CITA 1
"Ahora bien, lo que se conoce como "marxismo" en Francia es, de hecho, un producto completamente peculiar, tanto que Marx le dijo una vez a Lafargue: "Ce qu'il ya de certain c'est que moi, je ne suis pas marxiste ". (Si algo es cierto es que yo mismo no soy marxista)".ii Federico Engels
CITA 2
"…sería una tontería predicarle a gente tan arraigada al suelo y de imaginación tan concreta, la abstracción comunista, esa especie de álgebra espiritual que ellos no pueden entender". (Carta de M. Picón-Salas (Santiago de Chile) a Rómulo Betancourt (S.J., Costa Rica), 19.9.1931)
CITA 3
"La influencia teórica de Marx, en sentido estricto, fue relativamente limitada durante su vida. La mayor parte de sus escritos, al menos las tres cuartas partes de ellos, estaban inéditos cuando murió, y lo que había publicado estaba disperso al azar en una serie de países y lenguas, sin poder disponerse del conjunto de esos escritos en ninguno de ellos. Iba a transcurrir otro medio siglo antes de que el público pudiera conocer todas sus obras principales, y la historia de su publicación póstuma iba a formar una trama central en las vicisitudes posteriores del marxismo. El registro de las publicaciones de Marx durante su vida es un indicador de las barreras a la difusión de su pensamiento entre la clase a la que estaba dirigido." Perry Anderson
CITA 4
"Cuando se dice el marxismo, siento que es un concepto monolítico y aproximativo: hay marxismos, marxismos reformistas, marxismos leninistas, marxismos estalinistas, marxismos trotskistas, etc. y esos marxismos hacen diferentes análisis de la realidad, con conclusiones políticas a menudo divergentes. Hablar del marxismo es ignorar esas heterogeneidades o esas diferencias." Edgar Morin
CITA 5
"…no voy a privilegiar por adelantado ningún marxismo, es decir, que claro, no voy a privilegiar el marxismo que tuvo el poder, porque creo que es antimarxista considerar como el verdadero marxismo al que tiene el poder… Un marxismo es un compromiso estabilizado entre el método de Marx y una sistematización que pretende ser auténtica expresión del conjunto de ideas, tesis y conclusiones de Marx." Edgar Morin
CITA 6
"…en todo marxismo hay una ambivalencia interna entre un sistema o una doctrina, por una parte, y un método por la otra. Lo que caracterizó el método de Marx fue un espíritu crítico radical ilimitado, fue un pensamiento dialéctico siempre en movimiento, fue privilegiar el movimiento en oposición a la esencia fijada, o la reificación. En todo sistema marxista se ve aparecer una tendencia a la estructuración, a la inmovilización que puede conducir a la esclerosis, a la petrificación, y en casos extremos pero frecuentes a la fetichización en dogmas religiosos". Edgar Morin
CITA 7
"Las razones por las cuales el pensamiento filosófico de Marx ha quedado sumido hasta nuestros días en una oscuridad casi completa son múltiples. Sin embargo, refieren todas al marxismo, y en cierto modo le son consustanciales. El marxismo es el conjunto de los contrasentidos que se han hecho sobre Marx. Tal situación -la divergencia progresiva y prontamente decisiva que se opera entre el pensamiento propio de Marx y, por otro lado, el conjunto de los postulados teóricos y prácticos que constituyen lo que podemos llamar el o los marxismos- no se debe al azar. Ciertamente el marxismo se reclama de Marx. Lo que lo caracteriza, no obstante, es que, esencialmente orientado hacia la acción política y sus problemas, sólo retuvo de la obra original aquello que podía estimular esa acción y, en la urgencia de esa situación determinada, hacerla más eficaz. Cierto es que la teoría no fue totalmente desatendida, ya que deviene fuerza desde el momento en que penetra en las masas; pero es precisamente esa teoría, un resumen más o menos sumario al servicio de la "praxis revolucionaria", la que sustituyó el contenido de una filosofía, bajo pretexto de exhibir de ella lo "esencial"." Michel Henry
CITA 8
"El marxismo soviético ha asumido el carácter de una ciencia del comportamiento. La mayor parte de sus formulaciones teóricas tienen un propósito pragmático e instrumental, sirven para explicar, justificar, alentar y dirigir ciertas acciones y actitudes que constituyen datos reales de tales formulaciones. Estas acciones y actitudes (por ejemplo, la colectivización acelerada de la agricultura; el stajanovismo; la ideología integralmente antioccidental; la insistencia en el determinismo objetivo de las leyes económicos básicas bajo el socialismo) se racionalizan y justifican en términos del cuerpo heredado de "marxismo-leninismo" que los dirigentes soviéticos aplican a las cambiantes situaciones históricas." Herbert Marcuse
CITA 9
"…la vuelta a Marx no es, en consecuencia, una respuesta a todo. Hay que cuestionar al propio Marx y cuestionar la estructura teórica del pensamiento marxista. Esto significa que hay que intentar concebir el núcleo marxista. Tarea de hecho difícil porque su reconocimiento diverge según los autores. Para unos, es la teoría de la alienación, para otros, es la teoría de la plusvalía. Para unos, la teoría revolucionaria, para otros las tesis sociológicas. Todo ello nos indica que se trata de una estructura multidimensional." Edgar Morin
CITA 10
"Marx debe ser superado, es decir, integrado en la constelación de pensadores que pueden esclarecer nuestra reflexión, comenzando por su aspiración a un conocimiento a la vez antropológico, sociológico e histórico. Su concepción del capitalismo debe ser integrada en el complejo de desarrollos técnicos, sociológicos, democráticos, ideológicos de la historia moderna. Pero es preciso abandonar toda ley de la Historia, toda creencia providencial en el progreso y extirpar la funesta fe en la salvación terrestre. Lo que queda y quedará son a la vez las aspiraciones libertarias y fraternales, aspiraciones al florecimiento humano y una sociedad mejor de las que se expresaron con la palabra socialismo." Edgar Morin
CITA 11
"La verdadera lucha intelectual no se sitúa entre marxistas y no marxistas; la verdadera lucha está entre la izquierda intelectual y la derecha". Leszek Kolakowski
I.- INTRODUCCIÓN
Las citas anteriores encierran ciertas verdades, saberes y ciertas ironías de la historia, sobremanera cuando se habla de la desfiguración o distorsión de un pensamiento abierto, critico, creativo, truncado y con aspiraciones revolucionarias, como lo fueron los de Marx y Engels.
Muchas veces tal pensamiento ha sido tratado como un bloque sin diferencias, conocido como Marx-Engels, borrando matices y variaciones que en algunos temas son significativos (la Comuna Rusa es uno de ellos).
Aquí defendemos la tesis de las multiplicidades de Marx en el contexto de una problemática unitaria y abierta de un tejido conductor (la crítica anticapitalista y la postulación de una "ciencia histórica y revolucionaria", con evaluaciones y rectificaciones permanentes), tesis superadora de la línea cronológica del Marx joven, maduro e incluso tardío. Defendemos la tesis del marxismo necesariamente abierto, crítico, polémico, creativo y heterodoxo. Aquí cabe perfectamente la sentencia: ¡De omnibus dubitandum!
