La realidad establece las políticas. Las acciones que se proponen, brotan de la realidad interpretada por los políticos. El olfato político consiste en eso, en saber interpretar la realidad y actuar en consonancia con ese cálculo; el éxito político depende del sentido del momento histórico.
En Venezuela, la realidad nos muestra un gobierno agotado, extenuado, en eso no cabe discusión. Pero más allá, se trata del intento de conclusión del proceso de superación del intento Socialista del Comandante Chávez. El madurismo traidor, cumplió su papel: destrozó lo avanzado por el ensayo, y en la faena se agotó, su misma naturaleza marginal, no le permite construir, sólo destruir. El país se encuentra en un vacío, sólo quedan escombros.
El Socialismo, el chavismo sufrió una gran derrota, ahora la batalla del capitalismo es por definir el administrador de la restauración capitalista. Esa sucesión pensaban decidirla por la vía electoral, con votos como dicen ellos. Sin embargo, tal es el deterioro espiritual y material del país, tal es la mezquindad de los actores, tal es el volumen de la riqueza en disputa, tal es la violación de las reglas del juego, tal es la desconfianza entre los actores, que la salida electoral no les funciona, no es creíble.
La realidad, que aflora por todos los poros de la sociedad, exige una salida extraordinaria. No es poca cosa, que el madurismo, rechazado por la mayoría, use las inhabilitaciones para tomar ventaja; no es poca cosa, que el cne se cocine en los bajos fondos, dinamitando de esta manera la credibilidad en las elecciones y en el madurato; no es poca cosa, que los militares aparezcan directamente en la contienda política, tomen partido. Y unas elecciones sin credibilidad no funcionan, y menos en una situación como esta, cuando se decide el cierre de un proceso de exterminio del Socialismo, que, dicho sea, aún está allí, vivo, amenazante, todavía tiene mucho que decir y hacer.
Los actores que pugnan por la conducción de la restauración capitalista, son gente experimentada en oportunismo político, ellos tienen olfato político, olieron el fracaso, el cansancio, la claudicación que expele el palacio de miraflores, y saben de la calaña de aquellos inquilinos. Saben que por la buenas no hay solución. Y están conspirando. Tienen muchas ventajas en estos quehaceres, una y muy importante, es la bendición de la casa blanca.
El madurismo, ducho en las malas mañas, siente el aliento de la bestia golpista en la nuca, y se desespera llamando a la unidad, y a la paz, como si esas fueran palabras mágicas, entre tanto, da verdaderos autogolpes a la Constitución, a la Soberanía y agrede, con todas sus armas, contra la resistencia chavista. En la oposición, se desata la carrera golpista, encubierta en la carrera electoral; quien tenga más fuerza arrastrará a los demás, el oportunismo tiene la palabra. En este juego, los intereses capitalistas pueden optar por un interregno fascista, los políticos tradicionales, la democracia burguesa, han fracasado en estabilizar la dominación.
El juego hoy se salió de la esfera de la Constitución, está en la etapa de construir una justificación a la salida violenta. Las negociaciones corren a todo vapor, los puentes se tienden entre extremos asombrosos.
En todo esto falta un actor: ¿Hasta qué punto la influencia del discurso y la acción del Comandante Chávez prendió en el alma de los venezolanos, hasta qué punto los mueve el amor a la Patria? En los tiempos próximos veremos si Chávez Vive, o si el sueño se desvaneció, volverá en cien años, cuando ya no haya Patria que defender.
La situación es clara, la derecha capitalista, los del gobierno y los de la oposición pasaron a mayores para decidir sus apetencias, todos conspiran, despertaron al monstruo fascista. Sólo el Chavismo auténtico, el Socialismo puede hacerles frente, defender la Patria de la subasta capitalista. Se acabaron las medias tintas. Las veleidades centristas, ayudan a la restauración capitalista. Hoy, como nunca, tiene vigencia la consigna de Socialismo o barbarie…
¡CHÁVEZ VIVE EN EL SOCIALISMO!