En este mes de julio se recuerda la llegada de Ernesto Guevara de la Serna (estudiante de Medicina) y su compañero de viaje, Alberto Granado (Bioquímico y Farmacéutico) a Venezuela, y se contemplan tres momentos estelares: el 14 de julio de 1952, a las 7:00 de la mañana cruzan la frontera de Colombia, por Rosario de Cúcuta y llegan a San Antonio del Táchira, Venezuela; el 17 de julio a las 11 pm, que llegan a Caracas y el 21 de ese mes que visitan el Leprosario de Cabo Blanco en Maiquetía. Varios meses habían Transcurrido desde su partida de Buenos Aires en enero de ese año. Fue un recorrido que hicieron, en parte en moto, otros en camión, en balsa, avión, autobús y con ello, la realidad de una tierra sudamericana totalmente desconocida para estos jóvenes, que deja en ellos una gran enseñanza: el conocimiento de la pobreza, la explotación, las injusticias. Con ello se va produciendo la toma de conciencia, el despertar, el cambio en la percepción de la situación suramericana. Ya en tierras venezolanas, remontar los Andes venezolanos desde el río Táchira hasta San Cristóbal significó, para estos argentinos, rememorar paisajes de su entrañable sierra de Córdoba en la lejana Argentina, más asombro causan las rojizas aguas del río Torbes, cuyo colorido serpenteante entre el verde de la vegetación en su ribera impactan a estos visitantes. En la capital del Táchira, Ernesto en una biblioteca pública hace algunas lecturas sobre Venezuela. Luego, el 16 de julio los argentinos parten de esa ciudad, a las 11 de la noche, hacia Caracas, recorriendo toda la carretera Trasandina y luego la Panamericana. Ernesto venía un poco incómodo por su padecimiento de asma.
Llegan a Caracas a las 11 de la noche del siguiente día, Ernesto Guevara llega con un terrible ataque de asma que recibe la atención de Granado en la habitación de una pensión en Caño Amarillo. Por la gestión de una ciudadana argentina, Margarita Calvento, tía de un amigo de Ernesto, son recibidos en la residencia de la Juventud Católica de Venezuela (en donde en años anteriores, el Doctor y Beato José Gregorio Hernández tuvo un consultorio médico), ubicada entre las esquinas de Las Mercedes y Mijares en el centro de Caracas. Allí, entran en contacto con un estudiante de tendencia socialcristiana, quien entabla con ellos, una cordial y sincera amistad, se trataba de Gonzalo García Bustillos. En sus Notas de viaje, Ernesto Guevara relata una semblanza sobre la Caracas que conoció: "Caracas se extiende a lo largo de un angosto valle que la ciñe y la oprime en sentido transversal, de modo que, a poco andar se inicia la trepada de los cerros que la circundan…" En una oportunidad visitan la Universidad Central, Allí visitaron al doctor Jacinto Convit, quien quedó admirado por el relato de la travesía a nado de Ernesto Guevara por el río Amazonas en las selvas peruanas. Alberto Granado tenía interés de ingresar a trabajar en el Leprosario de Cabo Blanco en Maiquetía. El doctor Jacinto Convit le ofrece a Granado el anhelado empleo con un sueldo de 500 bolívares, Ernesto animó a Granado a tomar ese trabajo. Así, el 21 de julio ambos parten a Cabo Blanco. Allí, luego de haber recorrido el hospital para los enfermos del Mal de Hansen y de una agradable entrevista con el doctor Convit y la doctora Norma Blumenfeld, una vez aceptado el cargo de especialista, él junto a Ernesto proceden a bañarse en la playa del Leprosario. Convit exhortó a Guevara a regresar a Argentina y culminar sus estudios de Medicina. Ernesto ya conocía las playas del Caribe, por cuanto que en el año 1950 estuvo en Las Antillas a bordo de un buque petrolero argentino.
Existía el compromiso del regreso de Ernesto Guevara a la Argentina a culminar sus estudios de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. El regreso iba a producirse a bordo de un avión transportador de caballos de carrera de un amigo de un tío de Ernesto que venía de Buenos Aires a Caracas, de aquí a Miami y de allí a Maracaibo, continuando su periplo a la Argentina. Con la mediación del periodista argentino, Leguizamón, corresponsal de la United Press International en Caracas, Ernesto consigue la visa estadounidense que posibilitó su salida a Estados Unidos el 26 de julio. Fue ese día que se produjo la emotiva despedida de su amigo, Alberto. Ernesto se fue con la idea de volver a Venezuela a compartir labores con Alberto Granado en el Leprosario de Cabo Blanco, cuestión que no cristalizó, puesto que en el segundo viaje suramericano de Ernesto hacia Caracas, (quien partió de Buenos Aires en tren rumbo a La Paz, Bolivia el 7 de julio de 1953, con travesía en el Lago Titicaca, y estancias en Perú y Ecuador. Un hecho fortuito ocurre en Guayaquil, en octubre de ese año, se encontró con el abogado argentino Ricardo Rojo, revolucionario que había escapado espectacularmente de una cárcel porteña, quien le explicó que se dirigía a Guatemala, en donde el gobierno de Jacobo Arbenz era víctima de una feroz conspiración interna aupada por amenazas de intervención de los Estados Unidos. Ernesto Guevara se incorpora al grupo de argentinos que se van para Guatemala.