Sin embargo, denominamos como tradición clásica y fundacional del marxismo (de manera mucho más acotada que Perry Anderson), exclusivamente a las obras de Marx y Engels. Como se reconoce hoy, el archivo Marx-Engels es voluminoso, con obras fundamentales en condición de inéditas por muchas décadas, con recepciones muy diferenciadas de acuerdo al contexto histórico y a las generaciones que tuvieron acceso a ellas, y además con el no menos problemático tema de las traducciones y ediciones en cada una de las lenguas y países. El marxismo allí es tanto archipiélago, textualidad abierta como laberinto.
Por supuesto conviene seguir la pista del grupo de teóricos que sucedieron a Marx y Engels en la generación inmediata siguiente. Las cuatro figuras principales de este período fueron Labriola, Mehring, Kautsky y Plejánov. Cuatro figuras que mantuvieron un contacto en vida y correspondencia personal con Engels, quien tuvo una determinante influencia formativa sobre ellos. Como ha dicho Anderson:
"En otras palabras, se ocuparon, de diferentes maneras, de sistematizar el materialismo histórico como teoría general del hombre y la naturaleza, capaz de reemplazar a disciplinas burguesas rivales y brindar al movimiento obrero una visión amplia y coherente del mundo que pudiera ser captada fácilmente por sus militantes."
Aquí aparece una caracterización nocional del marxismo como concepción del mundo y del hombre, una visión coherente al servicio del movimiento obrero en sus luchas en contra de las concepciones rivales de la burguesía. Como ha dicho Ludovico Silva, una concepción lata y sociológica de la ideología como "concepción del mundo de y para una clase social determinada".
Hoy requerimos hacer un retorno crítico a aquella tradición clásica, recuperando aquella frescura fundacional de "la unidad de la teoría y la práctica", del pensamiento crítico y las luchas, de las investigaciones en las ciencias sociales e históricas críticas, y la implicación-intervención en los espacios de transformación social en las fuerzas sociales y políticas, intentando superar en un esfuerzo de balance histórico-político, todos aquellos obstáculos, limitaciones, errores y cegueras que, desde entonces, acompañaron a aquella tradición originaria.
Esto implica remontarse desde el momento presente, a aquellos contextos históricos, políticos y ontológico-epistémicos, atravesando las diversas proliferaciones, escisiones y tendencias del archipiélago de nichos teóricos que hoy se reclaman, incluso más allá de los "mil y un marxismos", del imaginario de las izquierdas transformadoras con cierta fidelidad al archivo Marx-Engels.
No es una tarea fácil ni rápida ni cómoda, pues todavía existen las actitudes dogmáticas y sacerdotes del "verdadero marxismo".
Tuvimos la fortuna de compartir muchas discusiones con Rigoberto Lanz, quien en una etapa de su trayectoria intelectual definía al marxismo como una problemática de orden radicalmente distinto al pensamiento burgués, que articulaba una epistemología dialéctica, una teoría dialéctica de la totalidad social y un humanismo militante. Allí intentó recrear su propia elaboración de una fundamentación de una matriz epistemológica dialéctica.
Pero pasados los debates y los años, sobremanera con la impronta del debate entre hermenéutica y epistemología, su postura fue derivando hacia los confines del posmarxismo y la crisis de la modernidad, en el cruce entre las formulaciones posestructuralistas, la teoría crítica y el pensamiento complejo de Edgar Morin. Tales reflexiones no podían entenderse fuera de la crisis teórica del campo marxista venezolano, en particular en el seno de una tendencia interna del MIR.
Como también ha dicho Anderson cada contexto histórico-cultural nacional tiene su propia condición impermeable, represiva y refractaria frente a los marxismos. Venezuela no ha escapado a eso, incluso cabe destacar tal cultura represiva en materia constitucional y legal en diferentes momentos históricos, en particular en la época gomecista y lopecista, aunque también en la llamada etapa democrática-representativa.
Todavía faltaría reconstruir una historia de las recepciones y transformaciones del marxismo en Venezuela, en particular en su campo intelectual articulado a las vicisitudes de la esfera político-organizativa y las luchas entre bloques sociales en el país.
Es inevitable que las dictaduras de derecha y los autoritarismos sean refractarios al archivo Marx-Engels; que conviertan sus libros en "material subversivo" y en objeto de criminalización.
Lo paradójico es que también en las democracias liberales, donde aparentemente se defienden las libertades civiles y políticas, sucede algo semejante con diferentes mecanismos, aparatos y dispositivos. Pero ya este es otro tema.
Informalmente Rigoberto Lanz valoraba el esfuerzo que se intentó realizar en Latinoamérica y en el país para vigorizar una suerte de "marxismo crítico y heterodoxo" (desde diferentes nichos epistemológicos, políticos y contextos nacionales). En particular, valoraba las enseñanzas de una marxología con rigor académico como la elaborada por figuras como Juan David García Baccaiii, Federico Riuiv, las investigaciones de Ludovico Silvav, entre otros; e incluso al esfuerzo tardío de J. R. Núñez Tenoriovi por desprenderse ya de la escoria de su primera formación y enseñanza ortodoxa acerca del Marxismo.
Referirse a este último caso es una de las excepcionalidades históricas, pues Núñez Tenorio se había erigido en uno de los representantes y defensores de la ortodoxia por muchos años. Por otra parte, tales formulaciones contrastaban con diversas renovaciones, como las motorizadas por el intelectual argentino Hugo Calello y el grupo de filosofía de la praxis en la UCV, quienes impulsaron una de las más importantes recuperaciones del marxismo gramsciano en el país.
En tales conversaciones se ensayaba la hipótesis de la existencia de un nicho de "marxismo crítico venezolano" que desbordaba por mucho la tradición teórica del "marxismo-leninismo" del Partido Comunista Venezolano, e incluso su postulación desde el propio seno del MIR, y de aquellos intelectuales y partidos que se apropiaron (incluso en el contexto de la lucha armada en aquellos turbulentos años 60) de los desarrollos de los enfoques de la dependencia de orientación marxista, profundamente impactados por el fenómeno de la revolución cubana.
Luego de la derrota política y militar, y del repliegue hacia una u otra figura de la "paz democrática" (tempranas o tardías), además impactadas por una nueva coyuntura continental, este sería el antecedente histórico inmediato de un programa de investigación concentrado ya en las coordenadas de la "teoría crítica" de orientación claramente posmarxistavii.
Algunos elementos de contexto histórico caben ser enumerados aquí en un periplo histórico: el asesinato del Che en Bolivia, el repliegue de la lucha armada en muchos países del continente, el derrocamiento de Allende en Chile y la extensión de los nuevos regímenes autoritarios bajo la doctrina de seguridad nacional, la agudización del conflicto centro-americano, el derrocamiento de Somoza, la llegada del Frente Sandinista al poder, la negociación de la paz en El Salvador, la invasión norteamericana a Grenada.
