Está de moda que gobernantes y candidatos de América Latina se la pasen ahora deslindándose de aquellos que pudieran dañar su imagen frente al imperialismo, sea este el que sea. Boric y Castillo, presidentes ambos, se deslindan de Maduro; y Gustavo Petro, apenas candidato, también hace lo mismo. Ahora Maduro, como para no quedarse atrás o sólo, pareciera querer deslindarse de algo o alguien. Averigüe el lector de quien se trata.
Días atrás, no recuerdo exactamente si fue el domingo o lunes, al anochecer, el presidente Maduro dijo que, en "Venezuela estamos construyendo un socialismo económico y productivo".
Confieso que aquello me ha tenido cavilando hasta ahorita, porque no logro entender qué quiso decir. Es más, hasta he llegado a pensar, pese eso inmediatamente lo deseché, que trató de deslindarse de algún "socialismo", que haya existido y hasta esté por allí que no es "económico y productivo", lo que mucho significa y hasta pudiera ser interpretado como un gesto inamistoso, extraño a la hermandad del proletariado y, estando en revolución, eso es demasiado incómodo. Pues si el suyo o el deVenezuela, tiene esos rasgos que lo particularizan como para resaltarlo, debe haber alguno que no los tiene.
En el lenguaje habitual de quienes hablan de eso, empezando por los académicos, al hablar de capitalismo o socialismo les caracterizan como modelos económicos, de modo que si yo digo, "voy a trabajar para que el modelo capitalista del país donde vivo se fortalezca y perdure", estoy hablando de algo que envuelve muchos factores entre ellos lo económico y la economía. De donde hablar de "un socialismo o capitalismo económico", es redundar.
Pero resulta que, en el lenguaje coloquial, por lo menos de los venezolanos las palabras "económico o económica", tienen también la connotación de barato y barata.
"Estos zapatos que acabo de comprar son económicos", dice uno. Y hasta pudiera salírsenos, "me salieron baratísimos, casi una ganga".
De donde uno pudiera entender que el presidente Maduro pudo querer decir que el socialismo que se construye en Venezuela, según su percepción y discurso, es muy barato. Es una ganga, poco cuesta.
Claro, uno en su intimidad, la de un trabajador de la docencia de casi 40 años de servicio, por mucho esfuerzo que haga, por más que intente meterle a la lealtad, le resulta imposible que esto que ahora vivimos nos esté o nos haya resultado barato. Más bien creo que es demasiado caro, tanto que para llegar a él, he visto pulverizado mis derechos económicos, tanto que mi ingreso mensual no me alcanza para comer como es debido, para mis necesarias medicinas, no tengo servicio médico, salud ni siquiera mínima y como diría Joselo, caricaturizando a Luis Herrera Campins, "por allí te vas". Pues a uno, hasta la casa se le cae encima, los corotos se les dañan y no hay cómo hacer esas reparaciones. ¡Y dígame si en la familia alguien se enferma de manera grave o se muere!
Por supuesto, entiendo que el calificativo es valedero desde la perspectiva del gobierno, el Estado y las clases dominantes. Pues la inversión estatal en lo que arriba aludí y lo que no, como sería construir escuelas, hospitales, la manutención de esos servicios, carreteras, es muy poca. Lo que evita al Estado aplicar ajustados impuestos a la empresa privada y menos estarse jodiendo en exceso para que el aparato productivo de la sociedad funcione como debe ser, máximo cuando los gringos aprietan las clavijas.
Es decir, a falta de real porque los gringos sabotean y cada vez más eficientemente, pero tampoco se puede reponer al ritmo necesario toda la economía, empezando por la petrolera, que se fue al foso por los malos planes de Ramírez, la incompetencia posterior para hacer las rectificaciones pertinentes, como demuestran los técnicos en la materia, entonces el modelo a construir, sería un "socialismo muy barato" o "económico", como dice el presidente, pero eso sí, productivo, tanto como para que a cada quien le toque aunque sea una migaja. Algo así como hizo Cristo, coger tres panes y picarlos de manera tal que nadie se quede sin recibir su parte. Pues aquello de Confucio, de "no le des a nadie de comer sino enséñalo a pescar", es una vaina muy costosa y demanda tiempo. ¿De dónde se saca real para pagarle bien a tanto maestro como se necesita para que con gusto a la gente enseñe a pescar y tiempo para que aprendan de manera que, antes de las próximas elecciones, hayan aprendido y puestos todos a pescar y en consecuencia a comer completo?
Esta sería la manera de ver las cosas si le damos a las palabras del presidente la interpretación que emana del lenguaje coloquial.
Pero nos quedaría lo relativo a lo "productivo". Por supuesto, si todos aprenden a pescar, que en el lenguaje de Confucio significa producir, estaríamos construyendo una sociedad eficiente, generosa y rica.
No obstante, cuando el presidente dice que este "socialismo" que, según su discurso, se construye en Venezuela será "productivo", estaría sugiriendo que hay uno que no lo es. Un socialismo que no tiene ese rasgo, donde casi nadie pesca, sino que vive de la repartición de los tres panes para un montón de gente.
Por ejemplo, cuando un trabajador del más alto nivel, digamos un docente universitario o un médico al servicio de un hospital, gana unos 40 dólares mensuales, como sucede en Venezuela, estaría recibiendo un "piajito", como decimos los cumaneses o una migaja, ni siquiera un mendrugo, apenas de uno de los tres panes. Sería entonces como ya decimos un "socialismo económico" o barato, pero no creo sea productivo. Y no puede serlo porque siendo ese el salario de un trabajador de alta categoría, dice lo contrario. Además, ¿quién se va a poner a trabajar con entusiasmo e interés para llegar a construir un modelo "productivo", cuando le pagan de manera miserable? Más bien lo que pudiera suceder, es aquello que dicen en otra parte, "ellos, los patronos, hacen las veces que nos pagan y nosotros que trabajamos".
Pero también se puede interpretar de lo dicho por el presidente, que hay fuera de aquí de nuestro patio, socialismos económicos, es decir baratos y nada productivos. Es decir que, como poco se produce todo es caro y nadie recibe salario. Unos porque no trabajan y los que trabajan o trabajaron toda su vida, deben conformarse con sus bonos. Y de esa manera se logra otra conquista soñada, la igualdad. Pues esos bonos igualan a los venezolanos que por eso deben vivir contentos y gritando ¡viva la igualdad!
Uno sabe, porque eso ya lo sabe todo el mundo, que la experiencia del socialismo de la URRSS y los otros países que giraron en la órbita de esta, cautivados por el estalinismo, era uno de esos a los cuales pareciera referirse el presidente, quien tira la chupa a quien la caiga o lo hizo sin pensar en las consecuencias y las conclusiones que de ello se puede sacar. Como que al contrario de lo que es el socialismo venezolano, hay uno caro y nada productivo.
Uno se pone a cavilar en abstracto, mira luego el mapa intentando hallar dónde podría haber ese socialismo caro y nada productivo, distinto al venezolano que es "económico y productivo" y se encuentra que fuera de Venezuela, y sobre todo en América Latina, no es difícil hallar el único país el mundo cuyo gobierno dice que el modelo por él construido es socialista.
¿Estaría Maduro de manera consciente o simplemente se le escapó el tiro sin querer, calificando ese modelo como caro y nada productivo? ¿Estarán cambiando tanto las cosas? ¡Quién sabe! De todo hay en la viña del señor.