Hoy tengo enemigos

Miércoles, 20/04/2022 04:35 PM

Hasta hoy, cuando una persona me preguntaba, "¿Tienes enemigos?", yo siempre respondía que no, no creo, ya que jamás en mi vida, hasta ahora, he sentido suficiente desprecio o disgusto o deseo de venganza o retribución y cosas así contra una persona, por lo menos no tanto así que llegaría al punto de considerar que alguna persona sería merecedora de, por ejemplo, una guerra abierta, deliberada, y sostenida sin merced contra ella por parte mía. Ha ocurrido, rara vez, de manera esporádica y selectiva, pero jamás lo he hecho de manera planificada a largo plazo, hasta ahora (ver más abajo).

Ven, es que el otro día escribí un artículo titulado, ""Sobre el salvaje crimen cometido contra Rodney Álvarez por el Estado venezolano --- En mi libro, están rayados de por vida," y ese artículo me hizo pensar que tal vez ahora yo sí tendría (o debería tener) enemigos ya que lo dije muy claramente, "están rayados de por vida," lo cual significaría que ellos se habrían pasado de la línea límite donde estaría claramente marcado, "el que se pase de aquí, se encontrará en mi ‘lista negra’ y por ende será potencialmente mi enemigo," o algo así, como esas líneas que el correcaminos le pone siempre al coyote (o viceversa).

¿Pásate de aquí y verás lo que te pasará a ti!

Bueno …

De todas maneras, hace tres días que lo pienso, y lo he estado pensando en profundidad (aunque no por completo todavía), y he llegado a la conclusión preliminar de que, sí, de hecho, ahora yo sí tendría enemigos.

Pero …

¿Qué es un enemigo?

Bueno, para mí, un enemigo sería alguien que se habría pasado de la raya bajo mis criterios, los cuales serían los mismos criterios fundamentales de cualquier buen ser humano sobre este planeta (no solo aquí en Venezuela), de no mentir a menos que sea un asunto de vida o muerte, de no engañar, de no robarle al pobre, de no maltratar a los inocentes e impotentes, de no satisfacer sus propios deseos a costilla de los más débiles y desafortunados, de no ser un abusador, de no ser un maldito prepotente, de no esclavizar a nadie, y cosas así, en fin, de no ser un tremendo CDM HDP … a menos que sea absolutamente necesario y que sea con el fin único de contribuir a asegurar y a perpetuar el bienestar de las personas más honestas y más buenas de nuestro planeta (las mayorías), como por ejemplo lo hizo Jesucristo cuando, portándose como un tremendo CDM HDP (en los ojos de los comerciantes), Él atacó físicamente a los comerciantes en el templo, gritándoles groserías, y cayéndoles a palos, y cosas así.

¡Qué viva Jesús!

(Para que sepan, yo soy ateo, pero me gusta mucho las cosas que Jesucristo hacía y decía.)

Un enemigo sería quien se habría pasado de esa línea límite, pero una línea límite de no retorno, y que por haberse pasado de esa línea límite de no retorno, se encontraría hoy en mi "lista negra," una "lista negra" que he tenido desde una muy joven edad, pero que ahora, en vez de ser simplemente una lista de personas para descartar, también sería una lista de candidatos quienes en mi estimación merecerían, en diferentes grados, y en diferentes tiempos, que yo les haga una guerra planeada y deliberada secreta a largo plazo en su contra, o sea, ahora todas las personas en mi "lista negra" serían enemigos potenciales además de ser simplemente descartables (o desechables).

Es que antes, cuando una persona ingresaba a mis "lista negra," normalmente, yo simplemente las descartaba, las sacaba de mi vida, de mis pensamientos, y de mis sueños, o sea, para mí esa persona ya no existía, y nada más. Sin embargo, y aunque yo jamás consideré a nadie como enemigo, algunas pocas personas en esa "lista negra" pudieron, digamos, "disfrutar" de mi venganza, no muchas, pero unas pocas, pagaron por sus pecados.

Pero ahora la cosa ha cambiado, mucho.

La situación aquí en Venezuela se ha vuelto tan grave en términos de los rampantes e impunes abusos deliberados cometidos constantemente y diariamente contra de los inocentes, y no solo por parte del actual Estado venezolano, sus socios, y la enrome mayoría de sus colaboradores, sino que el nivel de silencio cómplice ha llegado a niveles que yo jampas habría imaginado, tanto así que se ha vuelto un crimen en sí. O sea, se ha vuelto imposible para mí de seguir simplemente descartando sin hacer nada al respeto a quienes --- por apoyar o colaborar con el actual jefe de Estado venezolano --- se encontrarían en mi "lista negra," o sea, mi "lista negra" ahora será, he decidido, no solo una lista de personas desechables, sino igualmente una lista de enemigos potenciales, o sea:

ANTES: pasados de la línea = "lista negra"

HOY: pasado de la línea = "lista negra" = enemigo potencial.

Ya no puedo ignorar el silencio, no señor.

Ven, la diferencia entre mi "lista negra" de antes y la de hoy, es que aunque tal vez pareciera que solo estaría descartando a las personas en esa lista (hoy), yo estaría silenciosa pendiente de la posibilidad de hacerles pagar, individualmente o colectivamente, cuando el tiempo fuera propicio. O sea, tal vez que los ignoraré durante un tiempo, pero al final, pagarán, y yo haré todo lo posible, deliberadamente, para que paguen, pero sin yo recurrir o incurrir en actos criminales o despreciables como ellos suelen hacerlo.

Por ejemplo …

Antes, cuando yo no tenía enemigos (o no sabía que los tenía), de haber ocurrido un cambio radical aquí en Venezuela en cuanto a la gobernanza del país, digamos un cambio al estile de Pinochet, si las fuerzas armadas del vencedor hubieran pasado por mi taller para pedirme de entregarles una lista de todas las personas que yo conociera que habrían apoyado o colaborado con el actual jefe de Estado venezolano, yo les hubiera respondido algo al estilo de:

"Yo no sé, no les podría decir, señores, yo no me meto en esas cosas. Conozco a algunos, pero no les podría decir con certeza si ellos realmente apoyaban a ese ___________ o si lo hacían por hipocresía o por razones de sobrevivencia, y cosas así, ustedes saben, entonces, no les puedo entregar ningún nombre, señores. Disculpen. Que tengan un buen día."

Pero ahora, yo les respondería algo al estilo de:

"Ah, sí, correcto, bueno, conozco a un montón de ellos, se llaman ___________ y viven en ____________, si señores, por fin alguien se ocupará de ellos, para que paguen sus merecidos castigos por haber apoyado a ese tremendo ______________, por las razones que fueran, eso ya no importa, el daño está hecho, sus excusas ya no sirven para nada. ¿Verdad, señores?"

Todo tiene su límite.

¿Verdad?

Esa es la gran diferencia entre ayer y hoy.

Hoy tengo enemigos.

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