Como ha señalado Inmanuel Wallerstein, los movimientos antisistémicosviii han atravesado diferentes figuras y coyunturas. A esto no escapan los propios movimientos en nuestra América en particular. Histórica y analíticamente, habían sido de dos tipos diferentes, incluso rivales en muchos sentidos: las organizaciones sindicales y partidos socialistas, que impulsar la disputa de clases al interior de cada Estado en contra de la burguesía y los empresarios; por otra parte, los movimientos de liberación nacionales (MLN) que buscaban la creación de un Estado nacional contra condicionamientos imperiales y sojuzgadores de la nacionalidad en cuestión. Ambos tipos de movimientos luchaban con la tensión/debate entre "revolución" y "reforma" como modos primordiales de transformación.
Adicionalmente, lo que ambos tipos de movimientos no reconocían, es que el poder del Estado era menos poderoso de lo que habían supuesto, pues estaban constreñidos por el hecho de que formaban parte de un sistema interestatal y una economía mundial, en el cual ningún Estado, ni tenía soberanía absoluta ni completo margen de maniobra en la división mundial del trabajo y en las cadenas de producción, mercancías y de valorización del mercado mundial capitalista.
Este condicionamiento implicó hasta hoy el debate sobre los imperialismos, las relaciones centro-periferia o Norte-Sur, y el clivaje autonomía/dependencia geopolítica.
A partir de las revueltas entre los años 1968 y 1980, sobremanera en los países del Sur, comenzó una persistente percepción de las limitaciones de ambos movimientos para realizar sus promesas de transformación, tanto de corte reformista como revolucionaria. Muchas decepciones y desilusiones pusieron sobre la mesa, el contraste entre promesas y realizaciones, entre ideales y la pragmática del poder. El balance fue más bien negativo que positivo.
Desde 1968 ha habido búsqueda persistente de nuevos y mejores tipo de movimiento antisistémicos (que superen las limitaciones de la izquierda partidaria-sindical y los movimientos "nacional-revolucionarios") sin mucho éxito, a pesar de la convergencia en muchos de ellos de que las metas fueran a favor de un mundo más democrático y más igualitario.
Ni la efervescencia de la revolución cultural china, ni los movimientos descolonizadores, ni los movimientos autonomistas, ni las organizaciones de defensa de los derechos humanos contra las dictaduras, ni los movimientos por una globalización alternativa, ni la emergencia de las luchas ambientales e indígenas, han logrado un acumulado histórico que sea un "patrimonio unificado compartido" (un programa mínimo) para reiniciar un ciclo de luchas comunes y ascendentes.
Es en este contexto que se ha tematizado de nuevo, pero aun con más profundidad, la "crisis del marxismo" y la "crisis de las izquierdas", pero como sabemos crisis significa desafío, riesgo y oportunidad para nuevas propuestas, medidas y decisiones. Estos son solo elementos referenciales para entender ese contexto de las controversias del archivo Marx-Engels, los marxismos, los neo-marxismos y los posmarxismos.
Con el pasaje definitivo de Lanz desde el marxismo crítico a la teoría crítica de inspiración Frankfurtiana, primero, y luego, con la fundación y despliegue del nicho epistemológico más imbuido en su postulación de una teoría crítica radical posmarxista y posmoderna, quedó para otro momento el esfuerzo de reconstruir los aportes de tales experiencias del "marxismo crítico y heterodoxo" venezolano, con desarrollos y perfiles en campos de conocimiento particulares como: la economía política del subdesarrollo, de la dependencia, del petróleo y del latifundio, la epistemología de las ciencias sociales críticas, la teoría del Estado, las críticas a la democracia representativa, el estudio del populismo venezolano, las reflexiones sobre Universidad, Dependencia y el movimiento de renovación conjuntamente con las experiencias de educación popular y la investigación-acción, la aproximación crítica de los estudios de la industria cultural y los medios de difusión, la historia social y política venezolana del siglo XX: modernidad, modernización y desarrollo, así como la investigación de las clases sociales y los grupos económicos dominantes en el país.
Esos esfuerzos nunca sistematizados, quedaron regados a lo largo y ancho del país, con una direccionalidad que totalizaba parcialmente, la necesidad de romper, desde la izquierda y a fondo, con la herencia del marxismo ortodoxo (Diamat/Hismat), con los esquematismos de la literatura y manuales soviéticos, chinos y hasta de los folletines albaneses, que circulaban entre las tendencias que se imaginaban estar "más a la izquierda que todas las izquierdas históricas del país".
Frente a la derecha intelectual, se trataba de confrontar al neopositivismo, a la clara hegemonía de la teoría de la modernización en las ciencias sociales, con su defensa y promoción de un capitalismo cada vez más desigual, represivo y excluyente (en las formulaciones neoliberales), el acento cada vez más clientelar de las políticas sociales, la sustitución de cualquier acción hegemónica por la combinación de fraude-corrupción y política represiva, hasta llegar a las versiones más tecnocráticas de la Reforma del Estado y las políticas sociales "focalizadas y compensatorias".
En determinados grupos de discusión animados por la figura de Lanz, se llegó incluso a postular una suerte de minimalismo programático ante tanta debacle en el campo de las izquierdas venezolanas: ¿Sería posible un capitalismo democrático de bienestar medianamente decente en el país?, renovando un llamado a acuerdos mínimos alrededor de algún tipo de "Welfare State", con una democracia más avanzada articulada a la figura institucional del "Estado democrático y social", reconociendo que "era lo mejorcito del pensamiento socialdemócrata".
El problema más grave era que tanto el pensamiento revolucionario de los sesenta (tanto el de los PC como el del modelo-MIR) como el pensamiento reformista socialdemócrata (tanto AD, como lo que a la postre fue derivando el MAS), habían entrado ambos en una profunda crisis. He allí la crisis de las izquierdas venezolanas en sus fundamentos ideológico-programáticos.
Lo cierto es que histórica y políticamente, alrededor de cinco o seis esfuerzos teóricos (ya en el plano político-partidista) asumieron internamente una relectura crítica de la asimilación del marxismo ortodoxo a la venezolana con las experiencias de los debates internos del MIR, la escisión de lo que a la postre sería el MAS, algunas iniciativas en el MEP, sectores de la llamada Nueva Alternativa, la experiencia de Maneiro en la Causa R; incluyendo además el periplo de las reflexiones de propio Partido de la Revolución Venezolana (PRV). Por otro lado, el PCV persistió en ratificar su línea ideológico-teórica con fidelidad doctrinaria.
En consecuencia, estas ideas-fuerzas ni eran coincidentes ni eran convergentes. Todas esas reflexiones y balances requieren hoy un esfuerzo casi arqueológico de recuperación textual, porque si no quedarán enterradas en el olvido.
Un interesante trabajo de síntesis lo constituyó por mucho tiempo el texto de Alexander Moreno: "Antología del pensamiento revolucionario venezolano"ix, con un enfoque fragmentario que no permite recuperar contextos y articulaciones entre ideas y el "estado del arte" (la estrategia y la táctica) de las organizaciones políticas-partidarias.
