Necesitamos socios, no patrones
Evo Morales
Si para los países periféricos dependientes, exportadores de materias primas e importadores del modus vivendi del centro dominante, ya era difícil encontrar socios para desarrollar su capacidad productiva; encontrarlos en medio de esta crisis global ambiental y geopolítica, se ha vuelto una tarea titánica, especialmente para nuestra Venezuela, presa muy codiciada por la voracidad norteña.
Tal como lo está dejando claro el presidente Biden -necesitado coyunturalmente de nuestro petróleo para sostener la guerra contra la Federación Rusa urdida por las élites capital/sionistas y frenar la influencia mundial de la República Popular China- al añadir a la calificación de Venezuela como "amenaza inusual y extraordinaria…" la de país "que no colabora completamente con los esfuerzos antiterroristas", compartida por supuesto con Cuba, Irán, Siria y Corea del Norte.
Así, sin sorprender a nadie, plantea la "Flexibilización" de las restricciones que dificultan la operación de Chevron en nuestro territorio, mientras mantiene las medidas coercitivas unilaterales y azuza las agresiones desde Colombia, uno de sus "principales aliados (de hecho) no perteneciente a la OTAN", tal como lo exige el guión concebido para erradicar el chavismo y disponer libremente de nuestros recursos.
Flexibilización extensible supongo yo a otras empresas "de interés" que podríamos aprovechar, dentro de lo que cabe en el muypeligroso contexto actual, para liberarnos de condicionantes reforzadores de patrones culturales, organizativos, productivos y de consumo foráneos, contrarios a nuestra posición independentista y anti imperialista, aceptados como "naturales" por gobernantes genuflexos de la IV República,
Entre los cuales cabe destacar algunos aplicados total o parcialmente tanto a grandes empresas como las petroquímicas venezolanas como a pequeñas manufacturas textiles bolivianas. No tan descaradamente colonizantes como las que ha venido denunciando insistentemente Luis Britto Garcia pero igualmente leoninas e indignantes
Venta de hardware y software (tecnología física, digital, operativa, administrativa…) adecuada a escalas y cualidades del país de origen.
Financiamiento externo obligatorio y en paquete del software y el hardware, las patentes, los seguros, la supervisión, la asistencia técnica, los manuales, etc.
Exigencia de porcentajes sobre el valor de las ventas, la producción y el valor agregado.
Obligación de ceder los derechos sobre cualquier mejora y de adquirir bienes y nuevas patentes a los dueños de las originales.
Condicionamiento de la producción, fijación de los precios de venta y delimitación de mercados.
Intercambio moderno de oro por espejitos que profundiza la dominación tecnológica-financiera-económica-cultural del Sur convertido, una vez más, en exportador de capitales. Agravada en el caso venezolano por la transformación de la deuda privada en deuda pública que aún estamos pagando.
Unidos por un mundo multicéntrico y pluripolar
Venceremos