El último de los eventos desventurados para los venezolanos, es la degradación y expulsión de las FANB, de 33 militares acusados de conspiración y terrorismo contra el Estado. Las mismas acusaciones que vertieron contra Alfredo y Aryenis, para justificar su encarcelamiento, por orden del Presidente de la República.
Los argumentos los presentó en su momento Tarek William Saab, y en este último caso, Padrino López.
Esto está como lo del chiste del negro que se pasó un semáforo en rojo y se le acusó por intento de asesinato al presidente y lo condenaron a la silla eléctrica o morir batallando contra un león, en el Madison Square Garden, encadenado; pero, quien iba a estar encadenado, era el pobre negro. Ganó el negro.
¿Qué delito cometieron los ex gerentes de PDVSA? ¿Qué delito cometieron los 33 militares expulsados y denigrados?
El problema es que, teóricamente, se puede protestar por algunas cosas; pero, la cuestión es cuando se pasa de la rechifla a los hechos; te enfrentás directamente al sistema gubernamental vigente. Y aunque estés orgullosamente de cara al régimen, estás desprotegido, pues, el sistema tiene todos los recursos para joder.
Ahora, hay que leer el libro de Lenin “El Estado y la revolución”; talvez nos ayude a orientar la lucha. Este libro lo leyó y lo interpretó bien, Chávez.