“Hay una gran parte de mí que está pensando en la perfección. Tengo que luchar contra ese impulso, tratar de vivir el momento, alcanzar algo que podría estar escuchando, y no cuestionarme a mí mismo”. (Aaron Diehl, pianista estadounidense)
El término pragmatismo tiene su origen en la palabra griega prâgma (πρᾶγμα), que significa acción o hecho y desde el punto de vista del término alemán pragmatisch, que se relaciona con lo empírico
En otras oportunidades hemos reflexionado sobre el pragmatismo, que se puede utilizar como sinónimo de: práctico, materialista, funcional, utilitario, cómodo, entre otros.
En momentos en las cuales están resurgiendo las tesis de Daniel Bell del desencantamiento de las grandes ideologías del siglo XIX (liberalismo y comunismo), haremos, ahora, algunas consideraciones sobre la política que desarrolla la “China Comunistas” en el campo internacional, y que se puede sintetizar en la siguiente fórmula: “diplomacia más comercio” y que le ha venido dando muchos réditos.
En la República Popular de China, se está hablando con mucha insistencia del “modelo de la China de Xi Jinping”, que parte de la premisa de que cada país debe encontrar su propio camino a partir de una premisa básica: cualquiera que sea el modelo, debe servir “para resolver los problemas de la gente”.
Antes, en 1978, Deng Xiaoping, puse en funcionamiento la siguiente frase: “No importan el color del gato, lo importante es que cace ratones”, que, en términos muy concretos, sería algo así como: “Dejémonos de tanta consigna y hagamos cosas que le mejoren la calidad de vida a la gente”.
Con esta frase Deng Xiaoping enfatizó su visión para el futuro de la República Popular China. Así fue como, en plena Guerra Fría, se inició la gran transformación del gigante chino.
Con ese pragmatismo por delante, se produce la visita de Bill Gates a China, el 14 de junio de este año, y el Presidente Xi Jinping, no solamente se mostró feliz sino que dijo: “Usted es el primer amigo estadounidense con el que me reúno este año”. “Siempre hemos puesto nuestras esperanzas en el pueblo estadounidense y esperamos que continúe la amistad entre los dos pueblos”,
Se informó que la visita de Bill Gates, cofundador de Microsoft, estuvo destinada a apoyar los esfuerzos de China en materia de investigación médica. Este empresario, fue recibido como copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates y explicó que su viaje tenía el propósito de reunirse con socios en temas de salud y desarrollo.
Su fundación anunció la donación de 50 millones de dólares para apoyar los esfuerzos chinos en la lucha contra enfermedades como la malaria y la tuberculosis, enfermedades que, según la fundación, “afectan de manera desproporcionada a los países más pobres del planeta”.
Ese empresario estadounidense, calificado por algunos como filántropo, es uno de los hombres más ricos del mundo, y uno de los grandes ganadores que dejó el COVID 19, ya había visitado China en el año 2019 para reunirse con socios de su fundación. También lo hizo con la primera dama, Peng Liyuan, para hablar sobre el trabajo de su fundación en la prevención del sida.
Esta fundación renovó su cooperación con el Instituto de Descubrimiento de Medicamentos para la Salud Mundial (GHDDI), fundado en Pekín por Bill Gates, las autoridades municipales de Pekín y los responsables de la prestigiosa universidad Tsinghua.
Gate, dijo, en ese entonces, que “China ha hecho grandes progresos en la reducción de la pobreza y la mejora de la salud en el país”, agregando que: “Espero que China pueda desempeñar un papel aún más importante para hacer frente a los desafíos actuales, en particular los que enfrentan los países africanos”.
En 2018, posó en Pekín junto a un recipiente lleno de excrementos para llamar la atención sobre la falta de inodoros en los países en desarrollo.
Bill Gates se suma a un creciente número de empresarios occidentales que viajaron a China. Antes, en mayo, estuvo de visita Elon Musk, el jefe de Tesla y SpaceX, quien fue recibido por varios ministros chinos y visitó la enorme fábrica de su marca de coches eléctricos en Shanghái, donde pudo hablar con el personal.
En esa oportunidad, en una reunión, el ministro de relaciones exteriores de China, Qin Gang, le dijo a Musk lo siguiente: “Debemos mantener el volante en la dirección correcta de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa para ambas partes”. Aunque ciertamente allí se habló sobre Tesla y el sector del vehículo eléctrico, no obstante, en el fondo ambas partes parecían tener claro sobre qué estaban conversando. Qin hizo uso de la metáfora: “pisar el freno a tiempo” y “evitar una “conducción peligrosa” en las relaciones entre China y Estados Unidos; y pidió también “pisar el acelerador para impulsar una cooperación mutuamente beneficiosa”.