También aquellas contribuciones quedaron regadas y dispersos en archivos incluso clandestinos, formando parte de esa memoria política, nunca suficientemente valorizada de las izquierdas venezolanas, en la búsqueda de la construcción de sus propias referencias e idearios, consustanciados con el reconocimiento de la herencia del pensamiento socialista mundial, pero a la vez intentando entender su propia problemática de "implantación histórico-cultural", la reformulación de la cuestión nacional-popular, para la extraviada tarea de articular un "movimiento de masas" (el movimiento popular) con vocación de poder distinto y alternativo al reformismo adeco: "¿Por qué el partido de masas adeco si y nosotros no?", frase que recorrió el trasfondo del proyecto político de las izquierdas.
De esa levadura de aciertos y errores, fue quedando una suerte de subcultura y movilización contestataria, pero en el contexto de un campo partidario de las izquierdas cada vez más fracturado, disperso y dividido, que volvió a reactivarse con multiformes contradicciones, reservas y dudas con la emergencia del llamado "proceso bolivariano revolucionario". No se puede entender el modo de implicaciones de múltiples corrientes de izquierda en tal proceso, sino comprender los antecedentes de fenómenos como la derrota, el repliegue y las divisiones. Fue allí que existió el hecho objetivo del portaviones Chávez, pero teniendo como antecedente inmediato el portaviones Caldera, fenómeno que no dejó de ser sintomático de la situación de las izquierdas.
Ya el portaviones Chávez es ésta otra historia, mucho más político-militar que ideológico-teórica, además poco estudiada en la relación de las tensiones entre la clase política de AD-COPEI y sectores internos de las Fuerzas Armadas en la evolución y abordaje de la "crisis de Estado" también vinculada a la "crisis del modelo rentista", que todavía sigue por escribirse en sus aristas más significativas. Chávez emerge en la encrucijada de aquellas tensiones internas entre factores de poder, por un lado, y en el sistema político venezolano por otro.
II.- ¿SOCIALISMO Y MARXISMO EN EL PROCESO BOLIVARIANO?
Lo cierto es, que mucho después del período de 1992-2004, mientras bastante avanzado estaba ya el segundo gobierno de Chávez (2006-2012), retornaron interrogantes ya no superficiales sobre el lugar de los marxismos, socialismos e izquierdas en todo aquella experiencia; se abrieron algunos baúles, archivos, experiencias, trayectorias y se desempolvaron algunos estados del arte del "debate socialista" truncado venezolano, incluyendo para mal, la apelación a viejos guiones, dogmas, alienaciones e idolatrías en el plano ideológico-teórico que parecían que habían sido superadas en el largo trayecto de las izquierdas, desde aquella fundación del PRV en México en 1926 hasta lo que pueden llamarse: "Las izquierdas, hoy".
Si hay una invariante en toda esta historia nacional es que, con contadas excepciones y momentos históricos de vitalidad, fue predominantemente más fácil apelar a un manual, al calcar y copiar, a frasear guiones prestablecidos, que ponerse a estudiar y pensar acerca del legado del marxismo de la tradición clásica, del pensamiento revolucionario, de las experiencias socialistas ya desde un programa de investigación consistente y riguroso.
Aquí cabe apelar a la "literatura de ficción". Luego del retorno de Chávez del Foro social mundial de Porto Alegre en enero de 2005 hubo algún revuelo sobre eso del socialismo. En el Foro dijo cosasx como estas:
"No tengo la menor duda. Es necesario, decimos y dicen muchos intelectuales del mundo, trascender el capitalismo, pero agrego yo, el capitalismo no se va a trascender por dentro del mismo capitalismo, no. Al capitalismo hay que transcenderlo por la vía del socialismo. ¡Por esa vía es que hay que trascender el modelo capitalista, el verdadero socialismo, la igualdad! No tengo la menor duda. Es necesario, decimos y dicen muchos intelectuales del mundo, trascender el capitalismo, pero agrego yo, el capitalismo no se va a trascender por dentro del mismo capitalismo, no. Al capitalismo hay que transcenderlo por la vía del socialismo. ¡Por esa vía es que hay que trascender el modelo capitalista, el verdadero socialismo, la igualdad!
¡La justicia!
Asistentes: Aplausos. Olé, Olé, Olé. Chávez, Chávez, Chávez. Presidente
Chávez: Perdóneme que los interrumpa, pero la hora ¿no? Y además también estoy convencido como decía Ignacio Ramonet, que es posible, es posible trascender el capitalismo por la vía del socialismo y más allá en democracia. ¡En democracia!"
Y no eran ideas sueltas. Había un análisis de fondo de los cambios del contexto mundial:
"Así que por otra parte a nivel universal se levantan viejos actores y nuevos actores en el mapa geopolítico planetario que es necesario reconocer y que también influyen en las fortalezas y debilidades de la hegemonía imperialista norteamericana, ya no estoy hablando de las debilidades internas del imperialismo, en lo objetivo o en subjetivo, la Rusia por ejemplo se levanta, ya no es la Rusia arrodillada a los mandatos de Washington, hay un nuevo nacionalismo ruso, yo lo he visto, lo he palpado en las calles de Moscú.
Hasta hace pocos años casi nadie se atrevía a hablar de Carlos Marx en Moscú, casi nadie se atrevía a hablar de Vladimir Ilich Ulianov en Moscú o en los pueblos de Rusia o en este último viaje, incluso me invitaron a dar una charla en el Instituto de Filosofía de Moscú, y ahí lo que se habló de Carlos Marx, de Lenin, hay una corriente revisando cosas y sobre todo más allá de los ideológico, Rusia se ha levantado, ya no es la Rusia arrodillada aquella que daba tristeza y lastima, hay un buen presidente al frente Vladimir Putin. Y China ni se diga, China avanza, crece, se fortalece, estuvimos en Pekín hace unos días en la navidad China ya es una potencia mundial, económicamente China lleva 20 años creciendo a un ritmo del 19% en promedio, un crecimiento tecnológico, autonomía y soberanía alimentaria, la Europa unida y ahora con un nuevo gobierno socialista en España, ya no es el gobierno de Aznar arrodillado también a los mandatos del imperialismo, en Asia, en África. Hace poco visité a ese otro tipo que se llama Mohamar El Gadaffi, estuvimos allá en Trípoli conversando un rato con Ahmed Ben Bella, ese líder argelino y africano, de esos pueblos Árabes que batallan hace siglos, por sus creencias, con sus dioses, con sus sueños y me decía Gadafi que él ve con mucho optimismo al proceso de unidad africana, lo mismo me dice el presidente de Argelia el buen amigo Adellalaziz Bouteflika, el Irán se fortalece ahí estuve también en noviembre con el presidente Mohamed Jatami y con el líder Jamenei, se fortalece Irán los norteamericanos pretendieron que Irán suspendiera sus investigaciones nucleares, Irán se resistió y al final se impuso la tesis de los iraníes no pudo con ellos el imperialismo norteamericano, no consiguió el apoyo de Naciones Unidas, ni el apoyo de Europa y así y en América Latina aquí estamos pues. Aquí estamos, América Latina hoy no es la misma América Latina de hace 5 años, yo no puedo por respeto a todos ustedes hacer comentarios sobre situaciones internas de ningún país, pero créanme algo y lo digo con mi corazón, allá en Venezuela sobre todo los dos primeros años de mi gobierno, muchos de mis partidarios me criticaban, me pedían que fuéramos más rápido, me pedían que había que ser más radicales, yo consideraba que no era el momento y no era el momento, porque hay fases en los procesos, hay fases en los procesos compañeros… Hay fases, hay ritmos, que no tienen que ver sólo con las situaciones internas de cada país sino con la situación internacional, yo aún con el riesgo de que algunos de ustedes hagan algún ruido extraño no me importa, quiero a Lula, lo aprecio, Lula es un buen hombre, de un gran corazón es un hermano y es un compañero, le dejo mi abrazo, mi cariño, mi afecto de hermano, de compañero."
