El optimismo es la actitud o tendencia a ver y a juzgar cualquier situación, acontecimiento o persona siempre en su aspecto más favorable. Es por eso que, cuando se inicia un nuevo año no dejo de pensar en los mensajes optimistas de los sacerdotes, los comerciantes, los publicistas, los políticos y hasta de los familiares. Esto me obliga a recordar las alocuciones de estos mismos personajes al finalizar el año 2021. Eran tan parecidas a las que estoy escuchado en la actualidad que solo me resta conjeturar, a pesar del optimismo, que ninguno de ellos tomara acciones para que tales mensajes se convirtieran en realidad. Y esto tiene un motivo, todas estas arengas estaban alimentadas con promesas que no se cumplieron, es decir de mentiras que en nuestro caso es el mejor alimento del optimista.
Es mi deber enaltecer el mensaje de año nuevo del papa Francisco sobre la paz en el marco del día de la paz mundial (1- 01) cuando refiere "vamos a casa pensando: ¡paz, paz, paz! Necesitamos la paz ¡Queremos la paz!". Así mismo hace un llamado para proteger a las mujeres cuando refiere: "mientras las madres dan la vida y las mujeres guardan el mundo, todos debemos trabajar para promover a las madres y proteger a las mujeres". Como se ve, estas dos frases esconden dos grandes mentiras. Los responsables de que no haya paz en el mundo son los países que fabrican y venden armas, son estos los que promueven y hacen la guerra. El banco del Vaticano, el IOR Instituto para Obras de Religión, como buena empresa comercial tiene acciones en empresas que fabrican armas como la Beretta Ltda, además, muchos contrabandistas de armas lavan dinero a través de la IOR. Así mismo, una iglesia misógina no puede pedir protección a las mujeres cuando en los conventos situados en todos los países del mundo trabajan miles de mujeres en calidad de esclavas, sin ningún tipo de remuneración. Como es de conocimiento público las mujeres dentro de la religión católica no pueden aspirar a cargos como obispos ni arzobispo, porque por su condición de mujer no pueden oficiar la Santa Misa. Se puede colegir de lo anterior, la curia, que es la que en realidad manda en el Vaticano, nunca va a permitir que una mujer tenga trascendencia dentro de la monarquía vaticana.
Los comerciantes son otros de los que aparecen en los medios de comunicación y en las redes sociales recalcando en sus intervenciones la aspiración que tienen para que el pueblo alcance la prosperidad que merecen en el año que comienza. Si la lengua se inflamara cada vez que un comerciante proclama una mentira la sin hueso no le cabría en la boca. Si todo el mundo sabe de los padecimientos del pueblo son consecuencia del aumento indiscriminado, para estas fechas, de los precios de los productos. Mercancía que para los tiempos navideños y de año nuevo las envuelven con decorados propios de la temporada para engañar a los consumidores y de esta manera engatusarlos para "ajustarle" el incremento del precio, lo cual redunda en la inflación que tanto golpea a los consumidores. Mentiras para los compradores compulsivos y optimistas.
No cabe duda, los publicistas y los comerciantes bailan muy pegaditos la danza de la especulación durante la época navideña y deñ año nuevo. Los primeros son los que inventan propagandas motivacionales para incentivar a los consumidores a comprar los productos que producen las fábricas de alimentos, bebidas, calzados, ropa, joyas, perfumes, cosmético, juguetes, juegos pirotécnicos entre tanta mercancía que se puede adquirir para celebrar las fiestas navideñas y de año nuevo, convertidas estas celebraciones en una verdadera orgía de consumo. No importa si la comida o la bebida sean nocivas para salud, si la mercancía sea necesaria o no, si lo comprado sea de calidad o no, la única motivación es comprar, comer y beber como si el mundo se fuera acabar. Para cautivar consumidores los publicistas utilizan videos con imágenes religiosas, villancicos, san Nicolás, jingles, pinos adornados en lugares donde, por el clima, no se conocen, videos motivacionales que inducen a la gente a consumir sobre la base de las mentiras que ofrece el comerciante a través de la publicidad. La misma que le augura a la clientela una feliz navidad y un venturoso año nuevo después de haberla desplumado con mentiras.
