Columna de Juan Martorano Edición 64

Metro de Caracas: ¿Mata votos de la Revolución?

Lunes, 11/09/2023 04:34 AM

Tenía previsto escribir sobre una evaluación del actual momento político con elementos positivos. Pero por perder el material y por situaciones vividas en los últimos días, el planteamiento que iba a realizar cambio totalmente.

Esto por recientes situaciones vividas en el servicio y sistema de transporte que sirve a Caracas, Miranda y zonas vecinas como lo es el Metro de Caracas.

Después de ser un usuario esporádico, la mudanza a una nueva habitación me ha obligado a ser un usuario más frecuente del metro, por no hablar de las famosas camioneticas en Caracas. Y esto es bueno porque me permite estar más de cerca de las necesidades del pueblo de a pie, por padecer al igual que el resto de mi pueblo, de las situaciones que lo afectan en su cotidianidad.

La semana pasada, el 2 de septiembre, procedí a realizar una visita en mi querida parroquia La Pastora, donde no tenía previsto intervenir en la tribuna antiimperialista donde estaban tratando el tema de la Cumbre BRICS. Pero el cariño y respeto ganado en las jornadas de Caracas Insurgente y del compartir constante con esa cotidianidad motivaron a que disertara sobre este tema en nuestra querida Plaza de La Pastora.

Al salir de ahí, y por invitación de mi amiga la artista Andrea Rubio Quiñones, asistí al Nocturneando promovido por la alcaldía del municipio Chacao (el cual se constituyó en una copia de las Rutas Nocturnas de la Alcaldía del Municipio Libertador de Caracas) porque su agrupación, Star Swims se presentaba allí en el kiosco del rock. Fue muy grato no solo “tripearse” la música de esta agrupación y los poemas de Andrea, sino que fue una tarde distinta y más amena que me transmitió y llenó de mucha energía.

Pero al momento del regreso a la residencia que me sirve de habitación, ahí fue, como se diría coloquialmente, que empezó Cristo a padecer, por una situación que paso de seguidas a narrar.

Abordé en la estación Chacao el tren en dirección Propatria, esperando llegar a Plaza Venezuela para hacer la transferencia en la Línea 3 del sistema Metro y así dirigirme a lo que hoy es mi hogar. Eso fue a las 6:30 pm del 2 de septiembre, y lo primero que me llamó la atención fue que el andén a esa hora tuviera una cantidad importante de personas.

Lo segundo fue la demora de los trenes, lo cual agregó un segundo elemento inusual a lo que vivía en esta fin de semana y de retorno a casa que ya comenzaba a alertarme de que algo estaba sucediendo. Sin embargo, decidí mantener la calma, esperar y confiar

Luego de estar un poco más de 15 minutos esperando, y el andén llenándose de personas que llegaban de otros destinos y que aspiraban al igual que yo abordar el tren que finalmente los condujera a sus hogares o trabajos, según el caso, resulta que a los pocos minutos el personal operativo del Metro, a través de los parlantes informaba lo siguiente: “Debido a operaciones de alto impacto entre las estaciones Plaza Venezuela y Ciudad Universitaria, el servicio Metro presenta fuertes retrasos, por lo que se recomienda tomar sus previsiones”.

Dicho comentario actuó como detonante del descontento y malestar de los usuarios que ya estaban impacientes ante lo que se ha convertido en los recurrentes retrasos en este servicio bajo la fachada de aprovechar los fines de semana. Pero sobre todo que esto ocurra dentro de horas donde este servicio está prestando servicio comercial.

Y sobre todo que esto ocurra en el primer año del Plan “El Metro se Mueve Contigo”. Ahora entiendo porque esta conmemoración pasó por debajo de la mesa.

Pero, volviendo al relato, paulatinamente usuarios y usuarias fueron retirándose atendiendo al llamado de “tomar sus previsiones” del anunciante interno de este servicio, y en mi caso, luego de haber estado en espera durante un poco más de una hora y quince minutos, ante la incertidumbre de que llegara un tren que pudiera conducirme a casa, decidí no esperar más, salir de la estación y pasando por el acceso de la UCV de Plaza Venezuela, atravesar todo ese ancho corredor y facultades que ello implica,  buscando el paseo Los Ilustres para luego empalmar con la Avenida Victoria y así llegar a casa.