Un somero análisis crítico del discurso puede detectar los problemas y tensiones señalados por Wallerstein sobre los movimientos antisistémicos. La concepción de geopolítica supuesta, de las alianzas internacionales, de las correlaciones de fuerzas, de las tendencias internacionales y de su articulación a las luchas en el plano político nacional, todo eso fue contexto en el año 2005 de aquel llamado a escoger una "vía socialista en democracia y con justicia". Y aquí viene la lo que llamo la "literatura de ficción".
Justamente cuando Chávez y el equipo que lo acompañaba retornaban al país luego de aquellos acontecimientos, un grupo de allegados civiles y militares interrogaban, a quienes identificaban como portavoces de ideas o planteamientos de izquierda, con la siguiente inquietud: "Ahora van a tener que ser ustedes los que nos tendrán que explicar que quiso decir el jefe con eso del socialismo".
Aquí cabe referir la historia de la significativa frase epistolar de Mariano Picón Salas al joven Rómulo Betancourt en 1931 donde le decía:
"…sería una tontería predicarle a gente tan arraigada al suelo y de imaginación tan concreta, la abstracción comunista, esa especie de álgebra espiritual que ellos no pueden entender". (Carta de M. Picón-Salas (Santiago de Chile) a RB (S.J., Costa Rica), 19.9.1931)
Ya desde aquellos años 30 del siglo XX existió una actitud refractaria de ciertos círculos sociales e intelectuales, para vincular en el "ideario social común" el pensamiento socialista y marxista en particular, bajo el pretexto de tales formulaciones no eran adecuadas ni aplicables en el país ni para su política ni para las tareas de formación de la "conciencia y política nacional", llegando a afirmar que no respondían a las necesidades, intereses y aspiraciones del pueblo venezolano.
Además, se consideraban doctrinas ajenas, cuyo lenguaje abstracto, tanto a nivel escrito como a nivel oral, alejaban a cualquiera de sus grupos promotores de la posibilidad de mover "opinión nacional" y de construir un nuevo tipo de hegemonía intelectual, moral y ético-cultural más cercana a un nacionalismo que a una revolución socialista.
La pregunta de aquellos civiles y militares sobre ¿A dónde va Chávez?, sobre qué significaba, para el "Jefe", eso de socialismo en 2005 resonaba con mucha fuerza con aquellos consejos de Picón Salas en el año 1931 a quien padecía de una suerte de "infección ideológica" del lenguaje marxista: Rómulo Betancourt.
Poco se han estudiado las razones de "pragmática política" que llevaron a Betancourt a desprenderse ya definitivamente a lo largo de los años 40 de cualquier fraseología que lo identificara con el pensamiento socialista de inspiración marxista, cuando en los años 30 incluso mostró un vínculo orgánico con el partido comunista de Costa Rica, acercándose luego más bien a la estela de revisiones de tal tradición en el aprismo teórico primero, luego en la socialdemocracia (y al propio pensamiento liberal norteamericano de posguerra), más bien por intereses del bloque social que lo acompañaba y de sus nuevas alianzas internacionales, además de criterios de eficacia política de los discursos e imaginarios, conectados y consustanciados con "las necesidades y aspiraciones inmediatas y sentidas" de los sectores populares venezolanos.
Esta forma de pedagogía del discurso político, fue harto evidente en Betancourt desde los años 40, y en Caldera ya en su primero período de gobierno, y en este último, fue decisiva para darle un segundo aire político luego de los acontecimientos de 1989 y de 1992.
Ambos, en consecuencia, mordieron parte del imaginario de las izquierdas francamente debilitadas. No es casual que en Venezuela se haya implantado la fórmula de frasear discursos de izquierda para llevar a cabo los intereses y metas de la derecha capitalista. La simulación ideológica como agenciamiento de legitimación social.
Pero volvamos a 2006. Lo mejor del "marxismo crítico y heterodoxo" disponible tendía a ser enterrado de nuevo por el "realismo político" de la voces y actitudes más dogmáticas, muy bien retratadas por la cita de Herbert Marcuse al comienzo del texto: "La mayor parte de sus formulaciones teóricas tienen un propósito pragmático e instrumental, sirven para explicar, justificar, alentar y dirigir ciertas acciones y actitudes que constituyen datos reales de tales formulaciones". Todo esto formaba parte de una pragmática del poder y consideraciones de realismo geopolítico (de las alianzas internacionales) que, desde el ejercicio del gobierno, solo afinaron los intereses para mantener el control del Aparato del Estado, lo que se ha convertido para la izquierda instrumentalista en una fantasía primordial y aspiracional.
Por otra parte, hay dos eventos desestimados y poco analizados en sus implicaciones ideológico-teóricas, entre los años 2008-2010. El primero, registrado públicamente en dos publicaciones de la prensa norteamericana. La entrevista realizada por Sean Pennxi y sus acompañantes a Hugo Chávez (que recomiendo revisar en toda su extensión). Aquí tomaremos solo algunos fragmentos:
"Hitchens se sienta en silencio, tomando notas durante la conversación. Chávez reconoce un destello de escepticismo en sus ojos. "CREES-TO-FER, hazme una pregunta. Hazme la pregunta más difícil. Comparten una sonrisa. Hitchens pregunta: "¿Cuál es la diferencia entre usted y Fidel?" Chávez dice: "Fidel es comunista. Yo no soy. Soy socialdemócrata. Fidel es marxista-leninista. Yo no soy. Fidel es ateo. Yo no soy. Un día hablamos de Dios y Cristo. Le dije a Castro, soy cristiano. Yo creo en los Evangelios Sociales de Cristo. El no, simplemente no. Más de una vez Castro me dijo que Venezuela no es Cuba, y no estamos en los años 60.
"Ves", dice Chávez, "Venezuela debe tener socialismo democrático. Castro ha sido un maestro para mí. Un maestro. No en la ideología sino en la estrategia".
