Nìcmer Evans, da lecciones a Luis Almagro còmo saltar la talanquera

Miércoles, 03/08/2022 03:51 PM

El 02 de agosto del 2015, Luis Almagro, adalid de la democracia, los derechos humanos, la soberanía latinoamericana y nada de eso de "perrito faldero", y quizás justamente por esto mismo, lanzó un reclamo en el cual dijo, "Exigimos la liberación inmediata de @NicmerEvans, de tod@s l@s presos políticos, y el cese de la persecución en #Venezuela. La dictadura criminal tiene que respetar los derechos en el país y ser llevada a la justicia para pagar por los crímenes cometidos contra l@s venezolan@s".

No hacía mucho tiempo atrás, Evans, quien entre otras cosas solía escribir con frecuencia en Aporrea y hasta tenía muy buenas relaciones con la gente de "Marea Socialista", dado que su discurso estaba lleno de alusiones al marxismo, la lucha de clases, el socialismo, antiimperialismo, solidaridades con el discurso de Chávez y contra la derecha, sino "rodilla en tierra", si "con los faroles por delante", había roto no sólo con el gobierno sino que, tal como Ismael García, dado un salto de talanquera tan descomunal que cayó del lado opuesto. Como decimos los cumaneses "se fue de boca".

En ese sentido, el de dar saltos en política, tomó la batuta en Venezuela. Pues quienes han creído que tal honor corresponde a García, están equivocados, hacen una muy mala evaluación.

Este último personaje, es cierto, ocupó altas posiciones, como una o dos veces jefe de campaña electoral de Chávez y hasta del Polo Patriótico, pero su nivel intelectual no es muy alto y sus sueños, como político, no iban más allá de ponerse en unos reales. Por eso su discurso es o era, semejante a eso que el venezolano suele llamar "político pueblerino". Que no es el de aquel que, interpretando al pueblo, le devuelve en el discurso, lo que ha leído en el mensaje colectivo, un plan de lucha y de trabajo para construir el bienestar.

¡No! El de Ismael es ordinario, procaz, ramplón, repetitivo y simplista y eso que llaman demagógico. Lleno de ofertas baratas y expresiones procaces para intentar congraciarse con la multitud a cambio de nada.

Nícmer no es así, como Ismael. Es politólogo, egresado universitario con postgrado en Psicología social y escribe bastante bien. Por lo menos en el pasado leí unos cuantos artículos suyos muy densos y dentro de los parámetros de la dialéctica materialista. Tan bueno era en eso que, en aquellos tiempos, cuando Aporrea no estaba cercada, no daba saltos para salir de aquel espacio y sus lectores eran numerosos. Era uno de los más leídos, por eso, su marxismo, tal como manda la dialéctica.

Pero de repente, por haberse sentido defraudado, digo yo, por el gobierno de Maduro, como tantos, incluyendo a los amigos que manejan Aporrea y los de Marea Socialista y uno mismo, Nícmer decidió romper las amarras, supongo que, en principio, no con Chávez o mejor su discurso y menos con la izquierda, dentro de la cual lucía como una de las figuras jóvenes más promisorias, sino con quienes habían heredado el manejo, que no quiere decir control, del Estado, por la muerte de Chávez.

Quizás por lo joven, pese su densa formación y alto nivel académico, Nícmer quiso exagerar un poco, como esos artistas de la escena que sobreponen su figura al personaje que interpretan o esos cantantes que, a falta de voz, se contorsionan exageradamente o sin percatarse, a lo Ismael García, al intentar o planificar su salto, puso como demasiada fuerza inercial y fue a caer en el extremo opuesto. Hizo exactamente, en lo formal, como Ismael, sólo que éste no tenía atadura intelectual, cultural alguna con la izquierda, es como un volador sin cola; en cambio Nicmer tenía y tiene sus planes de vuelo, formación intelectual, académica, su público, por lo menos eso cree uno y hasta fans muy exigentes y rigurosos a la hora de evaluar.

Fue tan drástico y elástico el salto de Evans que fue a caer en medio de quienes venían, desde años atrás, haciendo de todo para tumbar a Chávez y luego a Maduro y estando en el medio hizo bastante para aparecer adelante. Y uno, quizás como muy cursi, anacrónico y hasta ortodoxo, se quedó con la boca abierta ante tanta audacia y elasticidad. Quizás, con respecto a esto de lo elástico, él pueda alegar que justamente eso explica su conducta, pues tiene suficiente capacidad de adaptación, se estira y encoge según las circunstancias, es lo dialéctico. Por supuesto, no quiere decir esto que Evans sea exactamente lo que es Ismael García, quien se fue de los lados de Chávez bien pertrechado. Sino todo lo contrario, un soñador, de esos que vuelan y cambian sólo por el placer de hacerlo.

Luis Almagro, de repente, ha dado un salto que Evans se la antoja uno de talanquera al estilo Ismael, pues ha dicho Almagro recientemente, en un artículo titulado "El infierno del sendero que jamás se bifurca", en el que de por sí da por un hecho su derrota, refiriéndose a su fracaso en el manejo del asunto venezolano, expresó "Como todavía parece ser irrealista ese objetivo de algunos, entonces una negociación en ese contexto obviamente no puede ser cómo se saca a Maduro, sino cómo sigue".

Se puede leer el trabajo de Almagro apelando a este enlace:

https://morfema.press/opinion/el-infierno-del-sendero-que-jamas-se-bifurca-por-luis-almagro/?utm_source=ReviveOldPost&utm_medium=social&utm_campaign=ReviveOldPost

El camino no se le bifurca, no se le abren espacios y por donde se meta y ha metido, a Maduro halla de frente. Por eso para él, Luis Almagro, el asunto no es "cómo se saca a Maduro, sino cómo se sigue". Es decir, qué hacer de ahora en adelante.

