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En ese nido de alacranes, a la rana María Corina: ¿Cual la picará?

Viernes, 19/04/2024 05:03 AM

"Sergio Ramírez recuerda la famosa frase: "lo mejor de la burguesía son su vino y sus mujeres". Y con ella alude a cierto arribismo que anidaba en muchos revolucionarios". Fin de la cita.

Al salir del cine pensé en el libro de Sergio Ramírez, Adiós muchachos. En sus páginas, el ex vicepresidente sandinista lo cuenta casi todo. Describe las claves internas del proceso por el cual la rebeldía anti somocista se transformó en una organización corrupta e institucional. Se trata de un testimonio adolorido en busca de redención. Al explorar sobre qué motivó a su generación a tomar las armas, Ramírez recuerda la famosa frase: "lo mejor de la burguesía son su vino y sus mujeres". Y con ella alude a cierto arribismo que anidaba en muchos revolucionarios nicaragüenses y que brotaría de forma descarada al tener el poder en sus manos. Fin de la cita2. Sandro Venturo: La penúltima tarde.

María Corina se metió en el caudaloso río electoral venezolano, para intentar levantar algunas sanciones al gobierno venezolano a cambio de que se empezara a dar algunas muestras de respeto a los derechos humanos, y a su participación electoral.

Moraleja: Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el alacrán picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el alacrán, la ranita pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: "No entiendo nada"… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir: "Y entonces, el alacrán la miró y le respondió": "Lo siento, ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Fin de la moraleja.

Como habrán adivinado a estas alturas el texto. Forma parte de la fábula: "El alacrán y la rana" que se le atribuye a Esopo, un autor griego del siglo VI antes de Cristo. Es increíble que unos cuantos siglos después de ser escrita este cuento, los protagonistas se puedan mimetizar de una manera tan exacta con Manuel Rosales, y su banda, y María Corina, la bienintencionada e ingenua ranita política. María Corina se metió esta semana en el proceloso río de las maniobras y los chanchullos, para tratar de imponer su candidato en la unidad opositora para levantar un proceso electoral limpio para elegir a un nuevo presidente.

Hasta ahí, todos contentos con un puñal en la escondido en la espalda. El pueblo respira aliviado pensando que el desastre humanitario pudiera paliarse al menos en parte con la no reanudación de las sanciones al negocio petrolero. Quizás de esa forma se pararía también la sangría de la diáspora por la que más de 7 millones de venezolanos abandonaron el país huyendo de la crisis económica. Entre los alacranes opositores se generó confianza para inscribir candidaturas en el CNE y que para derrotar a Maduro. mientras tanto los líderes del chavismo ganan tiempo para vender el acuerdo y sus beneficios internamente para prepararse para la contienda electoral.

la oposición siguió adelante con su proceso de primarias. Para elegir a María Corina Machado como candidata.. Pero no. El alacrán sobreviviente se adelantó y dio rienda suelta a su naturaleza. Inmiscuyéndose en un evento que no le corresponde. Para el alacrán y sus secuaces de aguijón afilado esta elección del candidato son una "farsa". Estados Unidos y la comunidad internacional siguen de cerca la implementación de la hoja de ruta electoral.

Lo que nos enseña la fábula atribuida a Esopo es que nadie puede escapar a su propia naturaleza. Por lo tanto es una mala idea cruzar un río con unos alacranes a cuestas. La rana -encarnada en María Corina y su equipo debe entonces crear unas reglas del juego diferentes. Construir un estadio para la negociación en el que el aguijón de Rosales y su sequito no pueda utilizarse para hacerle daño donde más duele.

Rana y alacranes deben volver a la mesa porque da la sensación además de que acaban de tomarse en serio al presidente del país que se presume como el que más fuerza tiene a nivel político y económico de todos los que conforman este planeta como los es Nicolás Maduro Moros. Ha llegado la hora de que la rana exhiba todo su poder de fuerza e influencia para que los alacranes escondan definitivamente su aguijón y guarden su veneno si quiere tener algún papel en el futuro de Venezuela.

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