Quizá irónicamente, John F. Kennedy es el presidente estadounidense favorito de Chávez. "Yo era un niño", dice. "Kennedy fue la fuerza impulsora de la reforma en Estados Unidos". Sorprendido por la afinidad de Chávez con Kennedy, Hitch interviene, refiriéndose al plan económico anticubano de Kennedy para América Latina: "¿La Alianza para el Progreso fue algo bueno?". "Sí", dice Chávez. "La Alianza para el Progreso fue una propuesta política para mejorar las condiciones. Su objetivo era reducir la diferencia social entre las culturas".
Esta entrevista coloca de nuevo sobre la mesa la inquietud de Wallerstein en cruce de cuatro ejes explícitos: socialismo, movimiento de liberación nacional, reforma, revolución. ¿Dónde se ubicaba Hugo Chávez?
El segundo registroxii documental plantea el siguiente intercambio:
"Hitchens se sienta en silencio, tomando notas a lo largo de esta conversación. Chávez reconoce un destello de escepticismo en sus ojos. "CREES-TO-FER, hazme una pregunta. Hazme la pregunta más difícil". Comparten una sonrisa. Él pregunta: "¿Cuál es la diferencia entre usted y Fidel?" Chávez dice: "Fidel es comunista. Yo no lo soy. Soy socialdemócrata. Fidel es marxista-leninista. Yo no lo soy. Fidel es ateo. Yo no lo soy. Un día discutimos sobre Dios y Cristo. Le dije a Castro, yo soy cristiano. Yo creo en los Evangelios Sociales de Cristo. Él no. Simplemente no. Más de una vez, Castro me dijo que Venezuela no es Cuba, y no estamos en los años 60". Su admiración por Castro no es más que infantil. Y no intenta ocultarlo. Al confesar la repetición de Fidel de esta línea final, "Más de una vez Castro me dijo...
"Ves", dice Chávez, "Venezuela debe tener socialismo democrático. Castro ha sido un maestro para mí. Un maestro. No como ideología, sino como estrategia". Quizá irónicamente, John F. Kennedy era el presidente estadounidense favorito de Chávez. "Yo era un niño", dice, "Kennedy fue la fuerza impulsora de la reforma en Estados Unidos". Sorprendido por la afinidad de Chávez con Kennedy, Hitch interviene, refiriéndose al plan económico anticubano de Kennedy para América Latina: "¿La Alianza del Progreso fue algo bueno?" "Sí", dice Chávez, "La Alianza del Progreso fue una propuesta política para mejorar las condiciones. Estaba dirigida a reducir la diferencia social entre culturas".
Cada vez soy más consciente de la complejidad del hombre de los llanos de Venezuela. A la vez, es el héroe romántico de un continente' …un visionario de la vieja escuela cuya responsabilidad implícita es contener la marea de los imperios exteriores. Y se sabe que eso lo distrae de respetar a aquellos dentro de su propio partido. Pero no puedes dejar de creer en la gracia de su esperanza y afecto por su pueblo. Y su gente no es fácil de convencer."
Muy pocos analistas se han detenido a valorar estos REGISTROS documentales. Planteemos algunas conjeturas. Primero, porque siempre existió una campaña para satanizar a Chávez como "otro comunista más, con camuflaje o encubierto". La segunda porque hablar de socialdemocracia y socialismo democrático en la Venezuela en el "proceso bolivariano revolucionario" era golpear los ideales de los sectores más militantes que proyectaron sus esperanzas en una revolución radical de corte anticapitalista. Chávez lo insinúa en el propio discurso del foro social mundial:
"…muchos de mis partidarios me criticaban, me pedían que fuéramos más rápido, me pedían que había que ser más radicales, yo consideraba que no era el momento y no era el momento, porque hay fases en los procesos, hay fases en los procesos compañeros… Hay fases, hay ritmos, que no tienen que ver sólo con las situaciones internas de cada país sino con la situación internacional…"
Además de esta entrevista anterior a Penn y sus acompañantes del año 2009, en otros escritos he llamado la atención sobre la importantísima entrevista de Manuel Cabieses a Chávez titulada: ¿Dónde va Hugo Chávez?xiii. Esa entrevista del año 2006 no deja de ser un documento referencial central de las opiniones de Chávez sobre el socialismo:
"En una época llegué a pensar en la tercera vía. Andaba en problemas para interpretar el mundo. Estaba confundido, hacía lecturas equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a proponer un foro en Venezuela sobre la tercera vía de Tony Blair. Hablé y escribí mucho sobre un capitalismo humano. Hoy estoy convencido que es imposible. Pero esto ha sido producto de seis años de dura brega y de aprender de mucha gente. Me convencí de que el socialismo es el camino y así lo dije en Porto Alegre y después aquí, ante la Asamblea Nacional. He invitado al país a un debate. Creo que debe ser un socialismo nuevo, con planteamientos frescos, acoplado con una nueva era que apenas está comenzando. Por eso me atreví a llamarlo socialismo del siglo XXI, como proyecto. Creo que es un reto, un desafío."
Sin embargo, en la entrevista con Sean Penn, más allá de descalificarla como declaraciones de circunstancia del propio Chávez queda literalmente registrado: "Fidel es comunista. Yo no lo soy. Soy socialdemócrata. Fidel es marxista-leninista. Yo no lo soy. Fidel es ateo. Yo no lo soy." Y además añade: "Venezuela debe tener socialismo democrático. Castro ha sido un maestro para mí. Un maestro. No como ideología, sino como estrategia". Y por si faltara poco: "Más de una vez, Castro me dijo que Venezuela no es Cuba, y no estamos en los años 60".
Si los lectores consideran que tales declaraciones ideológico-teóricas no tenían consecuencias profundas, debo decir que están profundamente equivocados. Allí se demarcó un terreno de discusiónxiv que ningún aparato político podía cerrar con infortunadas posiciones como aquella que ocurrió el 2 y 3 de junio de 2009, durante la realización del seminario "Intelectuales, Democracia y Socialismo: Callejones sin Salida y Caminos de Apertura", organizado por el Centro Internacional Miranda.
Los ponentes en aquel momento, realizaron inesperados cuestionamientos al proceso revolucionario, entre ellas, la crítica del hiperliderazgo del Presidente Chávez (ya desde mucho antes de tal fecha he sostenido que Chávez encuadraba en la categoría de Cesarismo Progresivo derivada de los planteos de Gramsci), y de asuntos no menores, como la temprana burocratización del proceso y las debilidades ideológicas del mismo, generando reacciones negativas de importantes miembros del gobierno, quienes condenaron las conclusiones de aquel seminario, entre ellos el entonces canciller Nicolás Maduro, quien descalificó a los participantes como "habladores de paja", lo cual llevó a algunos de los participantes a aclarar sus posiciones y a bajarle el volumen de la crítica (no conveniente), anunciando el retorno de las famosas "autocriticas" de aquellos intelectuales arrepentidos de sus "desviaciones individualistas pequeño-burguesas" tras la cortina de hierro de la URSS o la China de la "revolución cultural".
