Ante la cayapa, nervios de acero

Domingo, 31/03/2024 04:47 AM

"La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan". Simón Bolívar

Ante los últimos escarceos relacionados con la política exterior de nuestro país respecto a algunas declaraciones que han tenido lugar en nuestra América, realizamos algunas reflexiones

Lo primero, siempre es primero, Es indudable que está en marcha contra nuestro país y gobierno, lo que podríamos llamar la "operación cayapa".

El autor de esa operación tiene nombre y apellido: son los Estados Unidos.

La revolución bolivariana se ha convertido para los gobernantes estadounidenses, demócratas y republicano, en un "hueso duro de roer". Casi todas las modalidades de la guerra actual se han activado para lograr su propósito de roer ese hueso. Solo baste con mencionar: el intento de magnicidio del presidente Nicolas Maduro (2018), la "ayuda humanitaria" por el puente Tienditas en la frontera entre Cúcuta y Táchira (2019) y la "Operación Gedeón (2020).

Venezuela, hasta ahora, ha logrado resistir, pese a que ha sido objeto de todas las modalidades de eso que se llaman "guerras híbridas".

Más allá de especulaciones y divagaciones, lo cierto es que la bitácora con Venezuela hasta ahora no han funcionado, pero el "león" está herido y sigue acechando. De allí que se busca encontrar la "chispa que encienda la pradera", genere un conflicto interno, se logre derribar y sustituir al gobierno de Nicolás Maduro.

Ya decidieron "volver con sus fueros" y las evidencias hablan por sí solas.

Como se sabe, las próximas elecciones presidenciales en Venezuela están previstas para el 28 de julio, y han decidido genera tensiones internas entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, que aspira a la reelección, y la oposición, que es abiertamente apoyada por EEUU, y que viene realizando actos en el país para intentar desestabilizar la paz de la república.

El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, habló y dijo "no es sólo Estados Unidos el que está profundamente preocupado, sino que son nuestros socios regionales quienes comparten esta preocupación por las decisiones del Consejo Nacional Electoral de Venezuela de impedir que los partidos de oposición registren candidatos para las próximas elecciones presidenciales".

Y, por supuesto, dio la orden: dejan "claro a Maduro y sus representantes que es necesario que así sea: deben garantizar el acceso de observadores internacionales, deben poner fin al encarcelamiento y el acoso de miembros de la sociedad civil y deben permitir elecciones libres y justas".

Agregó el funcionario imperial que, "las acciones que vayan en contra de la letra y el espíritu del Acuerdo de Barbados tendrán consecuencias" y, con el chantaje por delante, recordó que "hay una licencia general que vence el próximo mes", al referirse a la licencia que alivió las sanciones contra PDVSA que vence el 18 de abril.

Finalizó con esta perla: "No voy a tomar ninguna determinación desde aquí sobre qué decisión tomaremos entonces, pero hemos sido muy claros con Maduro y sus representantes sobre lo que esperamos que tomen y cuáles podrían ser las consecuencias si no lo hacen".

Claridad total.

Brasil y Colombia

En ese contexto, deben inscribirse los pronunciamientos de las cancillerías de Brasil y Colombia, cuestionando una decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), que no permitió que Corina Yoris se inscribiera como candidata presidencial, por razones apegadas a las leyes venezolanas.

Es posible, es probable, nada puede descartarse, que se esté perfilando un escenario de desconocimiento del proceso electoral, en donde podrían estar participando gobiernos progresistas de la región, que reeditarían marcos de injerencia política destructiva como los conocidos durante la etapa del Grupo de Lima.

Aunque debemos acotar que recientemente el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó, refiriéndose de María Corina Machado, que "En lugar de ponerme a llorar, elegí a otro candidato".

Ante ese escenario, por supuesto, hay que estar preparado.