Por lo anterior, Almagro ha llegado a varias conclusiones asertivas, eso cree él, pues uno sabe bastante bien de donde le hacen señas y los suficientes motivos. Y una de ellas es que "en cada proceso de diálogo, ya sean las fuerzas opuestas al régimen como en muchos casos los propios mediadores, tenían como objetivo sacar a Maduro, lo cual como objetivo estratégico probablemente no fuera el más viable, ni realizable, ni realista".

Es decir, el objetivo planteado, el de las guarimbas y otras atrocidades más, destinadas a sacar a Maduro, fueron un verdadero disparate, además de un crimen masivo y terrorismo puro. Hay que seguir dialogando, piensa ahora. Pero todavía eso no le parece suficiente, por lo que su salto es por demás largo y prolongado. Esto lo concluye uno al leer de Almagro "Esto implica cohabitación. La cohabitación es un ejercicio para el cual no he visto prácticamente a nadie preparado en Venezuela. Pero eso lo hace aún más necesario, en el sentido de que implica un ejercicio de diálogo político real, de institucionalidad compartida, de poderes del Estado compartidos".

Pero él, le agrega algo que dejaron a su cuenta para que parezca original y libre, para eso habla de "institucionalidad, de poderes del Estado compartidos". Con lo que pareciera romper con sus antiguos aliados que aspiran "llevarse por delante lo que sea menester y lo que no también".

Es este de Luis pues, un salto fingidamente olímpico y para medalla falsa, pues intenta dejar una huella personal, como si eso no estuviese ya planificado y en marcha.

La cohabitación, propone Almagro, pero es él como un caballo que corre tras la carreta. Pues la cohabitación está en marcha. ¿Acaso cuáles son los fines del conjunto de medidas y leyes que el Estado venezolano de ahora ha venido implementando? No es la cohabitación, eso que Almagro habla cuando ya todo está en marcha y como quien coge la seña retardado. Y como el mismo Almagro dice, el petróleo venezolano está haciendo mucha falta, "La destrucción del aparato productivo llega al extremo de que aun cuando el mundo más necesita del petróleo venezolano por la guerra de agresión a Ucrania, no tienen las capacidades de producirlo. ¡Cuán necesario es ese petróleo en la región, especialmente para los países del Caricom!"

Claro, Almagro finge y miente y si no lo hiciese uno podría pensar que no es él. No es por Caricom que le mortifica lo del petróleo sino por quienes le mandan las señas.

Por esto de Almagro, como su salto de talanquera. Nícmer Evans, salido de las sombras y vuelto al recuerdo de uno que lo creía fuera de estos predios, ha señalado, "no se puede ir de un extremo a otro y un día decir, "Maduro vete ya" y otro invitar a "cohabitar". Seguir este enlace, https://notiespartano.com/nicmer-evans-a-almagro-no-son-tiempos-de-posturas-bipolares-hay-que-rearticular-fuerzas/

Es decir, Nícmer no ve con buenos ojos que Almagro dé saltos de talanquera. Quizás piensa que en eso es malo o no se le ve nada bien. Algo así como "cachicamo llamando a morrocoy conchúo".

Continúa Evans diciendo, "Yo creo que la realidad, o la dosis de realismo que necesita el país, es el hecho de entender que la lucha, en este momento, se libra en un plano distinto al de hace algunos años que se pensaba que era la fuerza."

No logro entender exactamente lo que quiere Evans. Pese dice algo que es cierto. En buena medida, las fuerzas opositoras se percataron que el uso de la fuerza y el hasta el terrorismo, no eran los caminos, bajo ninguna circunstancia y eso él expresa en su texto. Lo que no sé a ciencia cierta si él comparte ese proceder; es decir, si se autocritica. Pues llama la atención que dice "se pensaba que era la fuerza", con lo cual parece dar otro salto y dejar asentada la idea que nunca estuvo en eso. "Se pensaba", algo impersonal, difuso y sobre todo en lo que él nunca estuvo de acuerdo.

Para Evans ese salto de talanquera de Almagro es de muy baja calidad, pues él, busca otra cosa, como "generar una reacumulación de fuerzas en función de poder lograr el cambio de sistema".

Hay en esa expresión como un modelo nuevo de salto, habla de "cambio del sistema". Uno piensa que Evans habla del sistema capitalista, lo que nos lleva a verlo en un nuevo salto, uno de regreso, pero viéndole arriba guindado de la garrocha, de golpe leemos que dice "Cohabitar tampoco es el mejor de los consejos. El hecho que yo esté en Venezuela y esté participando o pretendiendo participar en las primarias de oposición y queriendo participar como candidato presidencial".

Es decir, Evans pretende cambiar el modelo capitalista, del cual Maduro nunca ha salido, sino más bien como que si más se adentra, con el soporte e impulso de las fuerzas de la oposición, esa donde él, todos estos últimos años, ha estado. Y quiere, como sus nuevos amigos Leopoldo y Borges, llevarse a todo el mundo por delante.

Almagro vuela, está en el aire, viene de un lado afincado en su garrocha, a su lado o en paralelo, Evans intenta otro salto con la intención de adiestrar al primero; uno viéndoles allá arriba, antes de comenzar el paso sobre la barra horizontal, sin saber si logran pasar sin derribarla, piensa y se pregunta "¿habrá tanta gente inocente en este mundo y sobre todo en Venezuela?"

Pero Evans olvidó o no sabe que, Almagro tiene experiencia en eso de saltar talanqueras; si no, que le pregunte a Pepe Mujica.

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