disociado de la realidad. "Política" era lo que hacía Chávez educando, reflexionando en cada discurso; política fue explicar, analizar con la gente problemas sociales concretos, humanos, ambientales, planetarios, junto y de cara a la gente. Política no es votar y ser llamado a votar; eso es, si acaso un reflejo involuntario y colectivo, que se activa en las personas indiferentes acostumbradas al ritual electoral (al llamado a jugar en el circo electoral).

El chavismo y el país perdieron en estas elecciones, donde su única opción fue votar por el pasado, por las conocidas indecencias oportunistas a través de sus representantes más aptos, del PSUV y sus aliados, y de la otra derecha.

¿Que cómo lo sabemos?, no lo sabemos, hacemos cálculos, "por tus acciones te conoceremos" …,pero sorpréndannos!, ¡para eso están los verdaderos revolucionarios, para sorprender de manera positiva!.

Sin embargo, consolidada la paz electoral, viene con ella la demagogia, la mentira, la corrupción moral, el circo; los casinos, la lotería, la represión policial, LA DEMOCRACIA CAPITALISTA; en el futuro inmediato no habrá muchas sorpresas de su parte.

Las objeciones de la UE sobre el ventajismo del gobierno y de las inhabilitaciones son solo superficiales, "jalones de oreja" al gobierno para que no sea tan impúdico, con sus prácticas de competencia electoral desleal, muy común en la región (en Colombia deshabilitan a los opositores matándolos, aquí y en otros países los ponen presos o los amenazan de cárcel, en EUA no dejan votar a los negros; ellos lo saben). Para la UE lo más importante de todo el proceso es que se fortalezca el sistema democrático CAPITALISTA, que todo cambie para que nada cambie.

Desde que se acabó la política verdadera el chavismo perdió y el país perdió, con la aparición de Maduro y el madurismo pragmático, utilitario, mezquino, oportunista, aspirante arribista. En cada elección hecha para pacificar el régimen de injusticia social que impone el capitalismo, perdemos todos, pero de forma personal pierde el pueblo que no tiene nada.

En elecciones como éstas el gobierno gana tanto como gana la otra derecha, y a la vez pierde tanto como pierde la otra derecha. Se trata del circo electoral, el concurso que sustituye la confrontación política verdadera entre dos modelos de sociedad, una tensión que para los socialistas no se soluciona en un juego electoral superficial, entre representantes de la misma mierda, sino con la victoria sobre el viejo modelo de desigualdad e injusticia..., y a través de la movilización social, en la lucha política y social llevada de forma consciente. Pero para eso se requiere saber dónde está el espíritu de la revolución, y cuáles son los fantoches; cuál es la estrategia de nuestra lucha, su objetivo supremo, y cuál es y dónde está el enemigo a vencer; la lucha es ideológica no es un juego de feria o un circo; la pelea es peleando pero involucrados, no puede ser votando y dándole la espalda al compromiso como cualquier adeco aprovechador oportunista.

Entre muchas cosas buenas CHÁVEZ nos legó el espíritu de lucha, que hemos dejamos adormecer con el facilismo, el egoísmo mezquino, la indiferencia y la comodidad pequeñoburguesas: VOLVAMOS A CHÁVEZ

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