Boric, el presidente electo de Chile, fue felicitado con entusiasmo por Nicolás Maduro y Boric le contestó: "Luego de tantas movilizaciones, represión y dolor, el pueblo chileno comienza un nuevo camino. Han dado una clara señal sobre su contundente rechazo al neoliberalismo salvaje, a través del voto popular. Felicitaciones por este gran paso histórico. ¡Viva Chile!"… "Y también un mandato de respeto irrestricto a los Derechos Humanos. Algo en lo que tanto Piñera como usted (Maduro) no han estado a la altura"
Ahora resulta que para los defensores de Maduro, Boric representa una izquierda difusa, rara, engañosa, una derecha disfrazada… etc. ¿Cómo es que no se dieron cuenta antes de sus declaraciones?
El extravío madurista es de antología. Cuando se pierde el norte político dentro de revoltijo capitalista, cuando no se sabe con certeza qué se es y qué es lo que se hace (o se está haciendo), cuando se teme ser aprobado o reprobado por los gobiernos de izquierda (o por "la izquierda") – esa cosa difusa que se conoce como "izquierda" –, resulta para el madurismo una sorpresita, como esas cajitas forradas con papel de seda que traían dentro, o no, una sortija de plástico…; para el madurismo cada victoria de la "izquierda" es un momento de expectación. Con Boric les salió una sorpresa; una crítica directa al estilo madurista de no respetar "la democracia".
El problema no es llegar a establecer las diferencias entre ambos "presidentes". Señalar los descuidos de Boric respecto a su "juicio" aparentemente bastante convencional, o sea, muy mediático, hacia el gobierno de Maduro…, o si Maduro respeta o no las prácticas democráticas. El problema está en que maduro sabe que tiene "rabo de paja", y que, si Boric se equivocó con él porque no dio con "el rabo de paja", él a su vez se equivocó con Boric creyendo que sus trampas, entre "gente de izquierda", siempre se perdonan. El madurismo ha debido manifestar su sospecha hacia Boric desde el momento que la Bachelet apoyó su candidatura. Pero… qué carajo ¡Viva la democracia chilena!.... hasta que lo compararon a Maduro con Piñera.
Pero, sin todavía saber bien el por qué, quizás Boric tiene razón en su juicio: los dos manipulan, los dos apuestan por un capitalismo furioso, los dos son unos redomados mentirosos. El que uno lo haga a nombre de la democracia y el otro del socialismo en nada cambian los resultados, no cambian los mecanismos usados, los cuales, de muchas maneras, son idénticos.
Para Maduro y para el madurismo resulta incómoda esa comparación con Piñera, que ahora nos suena muy interesante, "muy didáctica", porque con ella se saltan los exteriores donde derivan los discursos hueros, las "auto calificaciones", eso de mostrarse y sentirse "bueno", a pesar de lo malo.
El capitalismo, como práctica, siempre producirá los mismos resultados. No importa que se llame socialdemocracia, democracia o socialismo democrático, incluso, comunismo; si es capitalismo lo que se practica (e instituye), siempre producirá el mismo efecto: cultura y preeminencia capitalista. Pero vivimos en un mundo donde la "realidad" navega en nuestras mentes, donde toda fe en lo que existe resulta (casi) virtual; vivimos en la antesala del llamado "metaverso", por eso urge salvar la humanidad de ese hoyo negro.
La realidad se impone desde un arriba virtual. En el caso de Venezuela no vale que te roben en el abasto o en la calle, si Maduro dice que ésto es socialismo, es socialismo… Es socialismo, igual para los maduristas que para los que los odian, y odian al socialismo. Por otro lado, si lo dice Facebook, también es socialismo: si Facebook dice que maduro es socialista, es socialista, así se comporte como un aliado del capitalismo; la gente que consume internet y Directv no está para pensar en eso… Será un socialista, así este "socialista" se robe el trabajo de los pobres para hacer más ricos a los ricos, como un Robin Hood al revés, así todo se haga al revés, como en el mundo bizarro de Superman. Y será socialista para Facebook y María Corina, así obedezca la voluntad del capitalismo planetario.
Ya quedará para más tarde juzgar el trabajo de cada gobierno y de cada sociedad en base a los resultados. Pero hasta ahora se trata de la guerra de los mundos…. pero de las confusiones, de quién confunde más a la masa de pendejos que navega por internet y ve televisión, para enterarse de la verdad, ciegos ante el dolor propio y ajeno, la muerte, la desidia, la descomposición, la injusticia social; resulta más sencillo que otro te explique lo que te pasa; que te diagnostique tus males, a que abras los ojos y aprietes tu orificio.
En resumen, resulta que la carencia de democracia en este gobierno se nota por todos lados. Unos la ven como la manipulación de las elecciones, y otros la falta de libertades civiles; unos la ven como la dictadura que no da cabida a los gobiernos de derecha y pitiyanky, y otros la dictadura que no permite el gobierno popular o la participación de los genuinos representantes de la revolución social.
Si realmente queremos darle sentido a la lucha política hay que tomar partido, comprometernos con nuestros ideales y sentimientos. En vez de seguir discutiendo sobre conceptos vacíos, con el idioma de los borrachos resentidos del poder o que defienden el poder, hay que decantar la verdad de cada declaración, en cada noticia, en cada hecho; pensar y adueñarse del sentido de las cosas y dejar de ser pasivos, sin voluntad de resistirse al "sentido común", el que impone el poder capitalista en las redes sociales, la televisión, Netflix y Youtube.
La libertad se ejerce; es acción, es compromiso, hay que tomar partido para ser libres. Sin compromiso, todo lo demás es mentira, todo lo demás es gregario, una sociedad impersonal, un mundo deshumanizado. A estas alturas es ridículo que haya viejos y nuevos socialistas que se pregunten qué es el socialismo, que no asuman compromisos, que prefieran divagar antes de pensar; "la insoportable levedad del ser político", la misma de la que habla Milan Kundera refiriéndose al amor... "Seres leves", defendiendo palabras vacías. ¡O se es socialista o no se es!
Revolución es compromiso, son hechos, prácticas de vida; prácticas políticas y sociales.