Sumario
El triunfo de la fórmula presidencial Gustavo Petro-Francia Márquez en Colombia este domingo 19 de junio tiene un esperanzador contenido popular. El llamado Pacto Histórico ha logrado una victoria realmente histórica. Se respiran aires de una nueva Colombia. ¡Enhorabuena al pueblo hermanado en Bolívar!
I
En agosto de este año se abrirá una nueva etapa en las relaciones binacionales colombo-venezolanas. La gran mayoría de ambos pueblos desean de corazón unas relaciones "normalizadas", como ha dicho el Presidente electo Gustavo Petro; unas "relaciones de hermandad", como ha sostenido desde su primera elección en 2013 el Presidente Constitucional venezolano Nicolás Maduro, siguiendo la línea del enfoque bolivariano iniciado por Hugo Chávez en 1999.
Con la salida del uribista Duque, debe cesar definitivamente el uso del territorio y las instituciones de Colombia como plataforma de agresiones viles contra la paz y la soberanía de Venezuela.
El mejor amigo, el mejor socio y la mejor hermana de Colombia ha sido por siempre Venezuela. Lamentablemente no podemos decir lo mismo de este lado respecto a Colombia, por la maligna vecindad en que incurrieron derechistas agentes del narco-paramilitarismo, rayana en una enfermiza xenofobia antivenezolana.
Es la hora de rescatar la historia común sobre la base de los más sagrados valores que fundieron aquella nacionalidad compartida en la Gesta de Independencia.
No nos corresponde entrar en consideraciones sobre el proceso interno del cambio que hoy vive Colombia, ni de los estilos que el gobierno electo le imprima a sus acciones; somos respetuosos absolutos de la soberanía y autodeterminación de las naciones. El pueblo colombiano es el dueño de su destino y confiamos en la sabia conducción del nuevo liderazgo que ha emergido renovado tras largas décadas de opresión.
Queremos sí, dejar para nuestro Gobierno Bolivariano y la opinión ciudadana, unos breves apuntes de lo que debería constituir una agenda de nuevo tipo para las relaciones bilaterales.
II
Principios fundamentales de la nueva diplomacia binacional:
Respeto a la soberanía nacional y autodeterminación de los pueblos
Formalización de los vínculos oficiales a través de las respectivas Cancillerías
Reinstitucionalización de las relaciones consulares
Cooperación mutua en objetivos sociales y ambientales comunes
Preeminencia de la paz y los Derechos Humanos
Unión e integración regional
Promoción de la convivencia y el intercambio fructífero entre ambos pueblos
Coordinación de esfuerzos por unas fronteras para la paz, la dignidad y la fraternidad
III
Temas para una agenda binacional de nuevo tipo
Teniendo clara la complejidad de restaurar unas relaciones que nunca han sido fáciles, pero que en los últimos años se vieron torpe y criminalmente destruidas institucionalmente por el gobierno de turno en Colombia, y en conocimiento que cada temática encierra en sí un conjunto de subtemas y aristas diversas, propongo las siguientes áreas gruesas para ir elaborando esa nueva agenda necesaria:
Rescate de la diplomacia de paz y amistad entre los pueblos y gobiernos
Movilidad migratoria y Derechos Humanos
Mecanismos formales para las relaciones económicas binacionales
Normalización fronteriza con nuevos mecanismos institucionales y participativos
Recuperación de los diálogos de paz interrumpidos por el gobierno saliente
Asuntos ambientales y de salud pública de interés común
Cooperación e intercambios educativos-culturales
Pueblos originarios que preexisten en hábitats ubicados en ambos países
Lucha contra los delitos transnacionales (narcotráfico, tráfico y trata de personas, bandas criminales internacionales, tráfico ilegal de armas, contrabando)
IV
Himnos entretejidos
Gloria al bravo pueblo, Gloria Inmarcesible
Que el yugo lanzó, júbilo inmortal
Tembló de pavor el vil egoísmo
Cesó la horrible noche, el bien germina ya.