La maquinaria de propaganda de entonces también se alineó con tal reacción de algunos integrantes del partido-aparato de estado, y descalificó al CIM como un espacio donde se anidaba lo que a la postre fue calificado como "batallón intelectual contrarrevolucionario". La llamada "Tolvanera ideológica"xv, fue lo que el socioanálisis denomina un "analizador institucional", una expresión de las soterradas fuerzas y relaciones de poder de lo instituido, lo instituyente y los procesos de institucionalización.
El segundo evento que queremos destacar aquí, ocurrió delante de las cámaras de televisión, cuando el 9 de agosto de 2010, en entrevista exclusivaxvi a los periodistas Vanessa Davies, Andrés Izarra, Walter Martínez y Mario Silva, el líder de la revolución cubana, con todo el peso de su trayectoria y experiencia política señalaba que "la ideología era el arma principal de la revolución bolivariana".
Ante la pregunta de si el socialismo pertenece a la prehistoria humana como dicen sus adversarios (minuto 53:55), Fidel contesta, "No" y repregunta Fidel: ¿Qué es el socialismo? A lo que la periodista Davies replica con otra pregunta: ¿Y qué es el socialismo para usted ahora, siglo XXI? Fidel responde: "Para mí, el comunismo. El que el propio Marx definió como el comunismo. De cada cual según sus posibilidades. A cada cual según sus necesidades".
Este segundo evento confirma la propia apreciación de Chávez sobre el pensamiento de Fidel Castro, a la vez que pone en claro las recomendaciones que hizo el propio Fidel en materia de política comunicacional y construcción de la referencia ideológica específica del proceso bolivariano.
Lo interesante de todo esto es que la referencia misma a la revolución cubana no solo pesaba como experiencia de estrategia política, sino que muchos buscaban allí los referentes de una concepción ideológico-teórica. Otras voces eran directamente descalificadas en bloque, sobremanera figuras tan disímiles en sus investigaciones como Tony Negri, Marta Harnecker, Enrique Dussel, Heinz Dieterich o Itsvan Meszaros. ¿Quién pudiera suponer que se trataba de una muestra opinática de carácter homogéneo? El asunto era cuestión de disputas ideológicas y políticas.
De tal manera, que la problemática abierta era muy semejante a lo transcurrido durante la experiencia del socialismo durante el gobierno de Salvador Allende en Chile: ¿Es posible construir una vía democrática hacia un socialismo democrático? ¿Cuáles son las tensiones y contradicciones de semejante vía o ruta? ¿Cuál es la concepción, carácter y alcance de aquella difusa propuesta de Chávez de un nuevo socialismo bolivariano, cristiano, democrático y revolucionario del siglo XXI?
En cualquier caso, una transformación de tal naturaleza implicó observar teórica e históricamente las dificultades de una transformación que profundizara y acelerara los contenidos radicales de una propuesta de "democracia social y participativa" en un horizonte socialista. ¿Desde cuáles fundamentos teóricos, desde cuál debate ideológico-programático, con referencia a cuáles planteos específicos en determinadas áreas de lucha social y de políticas del gobierno?
Adicionalmente, el espectro del Termidor (como en la revolución francesa) aparecía como gran fantasma tanto de fuerzas internas (los llamados por el mismo Chávez como "Chavismo sin Chávez"xvii, o por Müller Rojas como el "nido de alacranes", como de las tradicionales fuerzas opositoras que siempre mostraron resistencia y contraposición al llamado "proceso bolivariano".
Ya en el año 2005 Chávez planteaba abiertamente la existencia de una tendencia a la que denominaba como chavismo sin Chávezxviii:
"…hay gente realmente que llega a pensar, aun cuando sea muy revolucionaria o muy consciente al menos, que es imposible: "No, eso es imposible". Como algunos buenos amigos en Caracas me lo decían, casi todos se fueron del Gobierno, algunos quedan por allí, pero nunca se me olvidará aquellos años, aquellos meses de finales de 2001, venezolanos conscientes, venezolanos de los que no tengo yo dudas, que no puedo llamarlos traidores ni nada, sencillamente bueno una visión del mundo, ejercían presión, fue en aquellos días, Iris, cuando nació la tesis aquella del chavismo light, no hay chavismo light, el chavismo es radical sino no es chavismo.
Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: A mí no me gusta hablar de chavismo, porque se pretende personalizar un movimiento popular social, pero surgió esa expresión ¿no?: un chavismo light. O el chavismo sin Chávez, esa es otra tesis. Bueno, por ahí por esas corrientes reformistas, a veces de buena fe, empezaron a presionar para que echáramos atrás por ejemplo la Ley de Hidrocarburos que habíamos aprobado en aquellos meses de 2001, o la Ley de Tierras, o la nueva Ley de Bancos, o la nueva Ley de Impuesto sobre la Renta, o la nueva Ley de Pesca, o la nueva Ley de Microfinanzas, y un conjunto de 49 leyes transformadoras y revolucionarias que el Gobierno bolivariano aprobó aquellos días con el mecanismo de la Ley Habilitante que el Congreso o Asamblea más bien, Asamblea Nacional ya, delegó en el Gobierno, habilitó al Gobierno para aprobar leyes, que luego deberían ser, como fueron, reconocidas pues, reafirmadas por la Asamblea Nacional de Venezuela."
Sin haber siquiera haber avanzado en un asomo de un despliegue a fondo del poder constituyente, es posible comprender como, con la ausencia física de Chávez, que era además quién marcaba la línea ideológica y no sólo la política, se combinaron las tendencias transformistas de siempre con las amenazas de la oposición tradicional y la presión de adversarios internacionales, en un contexto de eclosión de la difícil circunstancia de la enfermedad del "líder fundamental". El cuadro avizoraba tormentas y nuevas amenazas.
Del ascenso popular al reflujo del movimiento popular, de la autonomía de los movimientos a la cooptación gubernamental, de grados de libertad al encuadramiento en el partido con la integración jerárquica en dispositivos clientelares y patrimoniales del partido-Estado, todo eso fue transcurriendo, en un contexto internacional además crecientemente amenazante y desfavorable, generando al mismo tiempo, un gigantesco vacío de sentido y significación sobre los esfuerzos teóricos que pudieran sustentar, luego de 2013, el llamado tránsito al llamado "nuevo socialismo bolivariano, cristiano y democrático del siglo XXI".
No fueron suficientes, entonces, ni los gigantescos esfuerzos acumulados de editoriales para reeditar obras de una altísima calidad y muy fácil acceso, ni darle cabida a nuevas voces y contribuciones en formatos de libros, ni el esfuerzo de Chávez de construir una suerte de pedagogía política de difusión de masas con materiales como los llamados Aló Teórico, ni programas de radio focalizados en cuestiones ideológicas, ni la constitución de redes de apoyo intelectual con excelsas figuras de lo mejor del pensamiento crítico del siglo XX e incluso del XXI. Eso nunca configuró por sí mismo una cultura popular transformadora.