Imposible negar que los mejores lenguaraces en materia de discursos optimistas, basados en mentiras, son los políticos. Cada año que se inicia repiten lo mismo que arengaron al inicio de los años que terminaron en otros tiempos, ofreciendo lo que nunca cumplieron en los doce meses que ejercieron su gobernanza. Pienso que los políticos, en su mayoría, padecen de una especie de amnesia parcial y momentánea (que dura 360 días) dado que parece no recordar el mensaje que arengó al comienzo de cada año nuevo. Las palabras paz, prosperidad, desarrollo, lucha contra la corrupción, optimización de recursos, correctivos necesarios, el año de grandes proyectos, un año difícil debido a la pandemia, la pronta recuperación económica, grandes inversiones, momento de reunión de la familia, tiempo de balances y reflexiones, vamos por buen camino, más producción, más exportación y más trabajo, entre tantas frases vacías que se repiten cada vez que se inicia un nuevo año. Este optimismo no pasa de ser expresiones sin contenido que al no dar cumplimento se convierten en mentiras reiteradas.
Pero el rey de tal descarado optimismo es el presidente de los EEUU Joe Biden quien envió mensaje de paz, optimismo y esperanza en estas fiestas navideñas y de año nuevo 2023. Mayor caradurismo no puede esconderse en un rostro de pendejo senil, cuando todo sabemos que el mayor productor y exportador de armas es EEUU y que por lo tanto, para que tales negocios prosperen se deben negociar tales artilugios mortales entre los países que están en guerra. Es conocido por todos, que la mayoría de las conflagraciones son propiciadas por el Pentágono y el Departamento de Estado. Cómo puede hablar el presidente de EEUU de optimismo si su gobierno le está prestando dinero de los contribuyentes al gobierno de Ucrania, a pesar de las grandes calamidades que sufren las grandes minorías, los excluidos de siempre (afroamericanos, nativos y latinos) y el deterioro de la clase media producto de la inflación. Esta, es consecuencia de las sanciones aplicadas a China, Rusia, Venezuela, Irán, entre otros, antiguos socios comerciales quienes ya no le pueden vender ni comprar mercancía en la cuna de Lincoln. Finalmente, un país que se la pasa en guerra su pueblo no tendrá esperanza, una nación que sacrifica a los jóvenes enviándolos a una muerte segura a otros lugares (Siria, Libia, Irak, Afganistán, Níger, Kenia, Túnez…) es una nación si esperanza. Y si tomamos en cuenta las amenazas bélicas del gobierno de Biden contra Rusia y China, no creo en un futuro prometedor para los jóvenes de USA. Como se ve a grandes rasgos, la locución del presidente de EEUU es un optimismo plagado de mentiras.
No tengo idea por cuánto tiempo los discursos optimistas empedrados de mentiras se podrán mantener. Se repiten y se han repetido por muchos años y los pueblos no parecen despertar, parece que esta orgía consumista de comida, bebida y compras mantiene a las personas hipnotizadas y luego endeudadas. De seguro que el año que se inicia en enero y se terminará en diciembre del 2023 transcurrirá con los mismos problemas de inflación, nuevas pandemias, guerras, invasiones, fenómenos naturales devastadores, ricos haciendo más dinero, miserables empobreciéndose más, problemas con el calentamiento global, contaminación ambiental, desertificación, caídas de la bolsa, crueldad animal, femicidios y agresión a mujeres, racismo, volcanes en erupción, refugiados de las guerras africanas pidiendo asilo en Europa, muertes en alta mar de emigrantes quienes huyen de las guerras hacia Europa en lanchas, aplicación de sanciones económicas, judicialización de la política, estafas de Wall Street, el dólar sin respaldo, comerciantes aumentando los precios, narcotráfico, lavado de dólares, contrabando de armas, tráfico de seres humanos, curas pederastas sin condenas, viajes espaciales para establecer nuevas colonias, clase media empobrecida, con la certeza que al final del año y cuando comience el 2024 se escuchará el mismo discurso. Quizás me tilden de pesimista por eso voy a recoger las palabras del escritor y filósofo francés Voltaire: "El optimismo es la locura de insistir en que todo está bien cuando somos desgraciados". Lee que algo queda.