Nuestra Política Exterior

La Política Exterior se entiende como el conjunto de acciones de un Estado en sus relaciones con otras entidades (antes sólo los estados; hoy otros actores) que también actúan en la escena internacional con objeto de promover el interés nacional.
La PE forma parte de las políticas públicas de un Estado determinado, es decir, su formulación y ejecución debe responder a los objetivos planteados, orientados a lograr el desarrollo integral de un País.

Debe responder a las aspiraciones (estrategias) de paz y seguridad y a las necesidades de desarrollo político, económico y social del país, a través de instrumentos como la diplomacia, la guerra, la geografía, medios económicos.

La política exterior está influenciada por factores históricos, geográficos, políticos, económicos, sociales, nacionales e internacionales.

Se comprende entonces, que es aquella parte de la política general de un Estado, formada por el conjunto de decisiones y actuaciones mediante las cuales se establecen los fines y se utilizan los medios para alcanzar las metas que se pretenden alcanzar y/o mantener, a corto, mediano o largo plazo.

La Carta Magna en el preámbulo y en los artículos 152, 153, 154 y 155 deja claramente establecidos los principios que deben pautar las relaciones de nuestro país con el resto del mundo.

En el preámbulo se aboga por una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para ésta y las futuras generaciones, asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; Promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no-intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad.

Y, el art. 152. reza: "Las relaciones internacionales de la República responden a los fines del Estado en función del ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo, ellas se rigen por los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no-intervención en sus asuntos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales, cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por la emancipación y el bienestar de la humanidad. La República mantendrá la más firme y decidida defensa de estos principios y de la práctica democrática de todos los organismos e instituciones internacionales".

Recomendaciones

Ante la cayapa en marcha y desde el "activismo de sofá" (Zygmunt Bauman), nos atrevemos a realizar las siguientes recomendaciones.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es explícita en decir que es atribución constitucional del presidente definir la política exterior y dirigir las relaciones internacionales. Por tanto, no se debe permitir que cualquiera se pronuncie sobre esa materia. Sólo el presidente Nicolás Maduro es el que debe dar opiniones al respecto e instrumentalizada a través de la cancillería. Ningún otro poder tiene que ver con esa materia.

Debemos hilar fino. No caer en provocaciones. No hacer uso de la "diplomacia de micrófono". Llegarles directamente a los jefes de Edo, que son conscientes de nuestra realidad.

Hay que tener mucho cuidado con protagonismos que le pueden hacer daños irreversibles al candidato bolivariano.

Es la hora de discreción y de la capacidad natural para juzgar correctamente, esto es, actuar con sindéresis. No caer en provocaciones, sin que ello signifique debilidad alguna

Aplomo, "nervios de acero", nada de perder los estribos y utilizar lenguaje poco recomendable, mucho menos con quienes siempre ha estado del lado de la revolución bolivariana.

Insistir mucho en el respeto a la soberanía, independencia y autodeterminación de los pueblos y que la injerencia en los asuntos internos no lo practica la República Bolivariana de Venezuela, exigiendo, en consecuencia, la reciprocidad.

Insistir también en que el 100% de los partidos acreditados ante el CNE inscribieron alguno de los 13 candidatos, de todo el espectro político, que compiten por la presidencia de Venezuela.

Colocar mucho énfasis en los pronunciamientos de toda la estructura de la nueva integración latinoamericana y caribeña, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Petrocaribe, etc.

Recordar que el imperio está detrás de toda esta "operación cayapa" y, en ese sentido, hace uso permanentemente de las enseñanzas de Nicolás Maquiavelo y como el zorro, es muy astuto, se mimetiza, y hoy en día cuenta con una herramienta muy poderosa, las redes sociales, que no sólo son el principal medio de comunicación del mundo, sino que también constituyen un actor internacional de un poder de importancia capital.

También no olvidarse que, ahora, con el avance de las tecnologías, el método de "gaslighting", esto es, un tipo de abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia realidad y dar por sucedido algo que nunca ocurrió o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción.

Finalmente, con Simón Bolívar, tengamos confianza en nosotros. Hasta ahora no han podido y tenemos que decir: en esta oportunidad, tampoco pondrán

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