Luego, la pragmática de la propaganda como foco pedagógico-difusivo para "audiencias-masas", lo que Freire llamó "extensión" y "concepción bancaria" (ya hace muchísimas décadas atrás), y las necesidades del aparato en su requerimiento vital de "cómo mantenerse en el poder", cerró muchos espacios nacientes, practicó la reconversión de otros (bajo el objetivo principal de titularizar a funcionarios), neutralizó espacios críticos y canceló múltiples iniciativas.
No hablemos aquí de los llamados "sistemas de formación de cuadros". La cuestión ideológico-teórica fue reduciéndose a la más cruda "propaganda de gobierno".
Sin embargo, quedó un acumulado histórico de conquistas y luchas, de momentos objetivos y subjetivos de avances en las relaciones de fuerzas y sentidos. Esos acumulados están también disgregados y desarticulados, pero en actitud de resistencia y hasta de rebeldía.
El contraste de políticas entre los periodos (1998-2012) y (2013-2022) junto con sus resultados y contextos nacionales e internacionales, es harto evidente. Ahora bien, seguirá siendo vital excavar a fondo la racionalidad histórica de mediana duración que permitiría comprender y explicar el estancamiento y desagregación de aquel bloque histórico, nacional, popular y democrático bolivariano, incluso registrado como tal en el documento "Plan de la Patria" escrito por Chávez; y las modalidades de "revolución pasiva" que siguen operando en la Venezuela moderna para impedir cualquier avance significativo de experiencias histórico transformadoras, tanto del llamado bloque social-popular como del proyecto nacional-revolucionario.
La historia de Sísifo pareciera estar encadenada tanto el momento de la llamada "liberación nacional" como al momento de la "transformación socialista"; para culminar rodando muy atrás en cada reflujo histórico, en los rasgos históricos del caudillismo, la economía de puertos, el desfalco patrimonial del Estado, los cantos de sirena de la salvación por la vía del capital internacional, el llamado a calcar y copiar "modelos" y hasta viejísimos debates sobre proteccionismo/librecambio, muy propios del siglo XIX. Los movimientos antisistemicos venezolanos tienen sus propios desafíos históricos, aunque parecen sin comprenderse los fenómenos "geno-estructurales" que los condicionan.
Y como al siglo XIX parecen llevarnos estos rasgos, hay que revisitar tales años para encontrar allí, la génesis histórica o la genealogía de muchos de los obstáculos no superados, incluida la tradición de la lectura estereotipada, vulgarizada y de folletines de lo que se ha dado en llamar el "legado marxista" a la venezolana.
Continuará…
____________________________________
iiNOTAS:
https://marxists.architexturez.net/archive/marx/works/1882/letters/82_11_02.htm
iii J. D. García Bacca: Presente, pasado y porvenir de Marx y el Marxismo Ediciones fondo de Cultura económica. México, 1965
iv Referiremos dos obras en particular: Tres fundamentaciones del marxismo. Lukács, Sartre y Althusser. Ediciones Monte Ávila. Caracas, 1976; Historia y totalidad. El concepto de reificación en Lukács. Ediciones Monte Ávila, 1978.
La extensa obra de Ludovico Silva es referida al marxismo conocida: La plusvalía ideológica (Caracas, 1970; UCV), Sobre el socialismo y los intelectuales (Caracas, 1970), Teoría y práctica de la ideología (México, 1971; Nuestro Tiempo), El estilo literario de Marx (México, 1971; Siglo XXI), Marx y la alienación (Caracas, 1974; Monte Ávila Editores), La alienación como sistema (Alfadil, 1983), Anti-manual para uso de marxistas, marxólogos, En busca del Socialismo perdido (Caracas,1988), entre otros.
De esta etapa cabe referir: J. R Núñez Tenorio. Metodología de las ciencias sociales. Alfadil 1989; De Marx a la Perestroika. De la crítica al capitalismo a la crítica del socialismo. Ediciones Tropikos, Caracas 1991; Vigencia contemporánea del marxismo. Ediciones UCV-CDCH, Caracas, 1998.
Por supuesto, Lanz prefería polemizar sobre estos tránsitos con su querido amigo Miguel Ron Pedrique, dialogar con Jeannette Abouhamad o recorrer el país en múltiples círculos de discusión, que "detenerse a perder el tiempo" (según sus propias palabras) con una esclerosis ideológico-teórica con la cual tempranamente rompió.
Wallerstein, Immanuel (2003): Qué significa hoy ser un movimiento anti-sistémico? http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20110216015219/17wallerstein.pdf
Alexander Moreno (1983): Antología del pensamiento revolucionario venezolano. Ediciones Centauro, Caracas. 1983
x 30/01/2005. Discursos y Alocuciones. Gimnasio Gigantinho. Porto Alegre. Brasil, Brasil. V Foro Social Mundial: El Sur, Norte de nuestros pueblos. http://www.todochavez.gob.ve/todochavez/3661-v-foro-social-mundial-el-sur-norte-de-nuestros-pueblos
https://www.thenation.com/article/archive/conversations-chaacutevez-and-castro/
https://www.huffpost.com/entry/mountain-of-snakes-part-i_b_147239
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI ¿Dónde va Chávez? Manuel Cabieses Donoso: SOCIALISMO DEL SIGLO XXI ¿Dónde va Chávez? por Manuel Cabieses Donoso: https://www.voltairenet.org/article141731.html
https://www.academia.edu/38730120/Laverde_L_2012_El_rol_social_de_los_intelectuales_en_la_Venezuela_socialista
Grano De Maíz Tolvanera ideológica Por: Antonio Aponte. 24/06/2009 https://www.aporrea.org/ideologia/a80726.html
(9 de agosto de 2010): Fidel Castro entrevistado por periodistas venezolanos. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=0HLPXoanGVM
El primer registro documental de la expresión "chavismo sin Chávez" ocurrió en el propio programa "Comunicación en tiempos de revolución del ministro Jesse Chacón Escamillo en el año 2004. Allí una ciudadana en llamada telefónica dijo lo siguiente: "Entonces, ministro, nosotros no queremos que esta revolución se pierda, pero la quinta columna dentro del Comando Ayacucho hará que se pierda la revolución sino lo reestructuran. Por favor, dígale al presidente que reestructure el Comando Ayacucho porque si no también perderemos el revocatorio. Y le digo que se haga responsable porque le digo esto, hay una propaganda en Venezolana de Televisión, que ya otras personas han llamado por teléfono y lo han dicho, del alcalde José Vicente Rangel, donde dice: "Dile no al revocatorio". O sea, eso es tácitamente una aceptación de que perdimos las firmas. Entonces no es justo que los conciudadanos, los patriotas, los lanceros, perdamos todo lo que hemos conseguido simple y llanamente porque el Comando Ayacucho y las quintas columnas que están dentro del Comando Ayacucho quieran un chavismo sin Chávez." http://www.todochavez.gob.ve/todochavez/1209-comunicacion-en-tiempos-de-revolucion-jesse-chacon-escamillo
xviii 2005: http://www.todochavez.gob.ve/todochavez/3404-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-en-la-iv-encuentro-hemisferico-de-la-lucha-en-contra-del-alca