El extremismo, un enemigo de adentro, un cadáver andante. Luto por Guaidó

Miércoles, 16/11/2022 03:04 PM

El extremismo es enemigo de muchos. Suele ser minoritario en circunstancias normales, pero en veces tiene el comportamiento de una pandemia y, si a él se le asocia el oportunismo, pueden hacer tanto daño como una guerra nuclear, más que dividir, destruyen. La Venezuela de hoy está polarizada, los extremos que se tocan y hasta coinciden en muchas cosas sustanciales y pocas cosas les separan, sin que ellos se percaten, llevan la batuta o la flauta del de Hamelin, en un debate donde el fondo es el quítate tú para ponerme yo. Pero quien o quienes mueven los tinglados están muy claros y seguros que ya tienen el control. Los tienen peleando todavía porque es una buena forma de mantener el dominio y hasta trancada la cochina.

A veces, nuestro peor enemigo, no está afuera, en el frente contrario. No es aquel que diseña su táctica, entrena a sus hombres y hace el debido mantenimiento de sus armas, revisa los detalles y hasta procura hallar el terreno adecuado a su conveniencia para entablar la batalla contra nosotros.

Para un boxeador, su peor escollo pudiera no ser su contrincante, sino a este subestimar, una mala preparación, él mismo y su mala esquina;.

En la batalla de Coplé, de 1860, entre las fuerzas del federalismo comandadas por Juan Crisóstomo Falcón, quien asumió el mando después del asesinato de Ezequiel Zamora, pese tener mayoría de fuerzas, sobre todo una de caballería numerosa y experta comandada por un diestro guerrero desde los tiempos de la guerra de independencia, como lo fue el general oriental Juan Antonio Sotillo, fueron feamente derrotadas por las conservadoras bajo el comando del general León Febres Cordero. Se esperaba que las primeras salieran triunfantes, por su número, su enorme fuerza de caballería, sobre todo la comandada por la probada experiencia del jefe ya mencionado, el oriental de Santa Ana, el último de "Los Macabeos", pero Febres Cordero, sabiéndose en desventaja, usó la mismo treta del Mariscal Sucre en Ayacucho, quien también disponiendo de menor número de fuerzas que el contrario, maniobró y movilizó las suyas, obligando a aquél a seguirle y empujándole también, hasta hallar justo el sitio, el propicio, donde sus fuerzas, por asuntos del terreno y el paisaje, podrían compensar la desventaja frenteal enemigo; tanto que el Mariscal de América, según se dice, en menos de dos horas, resolvió aquella contingencia de manera brillante a su favor.

El General Sotillo, un combatiente siempre acompañado por enormes fuerzas, dado su prestigio de viejo luchador desde los tiempos de la independencia, tanto que estuvo en combate desde 1813, siendo apenas un jovencito y formó parte del cuerpo "rompe líneas", del ejército patriota, uno de cuyos integrantes, generalmente se dice que fue Pedro Zaraza, dio muerte al general Boves en Urica, cerca de Barcelona, pese haberse perdido el combate, significando en buena medida aquello un cambio sustancial en la guerra, llegó a aquel espacio ajeno y desconocido para él, con su cuerpo de caballería, en lo que era un verdadera experto, compuesto por más de mil combatientes, donde se hallaba el federalista Juan Crisóstomo Falcón, dada su solidaridad y militancia en la causa Federal, por su identificación con el general Zamora, para ayudarle en aquel combate contra el ejército de Febres Cordero, lo que pudo haber significado la derrota definitiva y temprana de los conservadores.

Con más exactitud, Sotillo llega al centro, a los predios donde se hallaba Falcón, buscando a Zamora para incorporarse a sus fuerzas; pero es al momento de llegar a su destino cuando se entera, éste había muerto. Por lo que no le quedó otra opción que unirse al nuevo jefe federalista

Pero puede suceder que, uno es su peor enemigo, por torpe o engreído y dado a no escuchar a nadie, si a sobreestimarse y por eso mismo, asesorarse en quienes no debe; por incompetentes o hasta atrapados en las ideas contrarias.