Por su parte, Musk afirmó que los intereses de Estados Unidos y China “están entrelazados como si fueran siameses”. Tesla, añadió, “se opone al desacoplamiento y a la ruptura de cadenas [de suministro], y está dispuesta a seguir expandiendo su negocio en China y a compartir las oportunidades de desarrollo del país”.
Luego, el director general del banco JPMorgan Chase, Jamie Dimon, también visitó en junio a China, mientras que el de Apple, Tim Cook, estuvo en Pekín en marzo, elogiado la relación “simbiótica” de su empresa con China.
Otros representantes de grandes empresas estadounidenses como Starbucks o General Motors también han ido a China en los últimos tiempos para reunirse con altos funcionarios del gobierno chino.
Los viajes de negocios se han reanudado desde que China abandonó su política sanitaria denominada “cero COVID” y reabrió sus fronteras.
Hay que decir que en los últimos años, solo unos pocos fueron recibidos individualmente por Xi Jinping, entre ellos el jefe de Apple, Tim Cook, y el de Amazon, Jeff Bezos.
Pero China es un jugador multidinámico, porque juega en todos los terrenos. Por ejemplo, es integrante de todos los organismos institucionales de la ONU y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU; también lo es de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de los Grupos G-7 y del G-20, así como fundador del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica) e integra la membresía de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y la Conferencia Asiática para la Creación de Instrumentos de Confianza (CICA).
Pero, China, además, es impulsora del cinturón económico de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima y promueve el desarrollo de las relaciones con los países en vías de desarrollo y sus vecinos asiáticos, especialmente para la cooperación económica, financiera y tecnológica y en la diversificación de sus vínculos multilaterales.
Hoy en día las inversiones chinas en la región latinoamericana vienen creciendo de manera significativa y eso preocupa mucho a la señora Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos.
Y, por si esto fuera poco, según un informe publicado recientemente por el Instituto de Información Científica y Técnica de China, revela que este país ha contribuido con casi un tercio de los artículos académicos publicados en las revistas internacionales más influyentes en 2022, superando a Estados Unidos por primera vez y posicionándose como líder mundial en esta categoría.
Según el informe, de los 54 002 artículos publicados en 2022 en 159 revistas con altos factores de impacto en 178 disciplinas, 16 349 tuvieron contribuciones de autores chinos. Esto representa aproximadamente el 27% de las casi 350.000 publicaciones de alta calidad presentadas en las 371 revistas internacionales con altos factores de impacto y citas. Los artículos generaron casi 650.000 citas en total, colocando a China en el primer lugar mundial tanto en número de artículos publicados como en número de citas.
También se destaca que China ocupó la segunda posición en términos del número de artículos académicos y de revisión publicados en 16 revistas principales con un factor de impacto superior a 30 y más de 100.000 citas. Esto confirma la tendencia señalada por el Índice de Naturaleza 2023, difundido en junio, que reveló el avance de China sobre Estados Unidos en la proporción de artículos publicados en las principales revistas del campo de las ciencias naturales.
Estos resultados reflejan el creciente liderazgo de China en el ámbito científico y académico a nivel mundial. El país ha invertido significativamente en investigación y desarrollo en los últimos años, lo que ha impulsado su capacidad para generar conocimiento y contribuir al avance de diversas disciplinas.
Y, en política exterior, el gobierno chino mantiene una visión independiente, pacífica, rechaza la aplicación de medidas de fuerza para solucionar los conflictos y está en contra de la hegemonía de una nación o alianza de países para imponer sus políticas en el mundo. No patrocina golpes de estado contra gobiernos legítimos, y denuncia la mentalidad de Guerra Fría de EEUU y defiende a la Organización de las Naciones Unidas, hoy en franco cuestionamiento.
Dicho todo lo anterior se puede deducir entonces que China juega en todos los terrenos, más allá del estrictamente ideológico, y los resultados hablan por sí mismo.
León Tolstói dijo: “Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego”, pero con la actuación de China siempre es bueno saber distinguir entre ver y observar y, además, hace falta juntar las diferentes percepciones, aprender a escuchar lo que el otro observa, respetar las miradas, las perspectivas y las vistas particulares y hacer por complementar.
*Sociólogo, profesor titular jubilado de la UCV, Doctor en Ciencias Sociales, ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y analista nacional e internacional.