Cuando a una revolución, le confiscan la R, se transparenta la complicidad de los confiscadores con “El Establecimiento”.
La categoría evolución, es ideología: es “falsa consciencia,” maquillando realidades, legitimando y naturalizando dominios, forjando falsas esperanzas. El mañana, el progreso, reformas sí radicalismos no, la paz social, a sabiendas de su imposibilidad por las contradicciones económicas insolubles existentes en la sociedad, el después, la vía pacífica, lo electoral, la democracia, la pluralidad “ideológica”, la burocracia, la racionalidad, la legalidad, el derecho, el respeto al orden, la cordialidad, la sensates, las condiciones, los tiempos, la convivencia de clases, el capitalismo “humanizable”, el Estado de derecho, en fin, las locuacidades sobran, las mentiras también. Sofismas van vienen y se cruzan. No faltaran quienes le pidan a dios que les eche una manita.
El sistema capitalista, es una forma de vivir, más en competencia que en convivencia; que destruye a personas y a la naturaleza. Cree que la fuerza de trabajo asalariada y las materias primas son infinitas, y que su sistema, es eterno. En verdad, en este sistema, lo bueno le pertenece a una minoría, y lo malo azota a la mayoría. Los beneficiarios de lo bueno y de lo mejor, no cederán espacios. Lo paradojal; las bondades del capital, son hechas con el sudor de las mayorías, que lo producen todo y nada tienen. Es creación entre desiguales: quienes ponen su fuerza de trabajo y quienes ponen el capital, que históricamente, es el resultado de despojos precisamente en el proceso productivo. Los pobres producen la riqueza privada y reproducen su pobreza inhumana. “Más izquierda Presidente” le están pidiendo los bolivianos a su Primer mandatario. En Venezuela, tenemos hoy, un gobierno comprometido con el capital.
Las ciencias médicas en manos del capital, han logrado importante información sobre el funcionamiento de nuestro cerebro; conocimientos que se han mercantilizado. Controlar nuestro pensamiento, nuestras emociones, nuestra visión y práctica de la vida, es importante para la dominación capitalista. Crearle necesidades artificiales y deseos permanentes a las personas, es arma poderosa para el control social: El mercado es su columna vertebral. La democracia no lo es tal, ni la libertad tampoco. El capital, hace prevalecer sus intereses, jamás podrá ser democrático ni justo: perecería. La riqueza, le debe mucho a la pobreza: es cuestión dialéctica. Si acabamos con la pobreza desaparece la riqueza. No siempre la humanidad ha vivido con desigualdades. Los evolucionistas dicen superar las contradicciones del capital, en verdad son cómplices de la dominación. Claro: es la fachada de su conciliación.
Los medios de comunicación, en su mayoría en manos del capital, son su mejor plataforma para direccionar sus intereses: “pueden hacer que amemos al opresor y odiemos al oprimido”. La cultura, también suelen ser espacios de controles sociales. La mejor manera defensiva del capital, es reproduciendo permanentemente sus intereses. Todo el andamiaje social, opera conjuntamente para que los controles funcionen y la dominación sea exitosa. “Me desperté y el monstruo seguía allí”.
Que la justicia está instituida en todo el andamiaje sistémico, es el viejo cuento de los dominadores. La justicia para ellos, es la de ellos. “En las cárceles, se paga la pobreza no el delito”. El Estado es la superestructura desde donde el capital, logra encadenar su dominación. Los gobiernos cambian para el ejercicio administrativo, pero la esencia clasista del Estado permanece. Los partidos políticos, que son o terminan siéndolo parte del sistema, una vez en el gobierno, se encargan de la continuidad del orden establecido, con cambios gato pardianos. Que no peligre el orden establecido, es asunto prioritario para el capital. En verdad, “El hombre no es la medida de todas las cosas”, es la sociedad, la medida de todas ellas.
En “Nuestra América” lo estamos viviendo en carne propia: todos los gobiernos progresistas a poco de estar en su magistratura, se les ve la costura: gobiernan en favor del capital. De gobierno neoliberales en este continente, las experiencias nefastas se cuantifican a montones. Algunas izquierdas que hoy está tan lejos de Marx y tan cerca del capital, cuando son gobierno, no aguanta dos pedidas para ponerse de rodillas. De conversos está lleno el progresismo. Cuanto daño hacen.
Para que la dominación se legitime y naturalice, está presente la ideología. El conocimiento científico de la sociedad y en particular de las clases sociales, le han permitido al capital, gobernar con distintas fachadas; la vaselina suele ser frecuente. La democracia burguesa, hechura del capital, ha construido toda una colosal plataforma, para su ejercicio dominador. Frecuentemente, esta superestructura es revisada y fortalecida. Algunos partidos y dirigentes políticos, son mercenarios de intereses privados. Bajo una falaz democracia, el capital impone su dictadura.
Que el Estado burgués, se reserve el monopolio de la violencia de las armas, es clara su prevención política. El Estad, no es el producto del consenso social, es la imposición de una clase. Cuando las circunstancias lo ameriten, no dudan en usar la violencia “legitimada” del Estado, contra el pueblo; son momentos cuando las diferencias de clases e intereses se hacen claros. Cómo negar que la sociedad está escindida en clases sociales.
De las crisis cíclicas, el capital suele salir airoso, de las crisis estructurales, sale maltrecho. La consciencia histórica y la organización del pueblo, es determinante en los procesos revolucionarios. Revolución y no evolución, trasforman la historia. La evolución son adaptaciones, mejoras temporales para que el sistema no se desplome. Revolución es raizalismo para que florezca lo nuevo.
La izquierda, la verdadera izquierda, no está vencida, pero deberá pasar por reagruparse en una misma HOJA DE RUTA, para avanzar hacia la revolución con R. La evolución será fagocitada por el capital.