“El voto es más fuerte que una bala”. Abraham Lincoln.
Si bien la estrategia es el plan de acción que te guiará hacia la meta final, las tácticas son los pasos y las acciones individuales, que se llevarán a cabo para llegar hasta ese final.
Cada una de ellas se encarga por separado de un aspecto específico en la guerra electoral, para benefició del partido, proyecto, y aliados, donde las diferencias radican: que la campaña electoral se encarga de dos cosas: Dar el objetivo político que la estrategia tiene que alcanzar, y los recursos con lo que se va a trabajar para alcanzar el objetivo establecido por el proyecto en marcha.
La estrategia, se encarga de usar todos los recursos dados por el ambiente político reinante en el país, para alcanzar el objetivo definido de ganar el poder por esto hay que planificar muy bien las campañas de proselitismo electoral, creando objetivos estratégicos que ayuden a alcanzar el objetivo planteado.
Si se utiliza la terminología militar, hoy en día, muy inentendible el porque, ya que el uniforme es rechazado por el votante civil en la actividad proselitista, salvo en las cosas más obvias.
Nivel táctico: las movilizaciones, mítines, y concentraciones. Tradicionalmente, son "cosas de jefes regionales de partido y campaña”, aunque pueda haber algún dirigentico nacional con cachucha por ahí mandando: el imponer cosas, y personas en una zona de combate electoral fuertemente reñida, más o menos delimitada electoralmente, por la acción de gobierno, es algo complejo.
El nivel operacional: es lo que conecta los mítines con la elección en su conjunto. Tradicionalmente, "cosas de gobernadores, alcaldes, y genaraluchos con prefijo de (contra natura electoral…)"
¿Cuál es la táctica electoral más descabellada utilizada?
El abordaje de una plaza electoral enemiga en llamas, con los estómagos vacios de sus habitantes tronando por doquier, donde la habilidad del activista con el verbo encendido es tan importante como para librarse de una derrota casi segura en las urnas donde se deposita el voto.
¿Hay un slogan electoral donde se cañoneaban los mástiles del rival político para detener su avance, y neutralizar su defensa posteriormente? Pues es una táctica política electoral que se utilizó por primera vez en una – “esto no lo aguanta nadie”- campaña electoral venezolana del siglo XX, ya que fue la primera batalla electoral de la historia político electoral en la que se combatió con slogans, y no con discursos, y fue también la primera batalla electoral de la historia en la que se combatió políticamente sin utilizar la guerra sucia.
¿Cuáles son las estrategias de guerra electoral más inteligentes? No existen estrategias que sean “las más inteligentes” en todo tiempo, y lugar en el desarrollo de las primeras escaramuzas proselitistas.
La estrategia político-electoral, no puede considerarse como una doctrina única, sino "como un método de pensamiento que permite clasificar, y jerarquizar los acontecimientos, para escoger los procedimientos más eficaces para golpear en la mente electoral del adversario. A cada situación en la maniobra tramposa electorera, corresponde una estrategia particular, pues una puede ser la mejor para una determinada coyuntura, mientras que para otra puede resultar inadecuada o reprochable por su torpeza.
¿Se puede dar un ejemplo histórico claro de la diferencia entre táctica y estrategia electoral?
Tácticamente, la oposición colombiana en el 2022 no sufrió una derrota electoral significativa durante la elección presidencial de ese año, pero estratégicamente, fueron derrotados.
Entrando en detalles: en el nivel táctico, donde es en el que tienen lugar los combates electorales, se pueden alcanzar objetivos de corto alcance (la derrota de AD, por COPEI en 1968, por 30.000 votos) y tener un resultado "positivo" pese a algún que otro revés en (1973). Derrotas al adversario allí donde puedes fijarlo, ocasionándole más bajas en vez de las que sufres, y quedando en posesión del poder. Son objetivos de un carácter limitado e importancia relativa.