Como dije antes, Febres Cordero sabiéndose en desventaja, sobre todo por la fuerza de caballería del contrario, empezó a mover su ejército por la llanura abierta, eludiendo el combate, hasta llevar a aquél a los terrenos de Coplé, donde había una amplia laguna, aunque de poca profundidad, pero sí un terreno predominantemente cenagoso, que separaba a ambas fuerzas. En aquellas circunstancias del terreno, corroborado esto por expertos y testigos presenciales, la caballería de Sotillo se volvió una fuerza inútil, siendo esta la mayor ventaja de Falcón. Este, por su torpeza, aceptó en aquel espacio el reto del enemigo y sus fuerzas fueron aniquiladas, por el empuje de la infantería contraria y el incesante cañoneo, sin que las fuerzas de caballería de Sotillo pudiesen combatir. Más tarde, Falcón intentará explicar aquella humillante derrota, su torpeza, en Sotillo, quien se vio obligado a retirarse para protegerse de los embates de los cañones enemigos y la imposibilidad que sus fuerzas, la caballería, pudieran movilizarse y combatir en aquel terreno anegado y cenagoso. Fue aquella una humillante derrota resultado de la torpeza de Falcón. Fue éste, en ese momento y como siempre, aun habiendo terminado ganancioso en aquella guerra toda, el peor enemigo y estorbo del federalismo y de las consignas de Zamora

Siempre he dicho y lo seguiré diciendo que, las fuerzas progresistas de la década del sesenta del siglo pasado, que no se limitaban al MIR y el PCV, sino a un universo mucho más extenso, fue dividido y derrotado por la habilidad del contrario, encarnado éste en Betancourt y por el extremismo y sectarismo de aquellos, obnubilados por el efecto ecuménico de la "Revolución Cubana" y el sueño del viejo triunfo de los bolcheviques. Un poderoso movimiento popular liderado por los partidos nombrados, que tenía mucho en común con URD y otras fuerzas, hasta remanentes del perezjimenismo, una poderosa presencia y respaldo sindical inconforme y en pie de lucha contra las medidas antipopulares del gobierno, como aquella llamada "Ley del hambre" y un universo de combatientes entusiasmados y entusiastas, como el movimiento estudiantil, tanto universitario como de la secundaria, fue derrotado por Betancourt y sus escasa fuerzas, dicho así porque hasta el ejército se mostró hondamente dividido.

El extremismo del PCV y el MIR, el querer llegar más allá de donde dictaba la realidad, la dialéctica, esperaban y querían los potenciales aliados, fortaleció al enemigo. El extremismo impidió la unificación de aquellas fuerzas y terminó dividiendo a quienes en principio aparecieron unidos y les sobraban razones para diseñar una política común. Ellos, los extremistas, cavaron su propia tumba. Fueron sus impertinencias sus peores enemigos.

La oposición venezolana, la que se configuró desde el mismo momento que Chávez ganó las elecciones, no ha hecho otra cosa que pecar de extremista y, como este suele hacer, pintar la realidad a su gusto. Con el aval del gobierno de Estados Unidos, comenzaron por aquello irreal y absurdo de intentar vender la idea que el gobierno de Chávez, uno surgido de un proceso electoral manejado por un organismo, el CNE que ellos mismos controlaban, era una dictadura; la excusa, según ellos, perfecta para justificar un golpe de Estado. Dado no estaban dispuestos a esperar el tiempo necesario para unas nuevas elecciones y sobre todo viendo como la popularidad y liderazgo del comandante crecía con la fuerza y "entusiasmo" de los ríos en los tiempos de lluvias. Es decir, según las circunstancias, esperar ganar unas elecciones era un imposible. Pero algo más, aunque ganasen, lo que sólo les fue posible muerto el comandante, no les era suficiente. Necesitaban ganar con tanta amplitud, de manera que pudiesen controlar el congreso para que EEUU hiciese tabla rasa.

Los intereses de la mayoría, discurso y sueños del comandante engarzaron tanto que, desde el inicio y por las disposiciones constitucionales para la reelección del presidente, hicieron que sus opositores perdiesen la sensatez y de inmediato empezasen a elaborar y poner en práctica sus planes de golpes, invasiones, violencia y toda clase de ilegalidades sin límite ni decencia. La vieja clase dominante desde tiempos inmemoriales, la de fuera y la de adentro, se sintió como fiera acorralada y creyó hallar en el extremismo y extremistas su tabla de salvación.

