Arrójese por una puerta de la historia los idearios de la igualdad y la justicia social y ellos entraran por otra puerta.
Las luchas de quienes enarbolan tal ideario han marcado el ritmo de los tiempos, han hecho avanzar la historia hasta niveles superiores de dignidad humana. Así han florecido las más grandes epopeyas de la historia.
Valga este preámbulo para recordar a Rosa Luxemburgo, quien consagrara su vida a las luchas por la emancipación de los explotados y oprimidos.
Ella y sus colegas socialistas y comunistas encontraron en los anales de la historia razones para fundamentar sus predicamentos. Promovió la creación de la Liga Espartaquista, emulando así al gladiador tracio, Espartaco, quien luchara por la liberación de los esclavos en tiempos del Imperio Romano, desencadenando una rebelión antiesclavista en el Sur de Italia, en el año 73 a.C.
El día 15 de enero de este año se cumplieron 104 años del pase a la eternidad de la gran teórica marxista polaco-alemana Rosa Luxemburgo, quien fuera asesinada a mansalva el 15 de enero de 1919, por los practicantes del "terror blanco"; padres putativos del fascismo que ha sido restaurado en estos tiempos del agonizante imperialismo.
Esta más que demostrado que los explotadores y dominadores recurren a la violencia y al terror cuando ven amenazados sus perversos intereses.
Su pase a la eternidad nos congrega hoy en esta Plaza Rouppe, de Bruselas, para rendirle tributo a su memoria.
Rosa Luxemburgo fue una militante revolucionaria, desde la adolescencia. Teniendo 15 años participó, como integrante del partido político de Izquierda Proletariado, en la organización de una huelga general en Polonia, tras la cual el partido fue diezmado por la represión y cuatro de sus líderes condenados a muerte.
Huyó a Suiza en 1889 para evitar su detención. Estudió en la Universidad de Zúrich filosofía, historia, política, economía y matemáticas.
Rosa Luxemburgo obtuvo en 1896 la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lubecky y se mudó a Berlín. A pesar de vivir en Alemania continuó siendo la principal teórica de la socialdemocracia polaca.
En 1907 participó en el V Congreso del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, en Londres, donde se entrevistó con Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, presentó una Resolución que fuera aprobada, en la cual se exhortaba a todos los partidos revolucionarios europeos a unirse para evitar la guerra.
Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando y su esposa, el 28 de junio de 1914, la guerra ya parecía inevitable. Organizó varias manifestaciones, en Alemania, llamando a la objeción de consciencia en el servicio militar, y a no obedecer las órdenes de los jerarcas civiles militares, por lo que fue sentenciada a un año de prisión.
El 5 de agosto de 1914 creó junto a Karl Liebknecht, Clara Zetkinm y Franz Mehing el Grupo Internacional, el cual se convertiría posteriormente, el 01 de enero de 1916, en la Liga Espartaquista.
Esta organización junto a otros grupos socialistas y comunistas, incluyendo la Internacional Comunista Alemana, crearon el Partido Comunista de Alemania, en enero de 1919.
Abundante fue la producción teórico-política de Rosa Luxemburgo.
Advirtió que cada revolución es única e irrepetible. Que los revolucionarios de cada país deben dar respuestas a los desafíos que enfrentan, a la luz de las realidades concretas a nivel nacional e internacional y diseñar las tácticas y estrategias apropiadas para hacer las transformaciones en cada país. Ninguna revolución puede exportarse so riesgo del fracaso. Así ha ocurrido a lo largo de la historia.
La lucha por la paz mundial y en contra de las guerras imperialistas estuvo en su agenda. Propuso e impulsó huelgas generales del proletariado contra aquellos que alimentaban la Primera Guerra Mundial.
Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente solo podía surgir tras una revolución socialista en Alemania, Austria y Rusia. Sostenía que la lucha debía focalizarse en contra del capitalismo.
Puntualizó que la antinomia entre capital y trabajo solo podía ser superada si el proletariado tomaba el poder y se producía un cambio cualitativo en los medios de producción.
Un elemento central de su pensamiento es la dialéctica de la espontaneidad y la organización. Manifestó que no son dos opciones separadas, sino diferentes momentos del mismo proceso; uno no puede existir sin el otro.
Según Rosa Luxemburgo la clase obrera de cada país solo aprende a luchar en el curso de sus combates.
Sostenía, así mismo, que los partidos revolucionarios que expresaban los intereses del proletariado debían practicar en su seno la democracia y la libertad de opinión. Se oponía al dogmatismo y el sectarismo ya que sofocaban la creatividad de los militantes. Y para fundamentar su pensamiento anti dogmático consignó una lapidaria frase: "La libertad siempre ha sido y es la libertad para aquellos que piensan diferente".
Rosa Luxemburgo consideraba que la democracia no podía florecer en el marco del capitalismo. Que la verdadera democracia surgía en los ámbitos del socialismo.
No negaba la importancia de promover y/o lograr reformas en una sociedad capitalista, siempre y cuando se inscribieran en una perspectiva socialista.
El socialismo no era opción inevitable. Había que construirlo desde las luchas cotidianas emprendidas por los explotados y excluidos, empoderados con un proyecto de transformación revolucionario de la sociedad.
La revolución estaba orientada a la demolición del estado burgués. No para suprimir la democracia sino, más bien, para hacerla posible. La revolución tenia, por tanto, un profundo contenido democrático. El pluralismo y la diversidad eran su fundamento.
El pensamiento de Rosa Luxemburgo es una fuente en la que podríamos beber; encontrar enseñanzas para abordar los desafíos que nos presenta hoy el capitalismo, cada vez más opresivo e inhumano. Su emblema sigue vigente: Socialismo o Barbarie.
*Palabras pronunciadas en Bruselas, Reino de Bélgica, el 16 de enero, 2023, para rendir homenaje a Rosa Luxemburgo.