"Entre los ladrones, los necios son los peores:
nos roban a la vez tiempo y buen humor"
Wolfgang Von Goethe
Hablaba con un amigo, sobre los humoristas que han pasado a la eternidad, y la mayoría de ellos se han marchado limpios, pero aparentemente con la conciencia tranquila. En la conversación me vino a la memoria una inquietud que no puedo ocultar, porque nos dice mucho donde estamos parados, cuando veo alguna promoción para presentar al llamado "El conde del Guácharo" ya que, me parece increíble hacerse millonario, con la única virtud puesta en escena: un concierto de groserías del cual no se escapa nadie, pero sobre todo haciendo énfasis en ataques al gobierno, sabiendo que hay un público totalmente cautivo para esa clase de espectáculos, así, como existe un número importante de jóvenes atrapados por el reguetón, por suerte en vía de extinción, como todo lo puesto de moda en busca de dinero o divisas el quebradero de cabezas de los últimos días.
Ahora, para no dejar de reír han lanzado una encuesta ¿Quién es el verdadero presidente de Venezuela, Guaidó o Maduro? Parece la continuación de la jodedera del personaje, después de haberlo sacado de la manga de la camisa el imperialismo y la extrema derecha en Venezuela, buscando la rendija para desbaratar el proceso bolivariano, y mire que a la par de la corrupción han conseguido algo de su propósito Desde el mismo momento, que este engendro político apareció en una avenida caraqueña autoproclamándose delante de un grupo de fracasados guarimberos, el cual se agruparon con la mirada, como los jugadores en un casino tirando la última parada esperanzados en el ansioso desquite; al contrario salen culpándose y enseñándose los dientes, como en una pelea de perros.
Nadie duda de quién es el verdadero presidente de Venezuela, a excepción de algunos trasnochados empezando por Antonio Ledezma, quien ahora aspira el reemplazo del interino –vía on line– apoyándose en el poder mediático desarrollado por el aparato comunicacional de los Estados Unidos, hecho precisamente para resaltar o callar, hasta las sonrisas de los bebes, si, estas no le favorecen. Guaidó, produce risas en cada intervención, pero sin una pizca de pendejo ha desfalcado empresas del estado venezolano abultando su cuenta bancaria y no es raro que sea en los mismos bancos, donde han robado a Venezuela, y por eso se opone rotundamente a la entrega del oro retenido en Inglaterra de manera descarada, siguiendo los lineamientos del gobierno que meticulosamente lo abortó.
A pesar de estas piedras en el camino las fuerzas progresistas siguen empujando, con ímpetu, optimismo y esperanza por un mundo mejor. Lo de Colombia, y su nuevo presidente, se ha convertido en un balde de agua fría para los retrogradas, dejando sin aliento a los que buscan hacer humorismo prepago y rebuscado. En cada paso Gustavo Petro, se afinca más, después de recibir un hervidero de víboras. Duque dejó el palacio de Nariño, tan amargado y espantado que, lo menos que esperábamos y pensábamos, es donde fue a parar: ocupar un cargo en la FIFA, algo paradójico después de la eliminación de Colombia al mundial de Qatar 2022. ¿Premio de consolación o simplemente un medio de protección?
El otro personaje, que produce risas por la forma, como ha venido actuando, hasta pisotear el idioma al referirse al presidente Nicolás Maduro, es Rafael Ramírez, quien sigue defendiéndose aprovechando los medios a su alcance viviendo en el exterior y no precisamente, como un emigrante de los que arriesgan la vida en la guillotina del Darién. Ahora lo están acusando con pruebas en las manos el ministro Tareck El Aissami, y veremos el nombre y apellido de este en minúscula, pero se le va hacer difícil crear una nueva corriente utilizando la identificación del acusador, ya que, pronunciarlo no es fácil, imaginemos a Ramírez, con su vocecita casi apagada tratando de inventar algo parecido al tal madurismo, el vocablo para atacar al digno presidente venezolano Nicolás Maduro.