¡Yo escribo lo que veo!
INTRODUCCIÓN
Desde una perspectiva crítica de la realidad política, económica y social actual, puede concluirse que estamos bien alejados de un modelo socialista en Venezuela. Algo fácil de demostrar si analizamos los niveles de desigualdad e inclusión social y laboral de los últimos años.
Un indicador confiable y aceptado a nivel mundial para comparar la desigualdad de ingresos y determinar si el crecimiento económico de las naciones es inclusivo laboral y socialmente, es la distribución porcentual de los ingresos agregados de la nación con respecto al PIB en el corto, medida o y largo plazo.
Se calcula aplicando el método del ingreso del PIB, que consiste en cuantificar los ingresos que reciben los 3 actores fundamentales de la economía: trabajadores, empleados y el Estado, en razón de su participación en la producción.
Son indicadores compuestos, complejos, que requieren que los Bancos Centrales del mundo frecuentemente publiquen las cifras de 3 indicadores macroeconómicos: 1) Las Remuneraciones de empleados (la suma de los ingresos de los asalariados), 2) El Excedente Bruto de Explotación (los beneficios de todas las empresas), y 3) Los Impuestos menos las subvenciones (el ingreso del Estado). La suma de los tres determina la proporción de la distribución y los niveles de desigualdad de ingresos de los países.
Tristemente, desde el año 2017, el BCV dejó de publicar esas cifras en su sistema de estadística virtuales, que ha obligado a los analistas económicos, planificadores e inversionistas interesados en esos indicadores, a tener que recurrir a las cifras que si pública y estiman el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Cepal, entre otros organizaciones internacionales que publican estadísticas mundiales.
Hoy días, según las estadísticas de la ONU y estimaciones realizadas, indican que el ingreso agregado en Venezuela se distribuye 70% a favor de las ganancias de los empresarios, 20% a favor los ingresos laborales y 10% para el Estado. Esto demuestra, que desde un sentido económico, no hay una distribución socialista de los ingresos de la nación.
Pero veamos, porqué decimos que hasta los momentos no ha habido socialismo en Venezuela, desde una perspectiva compleja, viendo en primer lugar lo político y luego lo económico.
HUGO CHÁVEZ:
EL SOCIALISMO EN EL PAPEL Y EN LA PRÁCTICA
El proyecto bolivariano, revolucionario y socialista iniciado por Hugo Chávez Frías desde el inicio fue concebido para desarrollarlo en el largo plazo, porque se estaba consciente que había muchos problemas estructurales y coyunturales por resolver en la sociedad venezolana.
El socialismo fue un proyecto, un papel de trabajo para ir "RUMBO AL SOCIALISMO", que no es lo mismo decir que estamos en socialismo". En una primera fase contemplaba disminuir la pobreza acumulada en el país por 40 años de saqueo y miseria que generaron los partidos en la llamada Cuarta República, y eso fue lo que hizo Hugo Chávez en sus 13 años de Gobierno, las estadísticas no mienten.
Mejoró las condiciones de vida de la población, aprovechó los ingentes recursos petroleros que logró gracias a la implementación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos del 2001, y una parte de la bonanza petrolera la invirtió en crear las condiciones mínima para mejorarles la vida a la población venezolana, incluyendo la recuperación del poder adquisitivo del salario que, incluso, llegó a estar entre los más altos de América Latina entre 2009 y 2012.
En esa dinámica, también el sector empresarial se benefició, porque cualquier reconstrucción, progreso o desarrollo económico, implicaba la necesidad que los empresarios invirtieran, generaran empleos, produjeran y multiplicarán su capital. Es por eso que el Producto Interno Bruto de Hugo Chávez aumentó en 8 años de los 13 que estuvo en el poder, a pesar de las conspiraciones internacionales, del golpe de Estado, del Sabotaje de la industria petrolera, intentos de magnicidios, traiciones y la corrupción.
Pero la tendencia era socialistas porque el ritmo de crecimiento de la distribución de los ingresos y beneficios que generaban la industria petrolera y otras empresas básicas tendió a favorecer a los trabajadores, las familias, los militares, los pensionados, jubilados, amas de casa, entre otros.
No obstante, a estas alturas de la historia, también hay que reconocer que en su Gobierno estuvo presente una de las plagas mayores o fallas estructurales de nuestra economía que es la corrupción, y eso nadie lo puede ocultar, y no entraremos en esos detalles que no es el objetivo de este escrito.
En fin, cuando evalúas el comportamiento económico y social en la gestión de Hugo Chávez, sus indicadores estadísticos muestran que lo que ocurrió fue redistribución de los ingresos a favor de clase trabajadores asalariada, que es la mayoría de la población.
Por lo tanto, como el lo decía, su Gobierno estaba "Rumbo hacia el Socialismo del siglo XXI", que consistía en una primera etapa de 10 años, para crear las condiciones sociales, económicas e industriales, para ir disminuyendo la pobreza acumulada y los niveles de desigualdad de ingresos entre trabajadores, empleados y el propio Capitalismo de Estado que tenemos gracias al petróleo.
Esa meta la logró alcanzar Hugo Chávez en el año 2012, y por eso sería reelecto en agosto de ese año, pero se enfermó y se nos fue seis meses más tarde.