A nivel estratégico, el objetivo de los Ceaucescu en Rumania, no se alcanzó en ningún momento. No pudieron impedir el flujo de rechazo, ni desmotivar a la población para que no se sumara al descontento, ni disuadieron a la URSS de seguir interviniendo en ese país. En cambio, el régimen de Nicolae y Elena Ceaucescu, mostró equivocadamente a la opinión pública que eran capaces de atacar donde quisieran, incluso atizando la propia matanza de manifestantes, ya que el régimen que dirigían era antidemocrático (asesinatos en masas y detenciones de manifestantes, perpetradas por la Securitate la policía política del régimen) y que no les importaban las bajas civiles. Con ello los opositores al régimen alcanzaron un objetivo estratégico que denominaron -"Ganarse las almas, y las mentes de los manifestantes" -. El apoyo a la tiranía cayó en picada. Este es uno de los "niveles" entre táctica y estrategia, antiguamente llamado "la gran táctica" o "la estrategia menor" y dotado de su propia entidad con el advenimiento de la batalla electoral profunda.
En el "concepto antiguo de la guerra" que dio lugar a la idea del nivel táctico, y el nivel estratégico, precede a los conceptos de la guerra moderna. Así, el nivel táctico era "el arte de ganar batallas" y el nivel estratégico era "el arte de ganar guerras."
La estrategia, no puede considerarse como una doctrina única, sino "como un método de pensamiento que permita clasificar, y jerarquizar los acontecimientos, para escoger los procedimientos más eficaces”. A cada situación corresponde una estrategia particular, pues una puede ser la mejor para una determinada coyuntura mientras que para otra puede resultar inadecuada o detestable.
Existieron tácticas militares que lograron las mayores victorias contra otras fuerzas militares en su época. Alejandro, Aníbal, César, Napoleón… casi todos los grandes tácticos de la historia han combatido, y vencido, en situaciones desventajosas, sobre todo en desventaja numérica, y armamentística ¿Cómo lo han hecho? Las mejores doctrinas tácticas se encuentran en El Arte de la Guerra, de Sun Tzú, y no digo que los grandes generales anteriormente citados lo hayan leído, pero se basaron en principios que, si bien están en el mencionado libro, son de carácter universal. Indudablemente, la táctica más efectiva es la que se basa en el engaño: si estás lejos, hazle creer que estás cerca; si estás cerca, hazle creer que estás lejos; si tienes mucho, hazle creer que tienes poco, si tienes poco, hazle creer que tienes mucho… Además del engaño, una táctica segura es atraer al enemigo hacia el campo de batalla que has elegido, y no al revés. Nunca pelees en un campo al que te atraiga el enemigo, hazle salir tú del suyo, y que pelee en donde tú se lo plantees. Napoleón en Austerlitz atrajo a los austro-rusos hacia el lago congelado, y allí los hundió. Wellington, a su vez, atrajo a la caballería de Ney a una hondonada en donde esperó con el grueso de su fusilería y aniquilaron a la más prestigiosa caballería de la era napoleónica. Son exitosas las tácticas que se basan en: el engaño, la atracción al campo propio, la utilización a favor de la geografía, y el clima. Lo demás, ingenio militar, tácticas de choque o de combate, movimientos o maniobras, etc. Son, en realidad complementarios si se considera lo anterior.
Las viejas estrategias de los políticos. Una de ellas, y muy usada en la actualidad, es la de DIVIDE Y VENCERÁS entre partidos políticos, polarizando los grupos de votantes. Otra es la de buscar un enemigo fantasma generalmente extranjero, para desviar la atención, y así cohesionar el país, esto en el siglo XXI ya no funciona. Crear mentiras, y bulos contra el adversario político, a través de las redes sociales. Alimentar los logros propios, y minimizar los de los adversarios con burlas y descalificaciones.
A veces se entra en lo personal en el cuerpo a cuerpo. Esto es una vileza pero es lo que hay, en los políticos ignorantes, y sin formación.
Presentar superioridad, moral, histórica, de gobierno, de gestión, conexiones internacionales etc.
Una estrategia es la visión global de algo que se pretende alcanzar. Para definir la estrategia tendríamos que preguntarnos ¿Qué queremos lograr? Mientras que la táctica es una acción eficaz encaminada a lograr un objetivo. En este caso, la pregunta que habría que hacer es ¿Cómo lo vamos a alcanzar? ¿Metiendo la pata a cada rato?