El legado de Chávez es un tesoro invaluable para los revolucionarios que luchamos por una Venezuela justa y libre. El comandante supremo Hugo Chávez Frías nos dejó una herencia política, ideológica, humanista y patriótica que debemos honrar y defender con orgullo.
Antes de Chávez, una minoría ejercía el poder en nuestro país sin respetar la voluntad del pueblo. Pero nuestro comandante nunca dio concesiones a los corruptos, ambiciosos y adulantes que buscan aferrarse al poder por dominación. Él nos enseñó que es necesario mandar obedeciendo al pueblo, que es la voluntad originaria constituyente.
Chávez nos legó la lucha por la inclusión sin excepciones de ningún tipo. Reivindicó nuestras comunidades indígenas originarias y afrodescendientes, visibilizó la sexodiversidad y luchó contra la discriminación femenina. Además, asignó pensiones justas a las y los adultos mayores y dotó de viviendas dignas a las y los excluidos del capitalismo. Todo esto nos permite avanzar hacia el postcapitalismo y construir una sociedad más justa e igualitaria.
Pero ser heredero del legado de Chávez no es solo vestirse de rojo y lanzar consignas. Se necesita tener conciencia y conducta revolucionaria para ser digno de su legado. Quienes conspiran contra los intereses de la patria, defraudan al pueblo o son corruptos y excluyentes están muy lejos de ser herederos del Comandante Chávez.
El amor a la patria es otro valor fundamental que Chávez consolidó en nosotros. Quienes no quieran a la patria jamás podrán considerarse herederos de su legado, porque él luchó por los excluidos de su patria hasta el último respiro.
En resumen, para ser digno heredero del legado de Chávez se necesita tener una clara conciencia revolucionaria, desprendimiento de las tentaciones del capital y un sentido del valor supremo de las luchas por la patria. El legado de Chávez es un mandato para todos los revolucionarios que luchamos por una Venezuela justa y libre.