El mismo extremismo alocado, ignorante de la realidad y hasta pesimista, de los izquierdistas de la década del sesenta del siglo pasado, invadió a la oposición toda, desde la más recatada hasta la más extremista desde siempre, sin respeto alguno por elementales principios de decencia, humanismo y convivencia. El extremismo, se convirtió en los opositores, su principal enemigo, causa de sus derrotas y del estado de división y hasta orfandad en la que ahora viven,

Así vimos aquellas huelgas de trabajadores sin ninguno de estos, sólo de empresarios, cerrando ellos mismos los portones y santamarías de sus empresas y huelgas petroleras de gerentes, lo que mal llamaron "meritocracia". Huelga de los capitalistas y sus empleados de confianza contra todo el movimiento popular. Y aquella ridiculez de Carmona, auto juramentándose ante una hoja de papel en blanco y una "exquisita" concurrencia dentro de un local cerrado para asumir un gobierno de 48 horas. Y además, un golpe militar sin tropas, de generales solitarios,

Y luego vinieron las guarimbas, las crueldades por todos conocidas, atentados personales, contra escuelas de párvulos y el quemar seres humanos vivos y degollar motorizados. Y, al final, un intento de invasión con mercenarios pagados con dineros de los venezolano, sustraídos de Citgo y monómeros. Nada como aquello de la "campaña admirable de Bolívar", viniendo de lo que ahora es el territorio colombiano y los orientales, comandados por Santiago Mariño, desde Trinidad y Chacachacare en 1813.

Se dice "el mundo da muchas vueltas". Hoy un conflicto mundial, localizado militarmente en los alrededores de Europa, entre Rusia y Ucrania, mueve los cimientos del capitalismo. De repente, Estados Unidos siente urgencia de reacomodar sus relaciones con Venezuela y el gobierno de este país en eso, con aquel, coincide, por las necesidades que a los dos apremian, pese tengan orígenes distintos y hasta opuestos.

Esta circunstancia, emergencia nada emergida de la casualidad, sino de los frecuentes avatares del mundo, pone las cosas en su sitio. Cada espacio está medido, ni un centímetro menos ni uno más. En este estado de cosas, los extremistas, quienes sufren de espasmos y se mueven sin control por la fiebre de sus ambiciones y malos cálculos, quedan en el aire y por la gravedad, inexorablemente, terminan estrellados en la tierra y hasta hundidos en un foso. Como quedó Falcón en la laguna de Coplé.

El cuadro latinoamericano de ahora mismo, con los gobiernos de Boric, Castillo, un tanto indecisos y hasta temerosos, pudiera cambiar y hay síntomas que eso dicen, como que los triunfos de Petro y Lula respectivamente en eso van a influir, por distintas razones. Pero hay extremistas que eso no miran, porque los cambios deben ser explosivos y demandan la desaparición del enemigo como un objeto cualquiera en el sombrero de un mago.

Por esto mismo, mientras Maduro es recibido y hasta abrazado por Macron, un abrazo y saludo por encargo, pero determinado por la realidad, Guaidó y los suyos rumian su desgracia y llaman al gobierno de Estados Unidos de "cínicos". ¿Qué envuelve ese calificativo? Uno lo sabe bien, la historia lo ha enseñado y enseña. Quizás Guaidó, por su precaria escuela, haya descubierto el agua tibia o percibido que su torpeza y ambición, han sido sus peores enemigos.

¿Pero qué decir, no sólo de Guaidó, sino de todo el universo que a él le promovió, le sacó de la nada, que se autodestruyó, sin que su contrario para eso nada hiciese? Pues a Guaidó el gobierno no le ha puesto la mano encima, pese el clamor de mucha gente, partidaria del gobierno y hasta críticos del mismo.

Ahora las fuerzas, se reacomodan; ellos, los extremistas, se dispersan y humillados en aquel esterero que fue el campo de batalla por ellos escogidos. Fuerzas que antes estuvieron con esos extremistas de derecha ahora están más cerca de quienes antes fueron adversarios. Y quienes a los extremistas de guarimbas y "la salida es ya", les financiaron y les dieron todo su aval para que actuasen, ahora comienzan a verles como gallina que ve sal. Pues esos reales se perdieron en un muy mal negocio. Si te he visto, no me acuerdo, tengo nuevos aliados o unas más convenientes y racionales relaciones.

Guaidó y los suyos, viéndose aislados y hasta acorralados, descubren a última hora, por la extendida torpeza que, en todo eso hubo mucho cinismo. Pero lo hubo de lado y lado. Sólo que hay unos más vivos que otros. De parte de sus promotores, pero también en ellos, los extremistas locales, al cinismo se les unió una desmedida ambición, tanto que pareció una llama viva y extendida que hizo daños de todo tipo y hasta a ellos mismos alcanzó.

¡Paz a sus restos!

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