En su viaje a Guatemala conoce a Rómulo Betancourt, de quien Ernesto referirá en sus escritos: "La entrevista con Rómulo Betancourt no tuvo las características de lección de historia que nos diera Mora. Me da la impresión de ser un político con algunas firmes ideas sociales en la cabeza y el resto ondeante y torcible para el lado de mayores ventajas. En principio está fuertemente con Estados Unidos. Falseó el Pacto de Río y se dedicó a hablar peste de los comunistas". Ya en Guatemala, entre los años 1953 y 1954, Ernesto trabaja en un hospital y entra en conversaciones con los sectores políticos en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz, quién era asediado por conspiraciones que contaban con el apoyo de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Finalmente el Presidente es derrocado por las fuerzas del coronel Castillo Armas y Ernesto ante la disyuntiva de su salida inminente de Guatemala y en virtud del contacto que ya ha tenido con revolucionarios cubanos, especialmente con Antonio "Ñico" López, sobreviviente del Moncada, decide trasladarse a México.
La estancia de Ernesto Guevara en México transcurre entre los años 1954 y 1956. Allí contrae nupcias con Hilda Gadea, ciudadana peruana, luchadora social. En ese acto, la poetisa venezolana, Lucila Velásquez, junto a Antonio "Ñico" López, es testigo de su matrimonio. Ernesto tiene oportunidad de visitar sitios históricos de ese país así como participar en el ascenso al Popocatépetl, trabaja como fotógrafo y médico. Nace su primera hija y entra en contacto con los revolucionarios cubanos que se preparan militarmente y organizan la expedición del Granma hacia Cuba, conoce en 1955 a Raúl Castro y pronto a Fidel Castro, con quien conversa extensamente y se convierte Ernesto Guevara en el médico de la expedición que con mucha dificultad desembarca en Cuba el 2 de diciembre de 1956. Al incorporarse en la guerrilla de la Sierra Maestra al mando de Fidel Castro, Guevara comienza a ser conocido como "Che" destacándose en su rol de médico y de combatiente guerrillero, de hombre de ideas, de maestro, de excelente compañero, ello le granjea el aprecio de la tropa y su contribución al triunfo de la revolución cubana fue sumamente importante. En los años siguientes, fue trascendental su trabajo en la implantación de la Reforma Agraria en Cuba, así como su rol al frente del Banco Nacional y del Ministerio de Industrias, no alejándose de responsabilidades en el campo de la organización del pueblo y de los mandos militares. Fue clave en las Misiones internacionales en diversos países, además participó en los procesos revolucionarios de El Congo y Bolivia.
El deseo de Ernesto Che Guevara por volver a Venezuela se mantuvo latente, tanto así que en el primer viaje del Comandante Fidel Castro a Venezuela en 1959, Che formaría parte de la comitiva, pero cae enfermo y no puede ir a Venezuela. Es significativa la importancia y el cariño que mantenía Che por Venezuela, siempre pendiente con el desarrollo de la lucha armada que se escenificaba en el país y todo lo que tenía que ver con la cultura y la historia de Venezuela y su relación con El Caribe. En el año 1964 en su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas, ante unos señalamientos del representante de Venezuela, Che exclama: "Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado; fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba. En esas condiciones nosotros vivimos por la imposición del imperialismo norteamericano. Pero, eso sí: asesinatos no cometemos, como está cometiendo ahora en estos momentos la policía política venezolana, que creo recibe el nombre de Digepol, si no estoy mal informado. Esa policía ha cometido una serie de actos de barbarie, de fusilamientos, es decir, asesinatos y después ha tirado los cadáveres en algunos lugares". En los primeros años del triunfo de la Revolución Cubana, Ernesto Che Guevara estuvo en contacto con varios revolucionarios venezolanos, en La Habana con Fabricio Ojeda; en Argelia con Pedro Duno, Oswaldo Barreto, Pedro Medina Silva, Mendoza y Eduardo Gallegos Mancera. Incluso, en conversaciones con Gallegos Mancera, Guevara ofreció sus servicios a Venezuela que no dio por disposición de los venezolanos. En el año 1959 se reencuentra con su amigo Alberto Granado. Como nota final diremos que la biblioteca de la casa de Che en La Habana, el revolucionario dejó, un bajo relieve de Lenin, un retrato de Camilo Cienfuegos y una estatuilla de Simón Bolívar.
Para la elaboración de este artículo, se consultó "Ernesto Che Guevara de la Serna en el Corazón de Venezuela" de Wolfgang Vicent, publicado en Todasadentro No. 581 del 7 de octubre de 2017
Caracas, 13 de julio de 2022
Wolfgang R. Vicent Vielma, Licenciado en Geografía, Trabajador de Casa de Nuestra América José Martí y Profesor de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Bolivariana. wolfgangvicent@gmail.com
Alberto Granado y Ernesto Guevara atravesando el Amazonas en balsa
Leprosario de Cabo Blanco, Maiquetía
El joven Ernesto Guevara de la Serna