EL RETO DE NICOLÁS MADURO AL RECIBIR EL LEGADO DE HUGO CHÁVEZ FRÍAS
El reto que tenía Nicolás Maduro, no solo era defender, mantener y hacer avanzar, sea como sea, esos logros sociales y económicos que inició Hugo Chávez. Al Presidente obrero le correspondía era impulsar y desarrollar esa segunda fase de la construcción de una economía con tendencia socialista, que quedó plasmada en la Constitución y en el Plan de la Patria.
Incluso, debió haber hecho todo el esfuerzo por evitar que nos metieran las sanciones y el bloqueo que nos han hecho tanto daño. Evitar que el dólar paralelo hiciera tanto daño como aún sigue haciendo. Evitar tanta impunidad de políticos con acciones claras a la luz del Código Penal venezolano de traiciones a la Patria. Evitar que las petroleras transnacionales lo pusieran de rodilla como lo han venido haciendo, incluso, evitar que la Exxon-Mobil avanzará en el Esequibo y que Guyana avanzara en la Corte Internacional de Justicia e hiciera respetar el Acuerdo de Ginebra. Porque allí tocaba era negociar hasta con el diablo para que en cualquier desarrollo en el Esequibo, Venezuela entrara en la negociación.
Hoy, tristemente vemos como en el Esequibo nuestro se está produciendo riquezas mil millonarias en dólares para el beneficio de Guyana y de la ExxonMobil y nuestra industria petrolera se encuentra limitada para desarrollar sus capacidades de producción por situaciones de sanciones y bloqueo imperial. Eso nadie lo puede negar.
Algo que era fundamental para la defensa del Legado de Hugo Chávez Frías, era evitar que el trabajador, pensionado, jubilado y los militares perdieran el nivel del poder adquisitivo de sus ingresos que en realmente había logrado hasta el 2013.
Todo eso era una cuestión de seguir y defender el legado de Hugo Chávez Frías, que evidentemente se abandonó en alguna parte del camino. Me imagino, presionado por las circunstancias geopolíticas, por la merma de los ingresos fiscales que ocasionó las sanciones y el bloqueo, desviado de su camino por los aduladores de oficio, engañado por sus más cercanos que puso administrar en las distintas instituciones del Estado, en el sistema bancario público, agrícola, el comercio exterior, los servicios penitenciarios, las comunas, y sobre todo engañado en el manejo de la Industria petrolera, como lo demostró la trama del Petro y Pdvsa que aún sigue siendo una verdadera caja negra durante esta gestión de 11 años en el poder, con miras a la reelección.
DE CARA A LAS PRESIDENCIALES 2024, HAY QUE RESTITUIR LO QUE HAYA QUE RESTITUIR EN MATERIA LABORAL Y SOCIAL
Se ha insistido, estamos en tiempos de evaluar la gestión de los últimos 11 años de la ejecución del Proyecto que le propuso Hugo Chávez al país. No nos referimos al proyecto de Nicolás Maduro, porque fue a él a quien se le confió para que continuaría el legado de seguir construyendo una patria libre, soberana y antiimperialistas, pero con tendencia Socialista.
De manera evidente, a inicios del año 2024, podemos decir responsablemente, el país ha retrocedido en materia económica, en beneficios sociales y laborales, a tiempos peores de la 4ta República, indistintamente del bloqueo, sanciones, conspiraciones de la derecha con alianzas extranjeras (traición a la Patria), donde aún muchos siguen impunes y libres de toda culpa a pesar del daño que le han infringido al proyecto del Rumbo al Socialismo en los últimos tiempos.
Con mucha pena ajena, hoy día veo a candidatos presidenciales de derecha inscritos para las próximas elecciones del 28 de julio de 2024, que fueron participes de los ataques incesantes e inclementes contra los intereses nacionales y la soberanía del país, que de manera fáctica, conllevaron al retroceso considerable de los beneficios económicos y sociales recibidos en el año 2013.
¿QUÉ DEBE VENIR DE CARA A LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES 2024?
Creo que es tiempo de evaluar en qué momento del proyecto histórico estamos parados, en cuánto hemos retrocedido económica, industrial y socialmente, para que el pueblo revolucionario de las bases chavista, muchos molestos con Nicolás, vaya conscientemente a votar el 28 de julio por la continuidad de la revolución bolivariana iniciada en febrero de 1999, y encomendada a él aquel 08 de diciembre de 2012, que desde mi perspectiva crítica, está en peligro de extinción. Así lo demuestran las propias cifras oficiales.
En ese sentido, creemos que es hora de la unidad y la reunificación de las fuerzas chavistas para garantizar el triunfo de la revolución el venidero 28 de julio de 2024, donde nuevamente se presenta Nicolás Maduro como la única opción que tiene la izquierda revolucionaria en el tarjetón electoral para continuar impulsando el sueño de la construcción de una patria libre soberana, con tendencia socialista, donde se garantice una mejor distribución de los ingresos a favor de la clase trabajadora y no ha favor de la clase empresarial y del propio capitalismo de Estado.
Ese era el sueño de nuestro libertadores, de Hugo Chávez Frías y de todos los chavistas que hoy están con Nicolas, y de los muchos "chavistas no maduristas".