A finales del 2022 habrá más pobres

Es necesaria la creación de un Frente contra la desigualdad y por la vida

Lunes, 02/05/2022 12:52 PM

"Al capitalismo ni un tantico así"

Ernesto Che guevara


A pesar de las escalofriantes cifras y evidencias de aumento de la miseria y profundización de la desigualdad, todavía podemos encontrar gente que por cinismo o por aborrecible ignorancia, siguen negando que el sistema capitalista es un tipo de sociedad contrario a la vida. Como sistema internacional dominante, en todo lo ancho y largo de la biósfera, el capitalismo, a finales del 2022 , desechará sobre esta última más de 200 millones de seres humanos empobrecidos y sometidos a una vida llena de incesantes miserias y suprimidos sus más elementales derechos.

De continuar esto así, sin que aparezca una fuerza transnacional antisistémica alternativa, que resuma todo lo bueno de la humanidad y planteé un cambio radical de rumbo, que gire la historia hacia los intereses de la especie humana en armonía con la naturaleza, entonces, matemáticamente a esta humanidad le quedan muy pocos siglos sobre este planeta. Suena dramático, sí, pero es la triste realidad, porque el metabolismo que rige el funcionamiento del sistema capitalista no puede dejar de producir miseria, pobreza e ignorancia para miles de millones y al mismo tiempo opulencia para un puñito

Lo anterior posee tanta verdad, que no sólo la biosfera ha sido trasformada por los Estado colonizantes y las empresas multinacionales en su afán de ganancia, asimismo, ha podido modificar, hasta ahora, el espacio exterior más cercano a la Tierra. Los centros de investigación, brazo de la dictadura inteligente de las corporaciones capitalistas más poderosas del mundo, están dedicados a cómo establecerse en la Luna para explotar todo tipo de minerales y otras cosas que los simples mortales ignoramos, para acrecentar sus ganancias y su poderío militar sobre las demás corporaciones y contra toda la humanidad.

Del mismo modo, el carácter feroz y troglodita de este sistema alcanza tal nivel, que sus crisis estructurales y permanentes las resuelve unicamente por la vía de las guerras, no teniendo ni aceptando otra forma. Va destruyendo a su paso las fuerzas productivas, esa porción de la humanidad que considera superflua y que ya no necesita para aumentar su insaciable hambre de ganancia y riqueza y poder. Todo lo que en ese sentido considere un obstáculo lo aplasta y destruye, ¡ pero todavía hay unos sesudos intelectuales que se la dan de muy democráticos y se dedican a defender y justificar "la bondad" de este sistema criminal!.

Todo aquel que declare querer un mundo mejor, de justicia social, igualdad y fraternidad pero pretenda hacerlo en el marco de este sistema sin erradicar las relaciones de dominación, explotación y alienación capitalista o, está mintiendo conscientemente ocultando sus reales intenciones o, es un inmenso ignorante y habla de lo que no sabe. No se puede cambiar el sistema capitalista por un sistema nuevo si se utilizan las mismas armas melladas del mismo, para ello se requiere como condición sine qua non eliminar a través de la insurrección de la conciencia todas las perversas relaciones sociales de producción capitalistas por unas relaciones de cooperación, de solidaridad de igualdad entre los hombres y las mujeres. De lo contrario, en poco tiempo el tumor capitalista volverá a reproducirse. Mientras en el plano de la subjetividad sus valores continúen siendo hegemónicos, el territorio estratégico de la conciencia proseguirá favorable a sus fines. En síntesis podemos decir, que la desigualdad es una enfermedad crónica del sistema capitalista y su erradicación sólo es posible lograr con la transformación revolucionaria/socialista total del sistema y donde sean predominantes lógicas profundamente democráticas.

En conclusión, Venezuela necesita construir una amplia alianza contra la desigualdad y por la vida que agrupe desde las corrientes verdaderamente revolucionarias que existen en las filas del Psuv, del gobierno y el conjunto del Polo Patriótico hasta las diversos movimientos sociales democráticos y de izquierda que hacen vida en el país. Sería la única manera de frenar los planes de darle continuidad al desastre capitalista en el cual estamos atrapados como sociedad.

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