Al finalmente salir de la estación para proceder a realizar la caminata descrita en el párrafo anterior (tomando en cuenta que no tenía para el pasaje en la camionetica) constate el estado de oscuridad y soledad desde la entrada de la estación, una parte de la fuente de Plaza Venezuela y hasta la entrada de la UCV por allí. De hecho tuve un andar rápido para evitar un eventual encuentro con los “amigos de lo ajeno”, y al pensar en esa posibilidad y voltear, inmediatamente tres sujetos en dos motos se me acercaron y abordaron. Uno de ellos llevaba un chaleco que hacía presumir que los hombres eran efectivos de la Policía Nacional Bolivariana aunque tenían más pinta de malandros que de otra cosa. Pero lo ocurrido con estos “funcionarios” lo relataré con mayor lujo de detalles en próximas ediciones de esta columna.

Pero para adelantar el final de ese relato, ni fui robado ni me ocurrió otro daño que lamentar, más allá de la pérdida de tiempo y el mal rato. Y afortunadamente llegué con bien a mi residencia. Pero si hay cosa que deben corregirse dentro de los procedimientos y prácticas policiales de nuestro país.

Ahora, a continuación, procedo a relatar el segundo incidente ocurrido de manera similar: En esta oportunidad en la estación Los Símbolos, donde nuevamente se observaba un retraso en el Metro, por lo que en el parlante interno procedieron a informar lo siguiente: “Debido a trabajos de alto impacto entre las estaciones La Bandera y El Valle, el sistema Metro presenta un fuerte retraso, por lo que ofrecemos disculpas por las molestias ocasionadas. Se sugiere a los usuarios y usuarias tomar sus previsiones”.

Esto en lo personal me preocupo, y por segunda vez me tocó presenciar la arrechera, me disculpan la expresión, de usuarios y usuarias que contando con un servicio como éste, seamos afectados de esta manera sin ser debida y oportunamente informados e informadas.

Además de ello, me enteré que por esta situación, ciertas líneas de transporte en Caracas y Miranda se aprovechan de esto para llevar el pasaje a 10, 15 y hasta 20 bolívares, aprovechándose de la necesidad del transporte que muchas y muchos tenemos, atentando en contra de nuestro derecho humano a la movilidad humana.

Me llama poderosamente la atención que el sistema Metro de Caracas realice trabajos de alto impacto en horas donde éste se encuentra operativo sin informar debidamente a sus usuarios y usuarias. Independientemente que estos se realicen en días correspondientes a los fines de semana, en los que en teoría no hay tanta afluencia de usuarios y usuarias de este servicio como en los días de semana ordinarias tanto en lo laboral como escolar.

Pero lo que es peor aún, recuerdo que ante emergencias como estas, además de la información oportuna que se deba a los usuarios y usuarias por fallas que el sistema Metro podía tener, y para minimizar los impactos que esto podía acarrear, habían planes de contingencia, con metrobuses y otras formas en las que nuestro pueblo se sintiera atendido, protegido y no como ahorita, donde predomina la filosofía del “sálvese quien pueda”.

Tal vez esos “trabajos de alto impacto” puede ser en el marco del Plan “El Metro se Mueve Contigo” para reparar posibles daños y mejorar el servicio. Pero esto debe contar primero con la información días antes a los usuarios y usuarias y no al momento, para que ciertamente podamos tomar nuestras previsiones como nos lo sugiere el personal operativo del Metro en los parlantes internos. Y haber un protocolo o planes de contingencia que minimicen sus impactos y que el pueblo, los que usamos este servicio de transporte que mueve Caracas, Miranda y entidades federales circunvecinas nos sintamos protegidos y no sea esto meros eslogans. 

Así que M/G Juan Carlos Du Bolay Perozo, tiene usted la última palabra.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

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