Asidero

El Lutero Histórico y el Hitler final se debate entre Occidente y Oriente

Viernes, 29/04/2022 12:37 PM

La contabilidad actual, es un instrumento capaz de asimilar una máquina calculadora e incapaz, entonces, de orientar la vida sobre el bienestar humano y genuino. En fin, es una calculadora ignorante de todo lo que sucede fuera del campo monetario, es un enfoque formal del mundo globalizado, donde hay vacíos de contenido político que bajo engaño de las mafias se construyen unas hojas de balance de ingresos carentes del factor costos. De modo que tenemos un lucro de ganancias hacia un sector único del universo poblacional y, en el caso venezolano, el neoliberalismo va más lejos aún al concebir como productivo, el lucrarse de los bajos salarios del pueblo, que con sus bajos recursos apenas adquiere alimentos. Todo es ganancia para el mercado y el beneficio indirecto de nuestra base energética hacia las islas inglesas ubicada en la Cuenca del Caribe que son colonias del Reino Unido, quien le facilita armas poderosas a Ucrania contra Rusia, que es nuestra aliada hasta los momentos en las emergencias que hemos tenido en el aspecto sanitario junto a La India.

Es obviar nuestras riquezas y fuentes de ingresos. El presidente no debe condonar deudas a países y colonias extranjeras por efecto de una condición afectiva, a sabiendas del Nuevo Orden Mundial que acelera sus pasos., y, que estrecha la economía a los países del Tercer Mundo y subdesarrollados.

El gobierno bolivariano se basa en el trabajo comunitario para no pagar salarios y responsabilidades sociales y públicas, pero, tampoco le proporciona buenas bolsas de alimentos Clap a esos ciudadanos de la vida civil que laboran sin recibir emolumentos que satisfagan la vida diaria de su familia.

Por lo tanto, el PIB crece o no crece a expensas de los recursos naturales, de las generaciones futuras que estarán más empobrecidas e hipotecan su futuro al menospreciar los gobernantes actuales, el valor de la autonomía monetaria y la economía sustantiva, han hipotecado nuestro futuro y el de otras generaciones, en forma sustantiva, (asalto a la naturaleza), o monetaria, (deudas bancarias), que restan potencialidad al desarrollo del futuro del bienestar genuino.

En este sentido, toda pérdida de vida natural es no solo pérdida de riqueza para las generaciones de hoy, sino también para las próximas y, constituye, por lo tanto, un costo por generaciones que debe ser contabilizado con ese peso relativo del mercado y propiedad de bienes del Estado. Es un desequilibrio entre los dos procesos el significado de hipotecar el futuro de la vida humana.

Entramos a un nuevo criterio de contradicciones que implica una crisis para la racionalidad capitalista, pero, en manera alguna en la humanidad como tal. En la actualidad, al capital le queda la opción de luchar por posponer al máximo el cambio en la racionalidad económica, pero no puede evitarla.

En mi caso, nunca les condonaría la deuda a los ingleses, jamás serán nuestros amigos de alianza. Es un deber del Reino Unido asistirlos. No Caracas, a través del Ejecutivo Nacional condonarle las deudas.

Hay multiplicación de focos económicos, en algunos lugares son violentos, pero los baptistas europeos en sus formas dispersas de manifestar su fe y esperanza comienza a controlar la economía mundial, porque la izquierda se a enriquecido con los factores productivos y la energía, creando caos en las multitudes porque hay una desconstrucción del Estado. Esto, se ha manifestado en Alemania, España, Francia y países bajos. Esto viene desde La Reforma y se patentiza desde el 2014 por los Acuerdos firmados para el respeto y distribución energética en Europa en un rol compartido entre Rusia y EE.UU.

Las Revoluciones en el mundo cambiaron desde la aparición de Martín Lutero. Tenía la misión de transmitir al mundo cristiano, un gran mensaje, el de Jesús y San Pablo, , que la Iglesia había ocultado tras el derecho canónico, la confesión, investiduras y las indulgencias, que son medios diabólicos para someter a los fieles, sobre todo a quienes producían y tenían empresas y manufacturas. Los contemporáneos a Lutero habían tenido tiempo para considerarlas, y las generaciones posteriores hasta hoy, buscan hacerlo y tratan con medios y quienes manejan el sector bursátil, los Israelitas. O judíos.

Desde 1889, vienen estos escándalos entre el poder de La Iglesia de La Resurrección y el Vaticano- Roma. Berlín, Roma y Moscú es el triángulo de las conversaciones en la actualidad, ya hubo una Guerra de Cien Años entre el espectro reformador de la Iglesia y los sistemas productivos de Europa. Es un tour que se detuvo en Ucrania y que Putin, más allá de los cubanos, desea esclavizar y colonizar Caracas y obteniendo esta ventaja, se le adelanta a los chinos para controlar La Hoja de Coca y el Litio., sin olvidar la naturaleza del Amazonas y las aguas frescas y cristalinas del Paraguay.

Son nuevas puntualizaciones del arte de La Guerra. Y la escolástica decadente toma nuevas fuerzas con el pentecostalismo casa por casa y los carismático del romanismo en franca alianza con los griegos para refundar el Imperio Otomano en el eje Ucrania- Egipto- Turquía donde Erdhogam desea ser su principal regidor. Más bien, Vladimir Putin tardo demasiado en su procedimiento en limpiar las zonas territoriales rusas de nazis ante un generalato traidor y somnoliento que solo se fantaseaba en los casinos costeros del Mediterráneo y comprar casonas en la vieja Europa.

Es el manejo de las nuevas finanzas. Es un absurdo predicar la salvación ante comunidades harapientas y sudorosas y que pasan el día con granos o un mendrugo de pan pita sin levadura.

Hay un desequilibrio nervioso por el alcance moral y religiosa de la meritocracia griega y alemana. Ahora en Venezuela nos quieren saturar de un Chávez ya mítico y real, pero se olvidan de sus proyectos y principios económicos, es una desfase política e ideológica que el economista Jesús Farías desea enmascarar. Acabaron con la economía del país y hay una desconstrucción del Estado., a carta cabal y una tasa impositiva alarmante. Es el gobierno de los déspotas.

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